Hasta hace unos años era relativamente complicado encontrar novelas modernas de ciencia ficción juvenil. La mayoría de las incursiones de la juvenil en el género eran (y a día de hoy siguen siendo) de fantasía, aunque cada vez abarcan más y más subgéneros. Pero lo cierto es que en los últimos tiempos hemos asistido a un pequeño auge con novelas como Reyes del cielo (SM, 2017), Illuminae (Alfaguara, 2016), Atados a las estrellas (La Galera, 2016), Azul: El poder de un nombre (Éride, 2015) y similares. Y esto es muy importante, puesto que es la forma de acercar a un público mayor un género tan cerrado como el de la ciencia ficción, dejando a un lado los prejuicios destilados de la maquinaria audiovisual.

Portada de la novela.
Por eso para mí fue un placer leer Ctrl Alt Escape, una novela de Marta S. Pina y Jeremy M. Williams, publicada por SM en 2015. Es una novela bien pensada, con muchos elementos de atractivo para el público juvenil, pero también varios temas de interés para el adulto. Los viajes en el tiempo, las paradojas temporales, el sentido utópico/distópico de una sociedad. Todo ello narrado por una protagonista muy bien conformada.
Mónica se encuentra en un tren con sus amigos y el tiempo corre en su contra. Debe volar si quiere salvar a su madre. Desde que un extraño contactó con ella a través del Messenger (la novela se ambienta en el año 2009), todo ha sido una locura difícil de creer. Ella, Carlos y Laura han estado en peligro de muerte en varias ocasiones durante la última semana, pero ahora es su madre la que está en peligro. Y todo por alguien que dice que necesita ayuda en el futuro.
Tras la breve introducción, la acción retrocede varios días en el tiempo, al momento en que todo empieza. A Mónica le hackean el ordenador y poco después aparece un hombre pidiéndole ayuda desde el futuro, usando el vocabulario que ha encontrado en sus trabajos del instituto, lo que da lugar a situaciones bastante divertidas. Mónica piensa que su amigo Carlos le está gastando una broma de mal gusto, pero cuando descubre que no es él, ambos empiezan a poner a prueba al individuo y se ven envueltos en una peligrosa aventura para salvar una sociedad que todavía no existe.
Dicha sociedad es una utopía en la que ya no existe la guerra ni ningún tipo de violencia, las armas son cosa del pasado. Sin embargo, ha surgido alguien ajeno al sistema que quiere reventarlo todo expandiendo una cepa del sarampión: una enfermedad ya extinguida en su época que provocaría una pandemia mundial. Por eso «000000» les pide su colaboración: necesita una muestra de su sangre para elaborar una vacuna que los inmunice contra dicha enfermedad. No deja de haber cierta ironía en que este sea el motor de la novela, dado el movimiento antivacunas. Por si alguien todavía duda de que la ciencia ficción hable del presente.
Los dos amigos tendrán que hacer malabares para cumplir su misión, aun arriesgando sus vidas, pero con soluciones bastante caseras que nos sacarán una sonrisa. Aunque hay algunos deus ex que acaban explicándose, en general la novela se sostiene y se nota el cuidado en apreciaciones como la de las paradojas temporales: ¿Mónica ha hecho un dibujo en la pared porque sí o venía ya predispuesta porque el hombre del futuro le ha dicho que lo haría?

La Sagrada Familia es uno de los escenarios clave de la novela.
Además, me gustó mucho la confrontación entre la sociedad actual y la futura, la demonización frente a la canonización, y cómo al irse conociendo una y otra esa barrera se difumina y aparecen los grises.
Otro de los aspectos fuertes de la novela son, sin duda, los personajes y las relaciones entre ellos. Mónica y su madre. Mónica y Carlos. Mónica y Laura. Incluso secundarios como el hermano Linares están muy bien dibujados. Si nos centramos en los protagonistas, tenemos la contraposición entre la chica despistada y el chico cerebrito. No negaré que en un primer momento me echó para atrás, pero no tarda en mostrarse que Mónica es despistada, sí, pero no tiene un pelo de tonta y salvará la situación en más de una ocasión. Ambos personajes son entrañables, porque además son esos mejores amigos que están enamorados pero no quieren empeorar su relación, y eso provocará situaciones de lo más divertidas.
Por otra parte, Laura es un personaje con muchas sorpresas, que no desvelaré, pero me encanta el trabajo que han hecho los autores con ella, con su contexto y con los prejuicios alrededor de su personaje. Del mismo modo, la madre de Mónica también es un personaje muy bien construido, que se preocupa, que se enfada, pero que también sabe confiar en su hija. Adoro su papel y la relación imperfecta entre ellas. En general, los personajes son muy reales, tanto por su forma de ser como de expresarse; tienen voz propia, algo no tan fácil de hacer cuando encontramos un narrador en primera persona.

Marta S. Pina y Jeremy M. Williams, autores de Ctrl Alt Escape
La novela es ágil, sobre todo de la segunda mitad hacia delante. En la primera, se nota el «síndrome de la primera novela»: hay una sobreexplicación en las escenas, o del pasado de Mónica y la relación con su padre, que ralentizan la narración y podrían haberse incluido de forma más diluida o escueta a lo largo de la historia. También la voz de la protagonista, tan cercana con sus chascarrillos y temores, se inmiscuye en escenas de acción que piden no ser interrumpidas. En ese sentido le hace falta un pulido, pero también es algo que se aprende con el tiempo y el trabajo.
En mi opinión, Ctrl Alt Escape es una novela muy digna, entretenida, divertida, muy cercana pero no por ello poco profunda. Tiene muchos detalles que hace que se disfrute mucho más, ya no solo en lo relativo a la ciencia ficción, sino también en lo personal. Personajes y situaciones muy cotidianas, problemas psicológicos, cómo marca el hecho de ser diferente. Además, me ha gustado mucho que se haya ubicado todo en un pueblo de Cataluña; quien haya usado los cercanías y el Talgo en Barcelona sabrá apreciarlo. Espero que Marta y Jeremy sigan escribiendo y regalándonos historias como esta.

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Da gusto encontrarse con novelas de ciencia ficción juvenil, y con reseñas como esta, para que los demás la conozcamos, porque he de admitir que no la conocía.
Apuntada está en la lista de deseos, a ver para cuándo le toca.
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