Entrevista a Fata Libelli

Hay varias características que diferencian a Fata Libelli de otras editoriales. Una de ellas es que solo editan en digital. Otra, es la grandísima calidad de su catálogo, que apuesta sobre todo por autores y autoras extranjeros inéditos (o casi inéditos) en español. Por ello, a Fata Libelli le debemos, por ejemplo, las traducciones de Aliette de Bodard.

Las dos mujeres a los mandos, Susana Arroyo y Silvia Schettin, nos han abierto las puertas de su pequeña pero reconocidísima editorial para hablarnos de su manera de trabajar, del mundo editorial digital, de sus escritoras y de sus planes de futuro.

Susana Arroyo y Silvia Schettin, las editoras de Fata Libelli
Susana Arroyo y Silvia Schettin, las editoras de Fata Libelli

¿Quiénes están detrás de Fata Libelli y cómo se reparte el trabajo?

Somos dos aguerridas editoras y mujeres orquesta: Susana y Silvia. Ambas somos de Madrid (aunque Susana actualmente está viviendo en Pekín); ambas hemos estudiado Filología (Hispana la una, Inglesa la otra) y Teoría de la Literatura; ambas llevamos muchos años trabajando en el mundo editorial (la una sobre todo como editora digital, la otra como traductora); ambas somos unas apasionadas de la literatura de género (la una más de ciencia ficción, la otra más de literatura de horror), y somos buenas amigas desde hace muchos años.

¿Lo hacéis todo vosotras o contáis con ayuda externa?

Nuestro proyecto editorial es muy modesto, así que lo hacemos casi todo nosotras, desde la selección de autores a la maquetación digital, pasando por la traducción y la corrección. Afortunadamente, sí que contamos con grandes ayudas en diversos aspectos, sobre todo la de los lectores que nos escriben para descubrirnos autores que aman, como por ejemplo, nuestros amigos del podcast VerdHugos. Y también hemos trabajado con excelentes traductores como Manuel de los Reyes y Pilar Ramírez. En el aspecto de la promoción, en concreto, se lo debemos todo al cariño de nuestros lectores en las redes sociales, a sus recomendaciones, y al apoyo que nos dan blogs como Sense of Wonder, Donde termina el infinito, Más que veneno y otros tantos. ¡Gracias!

Hay muchas cosas características de Fata Libelli, pero especialmente me llaman la atención las portadas y los títulos. ¿Cómo nacen esas portadas tan características? ¿Por qué titular a todas las obras en latín?

Cuando uno entra en una librería, de un vistazo puede distinguir en la estantería los libros de Valdemar o de Errata Naturae, y hasta los libros de Blackie Books tienen un tacto propio. Conseguir una identidad de marca tan fuerte en el mundo digital es muchísimo más difícil, porque solo cuentas con un nombre, una portada que a veces se ve diminuta entre otras tantas, y tu propia reputación en las redes.

Tras decidir llamarnos Fata Libelli, se nos ocurrió que utilizar nombres en latín para todas las antologías que publicáramos sería una forma de dar unidad a nuestro proyecto, de ayudar al lector a saber quién está detrás de un libro que le puede interesar.

Respecto a las portadas, se lo debemos todo a Omar Moreno, un gran diseñador que lleva colaborando con nosotras desde el comienzo (y a quien, ejem, os sugerimos que todos tengáis en cuenta la próxima vez que se propongan candidatos para un premio Ignotus de ilustración). Nosotras le contamos la idea que hay detrás de cada libro y su título, él investiga y lee por su cuenta, y al final nos devuelve las maravillas que veis.

Fata Libelli es una editorial que solo publica en digital. ¿Cómo se toman los lectores que no haya versión en papel? ¿Y el mundo editorial? ¿Están preparados (el público y el mundo literario) para un modelo así? ¿Entienden cómo y por qué decidís usar solo el medio digital?

La mayoría de nuestros lectores están satisfechos porque la publicación en digital nos permite recortar muchos gastos y vender los libros a un precio lo más ajustado posible. Por supuesto, otros nos comentan que les gustaría tener ciertos libros en papel también, y a veces hemos valorado hacer impresión bajo demanda para casos concretos, pero nuestro proyecto se moverá siempre en lo digital.

Nos gusta el libro electrónico porque nos permite un modelo de suscripción parecido al de las tradicionales revistas de historias de ciencia ficción, donde nuestros lectores van recibiendo en sus dispositivos de lectura las novedades según las vamos sacando. Además, en digital podemos arriesgarnos a publicar autores experimentales y a sacar cuentos y novelas cortas, esa longitud maldita que tantos editores de papel rehúyen porque se vende muy poco en comparación con el novelón.

Por lo demás, el mundo editorial es vasto y caben muchos puntos de vista, pero en líneas generales, ¿para qué mentir?, no está preparado para recibir proyectos únicamente digitales. Muchos agentes no saben qué tipo de contrato ofrecerte, los suplementos culturales ni se plantean recibir copias de cortesía para revisar, en las ferias todavía no queda claro cómo gestionar copias digitales firmadas por autores, a la hora de pedir subvenciones no hay instrucciones claras para el digital… y todo eso por no hablar de ese 21% de IVA con que vienen gravados los libros digitales frente al 4% de sus versiones en papel.

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Cuando abres el navegador Firefox, y mientras no carga la pestaña, aparece un pequeño aviso para protestar contra “las obsoletas leyes sobre copyright”. ¿Cómo os afectan las leyes vigentes de copyright? ¿Están, efectivamente, obsoletas?

En un mundo de fanfiction y creación colectiva, las leyes del copyright tendrán que adaptarse tarde o temprano. Por ahora, el copyright nos afecta de maneras muy diversas: por un lado, es la ley que garantiza que nuestros autores ganen dinero con sus textos; por otro lado, impone restricciones a nuestros lectores que casan mal con el mundo digital. Es un asunto vasto y que nos afecta a todos más de lo que solemos pensar.

Ninguno de vuestros libros lleva DRM. ¿Cómo se está tomando la industria editorial estas leyes de copyright? Ahora que han pasado unos años y el digital es un formato asentado, ¿las predicciones sobre la influencia del DRM en la piratería se han cumplido?

Ninguno de nuestros autores ha tenido problemas con nuestro modelo de libros libres. De hecho, el DRM no tiene necesariamente que ver con el copyright: Es solo es una medida que la industria de contenido toma para tranquilizarse un poco a sí misma, un candado más; pero un libro sin DRM sigue perteneciendo igual a su autor. En este sentido, se hace difícil saber qué influencia tienen estas medidas disuasorias sobre la piratería: es un aspecto muy difícil de medir y donde se mezclan demasiados intereses. En todo caso, como suele suceder con todo en la vida, tiene pinta de que crear un modelo cultural económicamente sostenible y una buena inversión estatal en promoción artística harían mucho más por el negocio del libro a largo plazo que un apaño ad hoc como el DRM.

Os pronunciáis de vez en cuando sobre el IVA en los libros digitales. ¿Cómo está la situación a nivel español y europeo? ¿Hay algún país que tenga un IVA del libro digital que os gustaría que España tomase como modelo?

Es la Unión Europea la que repetidamente se ha negado a equiparar el IVA del libro digital con el del libro en papel. Alegan que cuando compras un libro digital no adquieres un bien, solo una licencia de uso. Diversos países han levantado voces contra esta postura, pero por ahora no hay novedades en el horizonte.

Pasamos a vuestras publicaciones. Apostáis por la fantasía, la ciencia ficción, el terror, el new weird e híbridos entre estos géneros. Robert Shearman dijo en el Celsius que él empezaba sus relatos con visión humorística pero acaban incluidos en antologías de terror. ¿Los lectores se atreven a experimentar con estos géneros? ¿Es muy arriesgado apostar por antologías como la primera que publicasteis, Sui Generis?

Dentro de que la ciencia ficción y el weird probablemente nunca vayan a ser tan populares como la novela romántica o la fantasía épica, desde luego hay muchos lectores interesados por conocer formas más experimentales de literatura. En nuestra experiencia, muchos lectores tal vez tienen dudas sobre lo que se van a encontrar en nuestros libros al principio, pero una vez prueban, repiten con nuevos títulos.

Sois las primeras en traducir al español a muchos autores que luego han tenido mucho éxito, como Aliette de Bodard. ¿Qué otros escritores se han recibido con ganas por el público? ¿Por qué creéis que no se les había traducido antes?

Desde luego Aliette de Bodard es un caso ejemplar de gran autora que ha tardado mucho en ser traducida al español. También Tim Pratt es otro caso evidente de autor de fantasía que despierta amor incondicional entre sus lectores, pero que por ahora solo hemos traducido nosotras. Robert Shearman, Quentin S. Crisp, Nina Allan… son todos autores impresionantes que se encuentran tal vez con un problema de encaje en las cuadriculadas parrillas del mundo editorial. Por un lado, son autores de género, pero por otro lado, son muy literarios y experimentales. Muchas casas editoriales se encuentran con que no saben en qué sello colocarlos, bajo qué etiqueta venderlos, en qué sección de la librería ponerlos… Los pequeños proyectos editoriales estamos ahí para remediar esas ausencias.

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En La Nave Invisible queremos centrarnos especialmente en las escritoras y en su obra. Vosotras tenéis unas cuantas escritoras en el catálogo: Aliette de Bodard, Elizabeth Bear… ¿Qué mujeres podemos leer gracias a vosotras?

Aliette de Bodard es nuestra autora más popular. Es de ascendencia vietnamita e integra muchos aspectos multiculturales a sus tramas, así como un punto de vista femenino a temas clásicos de la ciencia ficción. El ciclo de Xuya y En una estación roja, a la deriva describen mundos donde China colonizó las Américas y se impuso como cultura dominante. Además, casi todos los cuentos, por muy ambientados en naves espaciales que puedan estar, se centran en aspectos como la maternidad y las relaciones familiares.

Nina Allan es una joya a descubrir. De ella hemos traducido Tejedora, una bellísima novela corta que retoma el mito de la Aracne moderna en una Grecia muy peculiar, a medio camino entre la magia de los dioses clásicos y la tecnología punta.

Elizabeth Bear es otra autora muy conocida entre los asiduos a la fantasía y la ciencia ficción porque es capaz de narrar distopías biopunk, cuentos de sabor mitológico, revisiones del mundo lovecraftiano, historias de pura aventura… y todo siempre aportando ideas frescas y divertidas. De ella recopilamos sus mejores cuentos en Arcana Mundi.

La pregunta injusta: de todas estas obras, ¿cuál nos recomendaríais y por qué?

Puesto que tenemos un catálogo tan breve todavía, ¿por qué quedarse solo con una autora? ¡Os recomendamos a todas!

¿Hay alguna publicación de alguna autora de la que estéis especialmente orgullosas?

Nos enorgullece mucho haber recogido todos los cuentos ambientados en el mundo de Xuya de Aliette de Bodard. ¡Una recopilación así no existe ni en inglés!

¿Veremos próximamente a más escritoras en el catálogo de Fata Libelli? ¿Qué es lo próximo que estáis preparando?

Publicamos muy poco y vamos improvisando bastante. Por ahora nos disponemos a sacar nuestra primera antología original en español, que incluirá un cuento de Pilar Pedraza, y a publicar a un autor tan poco usual como Luc Kennard (¡un poeta que escribe ciencia ficción!). Hemos hablado mucho de publicar a diversas autoras francesas inéditas en español también, pero por ahora seguimos investigando.

En el prólogo de Alucinadas II indicabais que la literatura no se puede explicar sin su conexión con el mercado. ¿Creéis que el mercado le debe algo a la literatura de género escrita por mujeres? ¿Creéis que ha acabado ya el tiempo de esconderse tras pseudónimos y siglas, que se puede cambiar la percepción tradicional de que la ciencia ficción es terreno masculino?

En sus orígenes decimonónicos, las revistas de cuentos de miedo fueron una invención de mujeres para otras mujeres. Y aún hoy, las estadísticas muestran que nosotras somos las mayores consumidoras de cultura en España: tanto en porcentaje de lectura, como en compra de libros y en uso de bibliotecas. En este sentido, hay una desproporción entre el gran número de mujeres consumidoras de productos culturales y el pequeño porcentaje de mujeres que llegan a publicar profesionalmente su obra. Esta desproporción se nota más en la ciencia ficción porque lo que las mujeres escriben, encima, tiende a venderse luego como fantasía, pero es un problema que afecta a cualquier ámbito de la cultura. A las empresas les gusta fragmentar el mercado y decir que equis es para mujeres e y para hombres, porque así venden más. Pero ¡ojo!, este sexismo dificulta la vida a todo el mundo. Por ejemplo, es cierto que J. K. Rowling tuvo que publicar con siglas porque sus editores pensaban que sus potenciales lectores no querrían leer a una mujer, pero también es verdad que hombres como nuestro Tim Pratt han tenido que publicar sus novelas de fantasía urbana protagonizadas por mujeres bajo las siglas T. A. Pratt porque se consideraba que el potencial público femenino no aceptaría bien a un autor masculino. En resumen, en el juego del sexismo mercantil todos perdemos al final.

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Publicáis a autores extranjeros. ¿Cómo reaccionan cuando les explicáis cómo funciona la editorial? Algo que siempre resaltan los escritores cuando publican con editoriales pequeñas es la cercanía y el trato personal. ¿Cómo es el contacto con los autores?

Nuestro trato con ellos es, en efecto, muy cercano, y algunos de ellos también asisten a convenciones en España, como Robert Shearman en Celsius o Aliette de Bodard y Nina Allan en la Hispacon de hace un par de años. La mayoría de nuestros autores se alegran de ser traducidos al español y alcanzar, por tanto, una audiencia internacional, así que siguen con interés el proceso de edición y nos apoyan desde las redes sociales, a veces incluso interactuando con los lectores. En este sentido, siempre pensamos en la editorial como en una verdadera comunidad.

Hace unos meses asistí a una mesa redonda sobre el cuento y el relato corto, y varios editores que participaban estaban de acuerdo en que el cuento no vende y es una ruina editorial. Sin embargo, en vuestro catálogo hay muchísimas antologías. ¿El cuento no vende?

No. O al menos no tanto como para justificar tiradas largas, gastos de logística y demás cargos asociados al libro en papel. Por eso, como decíamos más arriba, nos gusta el formato digital: porque nos permite arriesgarnos con formatos, temas y autores poco comerciales. De todos modos, tal vez la percepción sobre el cuento esté cambiando en la actualidad; el formato breve parece estar volviendo con fuerza si uno mira las excelentes antologías que se vienen publicando tanto en inglés como en español en los últimos años.

No solamente tenéis publicadas antologías de un solo autor, sino que tenéis otras compuestas por relatos de diferentes voces, como Saturnalia u Ominosus. En ellas siempre habéis incluido a escritoras: Caitlín R. Kiernan y Nina K. Hoffman, por ejemplo. ¿Tenemos más obras suyas para leer en español? ¿Hay planes para traducir parte de su extensa obra en inglés?

Tenemos el honor de compartir varios autores con Valdemar, como Caitlín R. Kiernan. Nos encantaría publicar más relatos de ella y del resto de nuestras autoras, pero nuestro proyecto es muy modesto y nuestro catálogo pequeño. Dependemos mucho del apoyo de nuestros lectores y del número de suscriptores para poder echar cuentas cada año. Así pues, por ahora, nuestros planes de futuro son muy flexibles.

El catálogo de Fata Libelli es corto pero intenso. Los nombres de sus escritoras y sus obras recomendadas ya han salido durante la entrevista, así que solo nos queda esperar a que nos descubran más novelas y antologías en los que sumergirnos. Su próxima publicación se llamará Verbum y será su primera antología de escritores españoles, entre los cuales se cuenta Pilar Pedraza.

La siguiente… tendremos que esperar para verlo, pero si es de Fata Libelli tenemos claro que querremos leerla y la disfrutaremos en cuanto lo hagamos.

Muchas gracias a Fata Libelli por responder a nuestras preguntas y por nutrir con autoras tan interesantes nuevas bibliotecas.

Laura Huelin
Laura Huelin (Reseñas/Investigación): Licenciada en Filología harta del canon literario y los géneros sociales. Me aburren los mundos realistas y me apasiona la ciencia ficción y el apocalipsis. Me encanta investigar, aprender y conocer. Podcaster en Los cuatro navegantes.
Podcast.

4 respuestas a «Entrevista a Fata Libelli»

  1. leo muy poquito en digital, soy una amante del papel impreso y eso se nota cuando escojo mis lecturas pero editoriales como esta tan especializadas hacen que me apetezca probar con algún titulo y si es una antología mejor!!

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  2. Magnífica entrevista Laura! Y magnífico blog que he descubierto ahora. Fata libelli supuso para mí un soplo de aire fresco en el mundo editorial y de la ciencia ficción y fantasía. Tim Pratt es un autor de una calidad descomunal. La verdad es que todo lo que estoy leyendo de Fata libelli me gusta. El trabajo de traducción es exquisito, como lo demuestran las voces distintas de los diferentes autores. Un abrazo muy fuerte.

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