Historias del camino es la primera novela que Mariela González publica con Kelonia Editorial, aunque en su haber tiene otras obras de fantasía como Heredero del invierno y ensayos como el dedicado al videojuego Chrono Trigger bajo el título Más allá del tiempo.

Portada Historias del Camino.
Historias del camino tiene una estructura atípica en el panorama de la literatura. Por un lado, una vez la leemos entendemos que, aunque es fantasía, un tercio de ella toca el tema de la ciencia ficción especulativa sin perder el prisma fantástico. Por otro, nos encontramos ante una historia formada por cuatro novelas cortas que se mantienen cohesionadas por un finísimo hilo conductor que en ocasiones se pierde. Por eso, para reseñarla como Diosa manda, he de dividirla en sus partes. Vamos a ello.
El libro comienza con “La larga espera”, que sirve para presentarnos a los dos personajes más importantes de la novela, a saber: Keith el Cojo y Ravza Darafell. Al mismo tiempo, nos habla de cómo está estructurado su mundo, o al menos todo cuanto debemos saber de él, esto es el sistema de Casas de Mensajeros, siendo Ravza la líder de una de las grandes: la Milano.
La trama de esta historia gira en torno al primer trabajo de Keith, siendo este el protagonista absoluto y relegando a los demás personajes a un papel más secundario.
De todas, esta es sin duda la más redonda de las historias y cuyo final me dejó sin palabras. Inesperado totalmente y bien ejecutado.
A “La larga espera” le sigue “La ciudadela”, que recoge el testigo donde la anterior historia deja a nuestro Keith. A pesar de lo que podríamos pensar, esta ya no tiene el mismo protagonista, aunque juegue un papel importante. A pesar de ser Keith el inicio de la trama y en cierta manera el catalizador del final, hacia la mitad se convierte en un mero espectador. Es Ravza la que brilla con luz propia.
“La ciudadela” nos permite conocer más a la líder de la Casa Milano y a su familia, concretamente el trágico final de su hermano. El mcguffin que da inicio a esta historia y que la acompañará hasta su final, nos lleva por los senderos próximos a la ciencia ficción, pero, como ya he dicho, sin salirse nunca del género fantástico. ¿Cómo lo hace la autora? Empleando la terminología que los protagonistas usarían para definir aquello que no conocen, como por ejemplo “flecha roja” en lugar de “bengala”.
“La ciudadela” nos hace cuestionarnos la misma cronología de la historia y su razón de ser. ¿Es nuestro mundo? ¿Es otro mundo? ¿Estamos solos en el Universo?

Dibujo de un milano.
La tercera historia que nos presenta Historias del camino es “Los hijos del olvido”. Hay un salto temporal con respecto a la anterior, de varios años, de hecho. Aquí Mariela vuelve a cambiarnos el tono de la novela y, como si de un tour se tratase, nos hace mirar por la otra ventanilla para acercarnos a la fantasía en su vertiente más épica… más o menos. ¿Qué solemos encontrar en la fantasía épica? Sí, dragones. Pero estos dragones no son los entrañables alienígenas de Anne McCaffrey o los lagartos voladores de la fantasía clásica. Aquí se nos presentan como una raza ancestral cuya inteligencia ayudó a los primeros humanos a progresar.
La trama en sí no tiene mucho de dónde tirar. A diferencia de las dos anteriores, esta parece no haber sido planificada tan cuidadosamente y haber sido metida como excusa para hablar sobre su worldbuilding. Este parece el único propósito de la misma, ya que la gran revelación del final no tiene ninguna importancia de cara a la última historia.
Y cerramos Historias del camino con “El desfiladero”. Aquí protagonizan los descendientes de Keith y Ravza. De nuevo, Mariela nos hace otro salto temporal, esta vez de al menos dieciséis años, para mostrarnos un mundo diferente al que conocíamos. Ahora no hay Casas de Mensajeros y parece haber una suerte de batalla entre reyes. Lo que podría ser una buena idea en el papel termina por ser la historia más floja de todas. Mientras que “Los hijos del olvido” resultaba interesante, “El desfiladero” no consiguió engancharme. La única parte que salvaría realmente sería la escena final en la posada Cuatro piedras con Ravza e Irda tomando el control y luciéndose.
En resumen, Historias del camino es una novela atípica que sigue una filosofía de vida muy básica: “¿Y por qué no?”, pero bien ejecutado. Como novela de fantasía resalta mucho por su contenido y su variedad. No hay tema alguno que trate de una forma que no sea original. Por desgracia, empieza muy fuerte con las dos primeras historias y termina por desinflarse con las dos últimas haciendo que me costara mucho mantener el interés. Aún con todo, si queréis una novela de fantasía diferente, Mariela tiene algo que deciros.
