Diario de a bordo: Salón del Cómic de Barcelona 2018 (Parte I)

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Del 12 al 15 de abril tuvo lugar la trigésimo sexta edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona en la Fira de Montjuïc, la primera a la que hemos tenido el placer de asistir. Atraídas por las numerosas charlas con mujeres guionistas y las mesas redondas del Colectivo Autoras de Cómic, no podíamos dejar pasar la ocasión. Pero también sabemos que no todo el mundo tuvo la oportunidad de acudir, así que os traemos esta crónica en la que hablaremos de todas las actividades a las que asistimos. Esperamos que la disfrutéis tanto como nosotras.

LORENA ÁLVAREZ

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Lorena Álvarez al inicio de la charla.

El jueves día 12, Lorena Álvarez abría el Salón con la charla “Cómo nace una autora”, enfocada sobre todo al público infantil/juvenil, que es al que más se dedica en su vida profesional. Aunque la conferencia se centraba más en su trabajo como ilustradora, no debemos olvidar que también es guionista.

Álvarez comenzó cambiando el nombre a la charla: “Descubriendo el agua tibia” es como la llama de forma habitual. Es un dicho de Colombia, su país natal, que se refiere a cuando una persona se da cuenta de lo obvio. En su caso, también alude al momento en el que comprendió que escuchar cómo trabajan los adultos y gente con más experiencia no es suficiente, porque no todo sirve para todo el mundo, sino que hay que ponerse a trabajar y aprender de la propia experiencia.

Arrancó como autodidacta en lo que al dibujo se refiere. No había formación específica en la universidad donde estudió, así que realizó la carrera de Diseño Gráfico. Asignaturas como tipografía, comunicación visual y, sobre todo, fotografía la ayudaron mucho en su trabajo actual. Al preguntarle sobre el camino a seguir para dedicarse a la ilustración profesional, Álvarez comentó que el espíritu creativo está en todos los ámbitos, incluso en las matemáticas. Y, aunque se esté en una carrera relacionada con las artes, conviene consultar a otra gente con experiencia, que no tienen por qué ser los profesores.

La autora e ilustradora comentó varias de sus obras, la narrativa oculta en sus dibujos, lo que quería expresar con ellos. Le gusta identificar elementos cotidianos y cercanos en un entorno fantástico: la importancia de los campesinos en Colombia a través de una reinterpretación del cuento de “La gallinita roja”, homenajes a Los Beatles o a Hitchcock (Los pájaros). Sus obras son expresivas, llenas de color y con profusión de formas vegetales. Si tenéis curiosidad, podéis leer su obra Luces nocturnas (Astiberri, 2017).

KELLY SUE DECONNICK

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Kelly Sue pensando sus respuestas.

El viernes por la tarde acudimos al encuentro con la autora de Bitch Planet, Bella Muerte o Capitana Marvel. Es un lujo escucharla; su expresividad, su sinceridad, sus silencios, todo en DeConnick atrae al público tanto o más que sus obras. Ni que decir tiene que no fuimos las únicas que nos enamoramos de ella en tan solo una hora y con cinco preguntas (las respuestas son un resumen, no se corresponden de forma literal a las palabras de la autora).

Después de diez números de Bitch Planet, ¿es más fácil o más difícil escribirlo?

Es una mierda. Buah, qué bien sienta decirlo. El principio, el final, todo es un rollo. Escribir es difícil. Lo odio. Es el peor trabajo del mundo. Pero no podría hacer otra cosa. A mis hijos les digo que aunque tengas un trabajo difícil, hay que intentar que cada vez cueste menos. Lo que más lo facilita es tener una colaboradora [señala a Emma Ríos] que conozco desde hace ¿seis años? El no tener que explicarle todo cada vez, que me apoye cuando creo que soy un fraude. Entonces me dice: esto ya lo has hecho y puedes volver a hacerlo. Es una gran ayuda.

¿Qué le aconsejarías a un guionista de cómic que está empezando?

Cuando empiezas, cometes muchos errores a la hora de escribir guiones. Pero tienes que tirar hacia delante, buscar las musas si no tienes la historia. No la busques en internet porque no la encontrarás allí. Pasea, toma notas, escribe los diálogos de los personajes. Eso te ayudará a empezar. Es muy difícil hacerlo si tienes que esperar a tener la historia completa.

Ser guionista requiere mucho esfuerzo, hay que limpiar y pulir el texto muchas veces para no dártelas de listo. Tampoco me compadezcáis, no es un trabajo sufrido, no tengo una mala vida. Pero a veces romantizamos este proceso, relacionamos a los escritores con un camino de sufrimiento, bebidas y drogas, en el que morimos pobres y somos reconocidos luego. Tampoco es eso.

Si quieres escribir, puedes hacerlo. Tienes voz y una perspectiva única. Solo tú puedes contar esa historia. Es maravilloso y bello y deberías hacerlo. Pero no basta con esto. Hay mucho más trabajo. La gente cree que lo más difícil es la idea, y no es así. Las ideas son basura. Puedes tener treinta o sesenta a diario, pero tienes que aprender a reconocer las buenas. El factor limitante es el tiempo y el dolor. Las primeras páginas son basura, duelen. Las ideas parecen perfectas en nuestra mente, pero no sobre el papel. Si queremos llegar a las buenas páginas, tenemos que pasar por las malas y aprender a desecharlas. Es un proceso doloroso y sufrido. Por eso odio a las personas que dicen que escriben cada día y adoran escribir. Yo preferiría limpiar mi nevera. Pero es verdad que cuando acabo mis páginas, me siento satisfecha aunque el proceso sea duro. Vale la pena.

Como creadora, me preocupa la representación de las mujeres y las minorías. Cuando escribo una historia, me doy cuenta de las programaciones que tengo, aunque quiera hacer una representación más justa. ¿También te ocurre? ¿Te castigas por ello? ¿Cómo encuentras el equilibrio?

Nunca me autocastigo, no lo hagas tú. No es culpa tuya ser producto de tu cultura, no podemos cambiarlo todo de pronto. Lo que podemos hacer es reconocer nuestra historia de violencia a las minorías y documentarnos mucho. Si solo escribiéramos de nosotros crearíamos bibliotecas de narcisistas. Es irreal y aburrido. Pero es difícil encontrar el equilibrio.

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Cubierta del primer volumen de Bitch Planet, publicado en España por Ediciones Astiberri.

Bitch Planet es una historia con mujeres negras, pero yo soy blanca y mi compañero, un hombre negro. Ninguno de los dos pertenecemos a ese colectivo. No podemos decir “oh, está todo controlado, lo sabemos todo de las mujeres negras”. Hay que aceptar que puedes equivocarte. Si escribes algo, está mal y te das cuenta a tiempo, bien. Si no es así, y alguien con esa experiencia te lo recrimina, lo que debes decir es “gracias”. No te pongas en plan “soy el escritor y tengo amigos negros”, no. Da las gracias, corrige y no vuelvas a equivocarte en eso. Es una situación vergonzosa, pero pasa y hay que seguir adelante. Solo hay dos formas de evitarlo: no escribir sobre experiencias que desconoces o decir que has olvidado lo que has escrito. Tienes que asumir los riesgos para ser un artista, salir de tu zona de confort. Nosotras, como mujeres blancas, no sabemos de la marginalización de mujeres negras, mujeres trans o mujeres trans negras. Pero puedes investigar, hablar con gente o pagar a alguien para que corrija tu trabajo (esto último es una buena idea).

Hemos visto que se desenvuelve muy bien con distopías como Bitch Planet. ¿Le apetece hacer alguna utopía? ¿Cree que hay espacio en la ficción para imaginar que las cosas pueden ser mejores?

Sí, hay lugar para pensar que el mundo puede ser mejor. A pesar del sufrimiento puede haber justicia. Da miedo el resurgimiento de la supremacía blanca o el fascismo, pero creo que vivimos mejor que nunca, aunque sigamos teniendo que mejorar. Claro que tenemos que limitar a los nazis, pero vamos en la buena dirección. Somos más que ellos. A mis hijos les enseño que cuando un animal o persona te amenaza, en el 99,9% de las ocasiones es porque te tiene miedo, porque eres poderosa.

Bella Muerte me da vida, me hace ser mejor, habla del ciclo de la vida y la bondad de la historia. Bitch Planet es una sátira que se ríe de la crueldad y del miedo, pero las mujeres ganan. Esto no es un spoiler, ya lo advierto al principio. No voy a hacer diez volúmenes para que todo acabe mal. Ahora voy a trabajar para DC con tres volúmenes sobre las Amazonas, centrados en Hipólita antes de la historia de Wonder Woman.

No estoy deprimida, me siento empoderada. Creo firmemente que el mundo puede ir a mejor.

¿Cómo estructuras y desarrollas una historia? ¿Lo tienes todo planeado o improvisas sobre la marcha?

Hay gente que conoce la historia completa antes de comenzar a escribir. Me parece fascinante, pero estoy muy lejos de trabajar así. Después hay quien piensa que la historia empieza con el guion y la primera página; tampoco es mi estilo. En primer lugar, desarrollo los personajes, pruebo diálogos para ver el tono. Busco algunas escenas. Tengo un estilo bastante flexible, empiezo muy lenta y luego voy más rápido.

Cuando escribo un número sé lo que va a pasar en él y conozco el final de la historia, pero no cómo llegar ahí. Es como conducir con las luces cortas, puedes hacer toda la carretera con ellas, pero solo sabes lo que te vas a encontrar en el tramo más inmediato. Yo tengo el ritmo del número y el final de la historia y voy navegando para llegar a él.

En Bitch Planet sé 100% cómo va a acabar. En Bella Muerte hay tres líneas argumentales; sé cómo va a acabar una de ellas, la otra la tengo a medias y de la última no tengo ni idea.

Mi marido trabaja de forma muy diferente. Él pasa dos semanas tomando notas para luego escribir catorce páginas de guion en cuarenta minutos, puede hacer una progresión no lineal porque tiene muy planificada cada línea argumental. Yo no lo preparo tanto, soy más lenta escribiendo, a veces vuelvo atrás y reescribo, pero el tiempo total de trabajo es más o menos similar. Nunca borro lo que elimino, lo guardo en la morgue por si luego lo reutilizo, aunque no me ha pasado aún. Es más difícil llevarlo cuando ya está publicado, ves que podría haber sido mejor y tienes que seguir adelante con ello.

PREMIO HONORÍFICO DEL COLECTIVO AUTORAS DE CÓMIC A MONTSE CLAVÉ

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Cartel del premio diseñado por Raquel Gu.

Quisimos acudir también a la entrega del V Premio que otorga el Colectivo de Autoras de Cómic, que este año ha ido a parar a Montse Clavé. Fue un acto breve y emotivo, del que recuperamos las palabras que le dedicó Elisa McCausland como representante del Colectivo:

El Colectivo de Autoras de Cómic, que busca que el pasado no se olvide y que el hoy permanezca, nace con el propósito de hacer «presente» más allá del consumo rápido del ahora. La idea siempre ha sido la de hacer visibles las estructuras, los cimientos del cómic; el porqué de las rutinas históricas en los olvidos, el porqué de la pérdida de nuestras autoras a lo largo de la Historia.

Recuperar y reconocer la importancia de lo hecho y configurar nuestra genealogía nos lleva a la creación de este Premio Honorífico, que nació con el propio Colectivo y que en esta V edición le entregamos, emocionadas, a Montse Clavé, una de las pioneras de nuestro cómic, autora desde el compromiso explícito, político, con la ficción y su realidad.

Montse Clavé, activista de la viñeta, del libro, de la cultura.

Porque, desde el Colectivo de Autoras de Cómic, queremos que las que están por venir sepan de tu voluntad proyectada, de tu compromiso, de tu visión.

Porque queremos, por justicia, que Montse Clavé siempre esté presente. Gracias.

DANN THOMAS, SHEA FONTANA Y KELLY SUE DECONNICK

El sábado 13 a mediodía tuvo lugar una mesa redonda con estas tres guionistas. Para quienes no conozcáis a las dos primeras, Dann Thomas ha sido guionista para editoriales como Marvel y DC, a menudo junto a su marido Roy Thomas, y la primera mujer en guionizar Wonder Woman; Shea Fontana no solo trabaja la novela gráfica, también el formato audiovisual, como por ejemplo en DC Super Hero Girls. Las tres han vivido épocas distintas y sus experiencias han sido muy diferentes, por lo que fue un verdadero lujo disfrutarlas juntas y adueñándose de la charla.

¿Cómo os acercasteis al mundo del cómic como lectoras y como guionistas?

Thomas: De niña no leía cómics porque mis padres decían que no eran para niñas. Hay que tener en cuenta que nací en el 52, así que imaginad. Pero mis primos y amigos sí los leían y yo lo hacía de vez en cuando, aunque tampoco me llamaban especialmente. Pero a los 25 conocí a mi marido [Roy Thomas], y a él le encantaban. Y, cuando te enamoras, intentas compartir intereses, de modo que esa fue mi forma de entrar en el mundo del cómic.

Sobre personajes femeninos, os diré que es verdad que yo no me identificaba con Mary Jane o Wonder Woman, pero sí lo hacía con Superman u otros. Para mí el género del personaje no era importante a la hora de empatizar.

Fontana: Yo llegué al cómic a través de la tele, con la serie de dibujos de Batman. Me gustaba porque había muchos personajes femeninos con los que identificarme, como Batgirl, que además utilizaba el cerebro para resolver los problemas. También me encantaba Harley Quinn. En la universidad empecé a leer cómics de DC.

Profesionalmente, el proceso ha sido similar. Empecé en animación con Super Hero Girls y luego me ofrecieron hacer la novela gráfica. Gracias a DC aprendí a hacer guiones. Llevo trece años trabajando en el campo y sigo siendo la única mujer en la sala, así que intento siempre que haya representación de mujeres tanto delante como detrás.

Deconnick: Lo siento, pero en esta charla voy a ser ‘da bitch’. Es un honor estar en esta mesa y compartirla con estas mujeres de tanto talento. Siempre estoy dispuesta a participar en mesas sobre mujeres, pero siento que afecta a parte de mi dignidad. Imaginad una mesa sobre cómo ser varón influye a la hora de hacer cómic. Se han hecho alguna vez y son divertidas, pero dan por sentado que la perspectiva masculina es la perspectiva por defecto. No obstante, hay un 51% de mujeres en el mundo, así que, estadísticamente hablando, la nuestra debería ser la perspectiva por defecto.

Empatizamos con otros personajes, mayoritariamente masculinos, porque hay poca representación femenina. Ojo, está bien identificarse con Harry Potter o Superman, pero esta situación envía un mensaje sutil: somos invitadas. Un estudio sobre las películas que se estrenaron en EE. UU. en 2014 verifica que solo un 30% de las mujeres que aparecían tenían diálogo, y solo un 14% de los personajes protagonistas eran mujeres. Así pues, hay las mismas posibilidades de que hable una mujer latina y una extraterrestre.

No me malinterpretéis, estoy muy agradecida por estar aquí, pero creía necesario recalcar la naturaleza política de este tipo de charlas.

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Thomas, Fontana y DeConnick planeando conquistar el universo.

¿Cómo dejamos de hacer estas mesas redondas?

D: Contratad mujeres y problema solucionado.

T: La gente que más admiro está en esta mesa porque han llegado donde están por su talento, ambición y perseverancia. Yo, sin embargo, aunque tengo cierto talento, también he recibido cierta ayuda de mi marido. Yo escribía en mi juventud, pero soy vaga, por eso estudié Económicas, porque había que escribir poco. Pero a mi marido le encantaba el cómic y me arrastró cuando me pedía consejo para sus historias. Y a veces me siento un poco culpable, porque algunas de vosotras lo daríais todo.

Hace unos años me invitaron a una mesa sobre este tema y me indigné también mucho. ¿Por qué no la llaman “chicas, chicas, chicas”? Pero se hacían sobre todo con escritoras de editoriales independientes, gracias a las cuales hubo luego guionistas en las grandes editoriales.

Lo que es necesario es que haya un cambio en el público. Las editoriales se prostituyen para darle al público lo que quiere y lo que necesitamos es que el público cambie.

Entonces, si no cambia el público, ¿cambiará algo?

F: Ahora mismo hay un reparto más o menos equitativo entre lectores y lectoras en EE. UU. Pero en DC las lectoras están creciendo y en unos años se harán con la industria. En unas décadas habrá la impresión de que los cómics son cosas de chicas y no de chicos.

D: Lo que se dice sobre que las mujeres están empezando a leer cómic es mentira. Siempre han leído. Con el boom del manga en EE. UU. se sumaron muchas lectoras, porque era más fácil acceder a ellos que al sistema de venta directa de cómics. Los cómics se venden en librerías especializadas mientras que el manga se distribuye en librerías genéricas. Podías encontrar el que quisieras y llevártelo.

Otro aspecto es el MCU, al que han accedido muchas mujeres y de ahí han dado el salto a los cómics gracias a internet y las guías, que lo hacen mucho más fácil. La organización en las librerías especializadas es completamente arcaica, porque se estructuran por editoriales. Si quieres comprar algo de Iron Man, te encuentras el nº 7 al lado del nº 216. ¿Y por dónde empiezo? Con los mangas puedes encontrar rápidamente el primer número, porque se ordenan por serie. En las tiendas de cómics necesitas un guía, y no siempre encuentras uno amable. Gracias a internet, tienes la guía en el bolsillo.

El problema sobre adquirir nuevas voces es que se publica un cómic al mes, haya quien haya, así que solo contratan a quienes conocen y saben que entregan a tiempo.

Como podéis comprobar, la mesa redonda fue bastante intensa, pero hay que destacar el esfuerzo por recordar que las lectoras de cómic siempre han existido y por reivindicar el lugar de las guionistas en la industria estadounidense. También nos parece fundamental el llamamiento al público, pues es lo que nosotras llevamos reivindicando casi dos años: si seguimos comprando lo de siempre, dejando de lado a las autoras, la industria siempre las tratará como algo anecdótico y de escasa relevancia.

No os perdáis la segunda parte de esta crónica, en la que hablaremos de más autoras y del cómic en España. ¡A navegar!

Claudia Fontana
Claudia Fontana (Reseñas/Fichas de autoras): Izoldaval. Filóloga hispánica en proceso. Era lectora de fantasía épica, pero ahora estoy virando hacia costas extrañas y múltiples. Me encantan los cómics, en papel o en digital, las series y películas de animación y Star Trek.
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Laura S. Maquilón
Laura S. Maquilón (Reseñas/Fichas de autoras): Sierpe. Lectora por vocación. Arquitecta por amor al arte. Amante de la fantasía desde pequeña y fascinada por la ciencia ficción. Escribo relatos y tengo muchas historias en la mente. También escribo reseñas. Y artículos. Y hasta la lista de la compra.
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