Hace ya unos cuantos años, acabé mi primera blognovela y decidí escribir otra. Había tres cosas que me apetecía hacer en ese momento: algo de género ciberpunk, una historia con un protagonista semielfo que me rondaba desde hacía tiempo y una novela romántica. Como no tengo paciencia, decidí mezclarlo todo y crear Incursores de la noche.
Desde el principio, supe que iba a ser complicado llegar a los lectores. El mundo que creé era sólido, los personajes fantásticos y la historia, planteada con una estructura que solo podía calificarse como «de mazmorras», quedándome en la mejor parte de cada entrada, enganchaba bastante. No obstante, esa historia de amor de tono ligeramente juvenil que se colaba entre incursión e incursión en un mundo supertecnológico donde las máquinas y los hackers convivían con criaturas fantásticas, magia y dioses… simplemente era una mezcla demasiado extraña.

Portada y sinopsis de Atrapada en otra dimensión
Pronto, mis sospechas se confirmaron: los que iban buscando una historia de amor se encontraban con fantasía y ciencia ficción y dejaban de leer. Algunos de los que querían fantasía se chocaban con burbujas, megacorporaciones religiosas y tecnología, por lo que abandonaban. Otros buscaban el ciberpunk y se encontraban con clérigos, elfos nigromantes y enanos, por lo que lo dejaban. Y, a los que aceptaban la mezcla, la historia de amor les sobraba (aunque la mayor parte de estos no abandonaron porque, proporcionalmente, tampoco ocupaba tanto). Para colmo, muchos de los lectores fieles que habían leído Atrapada en otra dimensión y buscaban en este libro otra historia de fantasía humorística abandonaron en la primera entrada porque no era lo que esperaban, sin darle una oportunidad.
Al final, la blognovela aguantó con los pocos seguidores que me traje de mi blog de relatos, donde les había acostumbrado a leer prácticamente cualquier género y casi en todos los estilos: desde microrrelatos de fantasía hechos con las letras del abecedario en orden hasta historias de la vida cotidiana, romances, psicópatas… ¿cómo les iba a asustar esa mezcla? No eran muchos, pero su apoyo me animó a llegar hasta la última página.
Acabada la blognovela, me encontré con la duda de si publicarla o no en papel. Por entonces no conocía Amazon y autopublicar significaba encargar un centenar de ejemplares, con el consiguiente desembolso y el riesgo de quedarme con un montón de libros sin vender. No soy de esas autoras que chantajea emocionalmente a familiares y amigos para deshacerse de sus libros, así que lo tenía complicado, porque solo unos veinte lectores de los que habían leído la blognovela manifestaron su deseo de tenerlo en papel.
Cuando releí lo que había escrito, di con una arriesgada solución. La estructura estaba bien para una publicación periódica, pero para darle más emoción había que saltarse cosas que, aunque no eran fundamentales, sí eran relevantes como hilo, para contextualizar mejor el mundo y para profundizar en ciertos personajes. Así pues, decidí regalar el ebook en bruto (es decir, con las correcciones básicas y sin añadidos) con un mensaje al principio y al final avisando de que no era la historia completa y que, si querían leer la versión completa con las escenas inéditas, tendrían que comprárselo en papel. Redacté una sinopsis en la que se insinuaban los tres géneros (fantasía, romance y ciencia ficción) pero se enfatizaba en que habría acción y lo lancé al mundo virtual.
Era una jugada arriesgada, pero funcionó a la perfección: el hecho de colgarlo en varias plataformas de ebook hizo que llegara a mucha más gente. No todos le dieron la oportunidad, pero por entonces el mercado no estaba tan saturado y hubo unos cuantos que, como estaba gratis, decidieron probar. De esos, bastantes se dieron cuenta de que esa extraña mezcla les encantaba y no solo compraron el libro en papel, sino que además empezaron con lo que ha hecho que Incursores de la noche sea uno de mis superventas: el boca-oído.

Portada y sinopsis de Incursores de la noche
El libro se viralizó en dos direcciones: lectoras de romántica paranormal que ya estaban hartas de tanto vampiro/hombre lobo dominante; y foros pertenecientes a comunidades roleras. La verdad, estos últimos no eran un público en el que hubiera pensado; aunque siempre había querido jugar al rol, nunca había tenido oportunidad. No obstante, por esa vía fue todo un éxito, e incluso una editorial de juegos de rol se ofreció a publicármelo, pero la cosa no llegó a cuajar.
Todo esto funcionó durante varios años, hasta que dos circunstancias me hicieron cambiar de rumbo: la primera, que piratearon el libro. Puede parecer una tontería, pues estaba gratis. Pero, al margen de que ya por entonces comenzaba a estar contra la piratería, al comprobar lo mucho que perjudicaba a todos, precisamente por el hecho de que yo lo estaba regalando me molestó que fuera pirateado. Que alguien se lucrara de mi trabajo gracias a la publicidad pagada, cuando yo por la versión digital no veía un céntimo, me dolió. Y más sabiendo que la mayor parte de los que se lucran por la piratería son mafias y grupos terroristas. Pero, para rematar la faena, hicieron algo con la conversión a un formato no autorizado que eliminó todos los acentos ¡y empecé a recibir mensajes de lectores indignados porque estaba mal escrito!
La segunda razón del cambio es que me quedé sin ejemplares en papel y ahora conocía el servicio de Amazon, que me estaba funcionado con Atrapada en otra dimensión. El problema era que las dimensiones de libro que permite Amazon no coincidían con lo que ya había maquetado, lo que obligaba a volver a maquetar el interior y la cubierta. Había pasado ya demasiado tiempo para molestar a Karol Scandiu para que adaptara la portada (que había ganado en un concurso que hice en el blog), así que decidí ilustrarla yo misma. También, como habían pasado años y mi estilo se había pulido, decidí reescribir el libro de arriba a abajo, aunque manteniendo la esencia, y volverlo a corregir. Y, como quería que el libro en papel tuviera un valor añadido respecto a la edición anterior, ilustré los inicios de capítulo y añadí tres relatos inéditos y un glosario (que resulta muy útil especialmente para las lectoras de romántica).
Tras acabar con la edición, que compatibilicé retirando de internet la versión incompleta gratuita y todas las pirateadas que pude encontrar, subí el libro a Amazon con una sinopsis adaptada a mis dos públicos clave, esta vez con la versión digital completa a 0,99 €. De nuevo, fue un éxito: no solo algunos lectores decidieron comprarlo de nuevo para tener la nueva edición, sino que, al ser una nueva plataforma, conseguí nuevos lectores y que se reactivara el boca-oído.
Han pasado unos años desde ese momento y, tras ceder al acoso lector, he decidido sacar a la venta un nuevo libro de Incursores basado en uno de mis personajes más célebres: Sombra. Ambos son libros independientes, de modo que me vuelvo a encontrar en una situación complicada: ¿cómo vender la historia de amor de un elfo nigromante que vive en un mundo ciberpunk? No obstante, esta vez tengo a muchísimos lectores detrás que no se lo han pensado dos veces a la hora de comprarlo, a pesar de que les he advertido que es, con mucho, el libro más raro que he escrito. De momento, he decidido sacarlo en papel primero, solo unos meses, para los lectores impacientes que ya conocen a mi banda de incursores. Así, me dará tiempo a conocer su feedback antes de que empiece de nuevo la batalla para que lectores que no me conocen den la oportunidad a una historia de extrañas mezclas.

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