Hoy os traigo uno de mis grandes descubrimientos de este año y que recientemente ha sido premiada con el Hugo a mejor novela gráfica. La historia de Monstress pertenece a Marjorie Liu, a la que ya mencionamos en La Nave al hablar de las novedades editoriales de abril, donde incluimos su tercer número de Star Wars: Han Solo, que forma parte del nuevo canon de la famosa saga. Por su parte, a Sana Takeda la conocemos por ser la dibujante de la serie Ms. Marvel y de X-23, ambas de la compañía Marvel.
Con Monstress, nos trasladan a un mundo donde se ha producido una guerra entre los humanos y los arcanic o lo que podemos resumir como toda suerte de criaturas no-humanas. Desde el momento uno, introducen el tema de la esclavitud y de esa manera nos presentan a la que será nuestra protagonista: Maika Halfwolf. Aunque la primera imagen que vemos de ella es como esclava, también es la voz en off, es decir, “oímos” sus pensamientos durante esas primeras escenas. Entendemos que está allí porque ella así lo ha querido, que no es tan esclava como podríamos pensar. Este planteamiento se sale de lo habitual que podemos encontrar en la ficción dentro de este mismo contexto, al estar ella en cierto control de la situación en lugar de sometida a esta.

“Vamos, regresemos al campamento. Tengo suficientes fantasmas en mi vida”.
La historia juega en dos tiempos; por un lado, tenemos el presente, donde Maika está siendo (y es) vendida como esclava a la Cumaea, una orden gobernante en este mundo y constituida, parece ser, por brujas. Al mismo tiempo, tenemos flashbacks cortos que nos retrotraen a un mes antes del inicio de la obra, cuando Maika aún estaba con Tuya y “a salvo”, o al menos no en la mismísima boca del lobo. Este personaje, Tuya, trata de quitarle de la cabeza la descabellada idea de infiltrarse en la Cumaea para conseguir las respuestas que busca.
Tiene un ritmo muy ágil, sin detenerse a perder tiempo, pero no por ello descuida a sus personajes. Al margen de Maika o Tuya, hay varios personajes con motivaciones claras y diversas esparcidos por sus páginas. Entre estos, destacaría a Atena y su relación con Sophia. Sin decir demasiado, parece debatirse entre el interés propio y sus sentimientos hacia Sophia. Es un personaje dividido que puede ser leído como alguien que usa a los demás o alguien presa de sus circunstancias que sobrevive a ellas.
Y es que uno de los puntos fuertes de la obra son sus personajes. Liu nos presenta un amplio abanico de mujeres muy diferentes entre sí que no están ni remotamente cortadas por el patrón occidental al que estamos acostumbrados por estos lares. No, hay mujeres de etnias diferentes, partiendo por la misma Maika, que podemos leer como de ascendencia asiática, o Tuya, que puede leerse como latina. Si hablamos del físico, hay mujeres como Sophia o Atena, que pueden considerarse más normativas, pero otras como Martillo, se sale de ese estándar al que la ficción nos ha acostumbrado, mostrando a una mujer muda, alta y musculosa, pero que no por ello cae en el manido cliché de la “mujer masculina” que tan tóxico es.

“Cuando éramos esclavos conocimos el hambre infinita. Lo que siento es peor. ¿Por qué no puedo parar? ¿Por qué no quiero hacerlo?”
Como protagonista, Maika resulta muy interesante. Ella carga con el rencor de la guerra y de un pasado lleno de preguntas y ausencias. A esto se suma el miedo que siente hacia sí misma o, más bien, al “monstruo que es”. Maika no teme a la muerte, la mira a los ojos con desprecio y sigue su camino. Es una mujer decidida y con recursos. A pesar de su actitud huraña con los demás, sí se preocupa por aquellos que están en peligro, hasta el punto de arriesgar su propia vida para salvarlos.
Maika es una estratega que mide cada uno de sus pasos y no hace nada en vano. Cada error es un acierto a la larga cuando el momento que ella espera llega. A lo largo del primer volumen, Awakening, demuestra en varios puntos su inteligencia a través de la toma de decisiones en situaciones de presión. No es un personaje fuerte por ser violenta o por no tener emociones, sino por saber gestionarlas. Maika siente miedo, angustia, llora y ríe como cualquiera de nosotros, pero también es salvaje y violenta como un lobo salvaje.
Este primer volumen del que os hablo hoy plantea una trama y un mundo muy rico y bien construido que sin ninguna duda os atrapará. La narrativa de Marjorie Liu se ve ensalzada por el trazo de Sana Takeda, que es capaz de captar las emociones de cada escena con un cariz casi cinematográfico. La historia atrapa y las diferentes subtramas conjuran una red que no nos dejará apartarnos de sus páginas. Sin duda es una lectura que recomiendo.

¿Nos ayudas con una donación?