En ocasiones las lectoras de ciencia ficción buscamos una historia que nos marque. Queremos montarnos en la nave de unos personajes reales, que estos nos acompañen y nos enseñen la inmensidad del espacio exterior. Con Becky Chambers y su aclamada novela El largo viaje a un pequeño planeta iracundo (Insólita, 2018) sucede justamente eso.
Becky Chambers nació en los ochenta en el seno de una familia fuertemente relacionada con la ciencia espacial. Durante su juventud experimentó uno de los momentos de auge de la ciencia ficción: Star Wars, Star Trek, Farscape… Estudió Artes Escénicas, trabajó administrando un teatro y decidió hacerse autónoma para dedicar su tiempo a la escritura. Ha vivido en Islandia y Escocia y en la actualidad ha regresado a California, donde sigue ampliando su universo de ciencia ficción.
En España solo hemos podido disfrutar (de momento) de El largo viaje a un pequeño planeta iracundo, pero la saga Wayfarers ya cuenta con dos novelas más: A closed and common orbit (Hodder & Stoughton, 2016) y Record of a spaceborn few (Hodder & Stoughton, 2018).
En La Nave tuvimos el placer de entrevistar a Chambers y hoy os traemos sus respuestas. Hablamos con ella de ciencia ficción, de influencias, de videojuegos… ¡y de mucho más!
El largo viaje a un pequeño planeta iracundo es un viaje interestelar con multitud de razas alienígenas en una nave. A primera vista no parece una premisa original. ¿En qué momento dijiste «desde aquí puedo hacer algo diferente» y te pusiste a escribir?
Creo que no fue en ningún momento concreto, sino más bien a través de un proceso lento. Crecí viendo y leyendo space opera y amándola. Gente en naves espaciales. Y en esas naves vivía mi cerebro. Allí me imaginaba a mí misma. Ese era el tipo de historias que me contaría a mí misma al acostarme. Todas estas influencias las fui acumulando lentamente mientras pensaba cosas como «Oh, claro, buena idea, pero, ¿qué tal si lo hago un poco diferente?», y «Oh, es necesario, pero en realidad no me gusta este ritmo, así que lo cambiaré». Y así, esta acumulación de ideas a lo largo del tiempo me hizo pensar que debía tomar apuntes y notas y acabé con esta caja llena de cosas con las que no sabía qué hacer realmente. Finalmente me dije: «Vale, tienes que hacer algo con todo esto. Algo como empezar a escribir». Creo que desde que empecé a darle vueltas a este contexto estuve trabajando en esta historia en particular durante siete años y no sabía qué estaba haciendo con ella, pero finalmente llegué a la conclusión de que debía unirlo todo. Y no podría asegurarte si eso fue lo que me hizo escribir esta historia, pero fue ese punto de ruptura el que me hizo pensar «Vale, ahora lo tengo todo. Ahora sé que hacer».
Si algo enamora de esta novela son los personajes y las relaciones entre ellos. ¿Te fue más complicado plasmar y diferenciar sus personalidades a través de los diálogos o la trama de la novela?
Podría decirte cuanto tiempo le dediqué a la caracterización de mis personajes. En general, mis libros está más centrados en los personajes que en la trama. Me gustaría decirle esto a la gente, sinceramente. Si buscas una trama grande y robusta con un clímax enorme y muchas explosiones, no vas a encontrarlo aquí. Esta es una historia más lenta. Creo que descubrir qué hacer con todas estas piezas fue algo por lo que luché durante bastante tiempo. Me decía a mí misma: «No consigo ver si es un libro de verdad». Porque creía que la ciencia ficción tenía que ser así, tenía que seguir un tipo de fórmula, tenía que seguir un tipo de estructura. Y cuando tuve todo este conjunto de pequeñas escenas juntas y separadas al mismo tiempo y pedazos de la vida de los personajes fue cuando sentí cierta falta de confianza durante bastante tiempo. Empecé a pensar si todo esto era suficiente para conducir mi historia y al final me di cuenta de que mi fortaleza estaba ahí. En la caracterización, que muchas veces se entiende junto a la trama, pese a que son dos cosas que no necesariamente deben seguir la misma corriente ni centrarse en un único enfoque.
Los humanos han dejado la Tierra y, aunque algunos viven en Marte, otros marcharon en naves éxodo. Pero no son los únicos que han abandonado su hogar. ¿Cuánto hay de tus viajes en esta nostalgia que transmiten?
Mucho. Este libro está inspirado por mis viajes, por tener una familia muy internacional y por mi oportunidad de haber vivido en otros países. A partir de todo esto surge una extraña mezcla de libertad y nostalgia que he experimentado cada vez que me iba y cada vez que volvía. Creo que cada vez que vas a algún lugar durante un largo tiempo, eso te cambia de un modo irreversible. No puedes volver atrás. Y te llevas esos grandes amigos que están de distintas formas en tus personajes. Especialmente porque cuando viajas como alguien que es un forastero o un expatriado, no puedes culparte ni culpar a los que también son forasteros. Recuerdo cuando estuve viviendo en Islandia y una cafetería en concreto. Y no tengo muy claro qué pasaba allí, pero tanto los extranjeros como los que estaban de paso por Islandia se reunían allí y no necesariamente para pasar el rato, simplemente para estar rodeados de gente que también fuese extraña, gente que no fuera de allí. Allí empecé a escuchar todo tipo de historias y me hice con las primeras piezas gracias a esa gente. Hablaban sobre el hecho de haber abandonado su hogar y cómo les hacía sentir. Mucha de mi experiencia personal y las conversaciones con otras personas que han tenido experiencias únicas y similares al mismo tiempo se reflejan, de un modo u otro, en mis personajes.

De izquierda a derecha: Laura S. Maquilón y Becky Chambers en Gigamesh Barcelona.
Estudiaste artes escénicas y en alguna ocasión has dicho que configuras las escenas de un modo parecido al teatro. ¿Verías una serie de Wayfarers?
Yo diría que sí [risas]. Creo que sería muy guay. Creo que sería necesaria una serie de televisión en vez de una película, porque dos horas serían un tiempo demasiado breve para poner las cosas en orden, y todo lo que sucede. Además, gran parte del libro está escrita de un modo muy episódico. Creo que es algo que fácilmente podría ser traducido a cualquier tipo de medio si la gente estuviera interesada en ello.
Hablando de series, ¿cuáles te han influido más a la hora de escribir estas novelas?
Star Trek influyó enormemente en mí. Crecí viéndola y, a día de hoy, todavía me encanta. Star Wars también. No veo la necesidad de una lucha entre estas dos sagas [risas]. Son muy diferentes, ¿por qué debe existir una lucha? Qué más… Farscape fue otra grande para mí.
En libros me inspiré mucho en Ursula K. Le Guin… Ella fue probablemente mi… No, probablemente no. Ella es la razón por la que decidí escribir ciencia ficción. Descubrí lo que significaba ser fan y querer hacer algo similar. El mundo de Carl Sagan también, obviamente él escribió un montón sobre ciencia ficción, y sus textos científicos también fueron una gran inspiración para mí.
¿Qué posibilidades te ha brindado la ciencia ficción para hablar de los temas que te interesan: sexualidad, raza o pacifismo?
Lo maravilloso de la ciencia ficción es que es una hoja en blanco. Puedes hacer lo que quieras y puedes contar historias basadas en temas o ideas que, sí, se encuentran en el mundo real, pero tú puedes eliminar la parte que quieras o puedas sobre esos temas. Si por ejemplo escribes una historia realista y empiezas a hablar sobre grupos raciales o grupos étnicos o personas con distinta orientación sexual y la manera en la que hablas sobre esto en el mundo real. Quiero decir, la manera en la que usas esos términos, esos términos políticos (dejémoslo en términos), la gente va a juzgarla de inmediato, incluso antes de leer nada sobre el personaje. Pero con la ciencia ficción puedes eliminar ese problema por completo. Puedes decir «Ey, estamos en otro lugar, esto es el futuro y lo que yo diga, encaja». Y puedes empezar a sumergirte en estas ideas con los prejuicios de la gente sobre cómo debería ser y aunque en temas de sexualidad o razas, todo es un tabú, puedes trabajar al revés y preguntarle al mundo «¿Por qué?» ¿Y si escribes, por ejemplo, sobre una cultura en la que sus individuos viven con su familia de un modo particular? Que hay de… Las especies, las especies son geniales cuando tratas de hacer esto porque no te metes en el argumento absoluto sobre la naturaleza humana. Oh, vaya, esto no es natural, la gente no haría eso. Está bien, ¿y si es un pueblo lagarto? ¿Y si es un pueblo de extrañas babosas? Porque no se puede discutir con algo así, porque esa sería su naturaleza, ¿verdad? Cuando observamos a los animales en el mundo real, no les miramos y decimos «Oh, no deberían hacer ese tipo de cosas, no es apropiado». Son así, y esto nos sirve para entender esto a la perfección. Las cuestiones profundas sobre cuál es la naturaleza humana quedan atrás observando a otras especies u observando a gente que vive en otros planetas y planteándoles cuestiones difíciles sobre qué es normal o qué es correcto. Esta es una de las cosas que más amo de escribir ciencia ficción, este tipo de libertad.

Becky Chambers nos habló de las posibilidades que ofrece la ciencia ficción.
Hiciste un crowdfunding de A long way to (…) a través de Kickstarter para autopublicar la novela y fue un éxito. ¿Cuándo se interesó tu editorial en el proyecto y qué destacarías de ambos procesos?
El resumen del Kickstarter en sí es que la campaña fue un éxito. Cuando empecé la campaña estaba a dos tercios del objetivo y me quedé sin trabajo remunerado. ¡Estaba de freelance y estaba sin blanca! Y no quería empezar a escribir el libro, pero realmente no sabía qué más hacer, así que hice un trato conmigo misma: «Si esa campaña en Kickstarter no funciona, necesitas dejar de perder el tiempo en esto y encontrar un trabajo de verdad». Y para mi eterna sorpresa fue un éxito, y mucha de la gente al frente de la campaña eran desconocidos que, simplemente, leyeron mi idea. Ni siquiera habían leído el libro todavía, leyeron mi idea y dijeron «Guay, bien, vamos a ayudarte a hacer esto» y no fue… es decir, claro que el dinero fue importante, pero para mí fue más importante el apoyo. No fue solo un «toma treinta pavos y adios», sino que continuaron enviándome correos y animándome mientras acababa el libro. Y era gente a la que no conocía y ese fue un regalo maravilloso y algo por lo que siempre estaré agradecida porque me dieron la confianza y la capacidad para acabar y me hicieron saber que la gente estaba interesada en mi trabajo, que querían que sucediera y me siento respaldada por la generosidad de su aportación y por la amabilidad que me dedicaron.
En cuanto a la transición de la autopublicación a la publicación tradicional fue, más bien, pura suerte (siendo sincera). Fue en la Worldcon de Londres, en 2014. Conocí a una mujer en una fiesta, tomamos unas cervezas, nos acostamos, y creí que eso era todo. Unos meses más tarde tuve noticias suyas. Dijo que era una editora, cosa que yo no sabía cuando la conocí, me dijo que había leído mi libro y que si quería unirme a su equipo. Y obviamente dije que sí. El libro ya estaba acabado y no me pidió ningún cambio antes de publicarlo, así que todo fue gracias a una suerte increible.
Aunque A closed and common orbit no ha sido publicada todavía en español, sabemos que sus protagonistas aparecen en la primera novela. Y ahora se publica Record of a spaceborn few, donde se ve que conoceremos a la hermana del capitán Ashby. ¿Qué nos puedes contar de cada una de ellas?
Ambos libros se encuentran bajo el mismo contexto que el primero y están relacionados por personajes que se conocen entre sí. En A close and common orbit, ambos son conocidos y conocen a los protagonistas del primer libro, pero son personajes más pequeños y forman parte de un grupo de amistades. El segundo libro es una historia sobre una Inteligencia Artificial y un mecánico, un ingeniero genético mecánico. Ambos se encuentran y es difícil resumirlo de un modo fácil [risas], pero llegan a la vida del otro y se convierten en alguien muy importante mientras se embarcan en una especie de misión para descubrir el significado de la identidad personal y la familia.
En el tercer libro, Record of a spaceborn few, la hermana de Ashby es uno de los personajes así como un montón de gente nueva, y este libro sucede en la Exodus Fleet, que es, como has mencionado antes, una de las naves éxodo que sacan a gente de la Tierra. Los dos primeros libros estaban muy centrados en aliens e Inteligencias Artificiales y en otros grupos compuestos por humanos. Había un montón de culturas dando vueltas juntas, un montón de tipos distintos de gente. A spaceborn of a few es el más centrado en la humanidad de los tres y, en concreto, se centra en una cultura. El libro plantea la cuestión de para qué sirve una nave éxodo que ya ha alcanzado su destino. Porque las naves contactaron con aliens hace cientos de años, viajaron a planetas en los que no se podía vivir y se preguntaron por qué todavía vivía gente allí. Y no hay respuestas maravillosas para esa pregunta. En su lugar hay muchos personajes distintos y podemos ver las distintas perspectivas de su cultura y de como esa cultura ha cambiado porque un grupo de gente se ha embarcado de repente al espacio y ha llegado hasta esta gran red cultural intergaláctica. Sus tradiciones han cambiado, sus idiomas han cambiado, todo cambia y se mueve constantemente, y nos sumergimos profundamente en cómo preservar y salvar estas tradiciones.

Becky Chambers en la pasada edición del festival Celsius 232
Seguro que los lectores te han dicho muchas veces cuánto echan de menos a la tripulación de la Peregrina. ¿Los echas tanto de menos como para volver a escribir sobre ellos?
Quiero a esos personajes y es por ello por lo que no tengo planes inmediatos de escribir sobre ellos de nuevo, al menos en un futuro cercano. Soy consciente de la importancia de escribir una historia con ellos por el mismo motivo que no la escribo: porque no tengo una dentro de mí ahora mismo. Y siento que si tratara de ponerme en marcha con ellos, la historia quedaría pobre y vacía y por ello esto no es lo que quiero para ellos ahora mismo. Lo que veo ahora es explorar distintos rincones del contexto, con grupos distintos de gente, como hice con los dos siguientes libros. Dejo la puerta abierta para ellos por si quieren volver y contarme otra historia. Estaré feliz de escribirla, pero de momento los dejaré donde están.
Tienes una gran producción de artículos sobre series y videojuegos. ¿Te sientes más cómoda en ese ámbito o en el de la ficción?
En términos de mi propia escritura, definitivamente me siento más cómoda escribiendo libros. Los juegos son uno de mis hobbies favoritos, son algo que realmente disfruto. Pensé durante un tiempo en escribir guiones para videojuegos. Me resulta interesante. Pero creo que estoy feliz dejándolo como algo que es divertido para mí porque una de las partes de los libros (yo adoro los libros, adoro leerlos y escribirlos), pero cuando algo se convierte en tu trabajo… Cambia para siempre. Leer no es siempre divertido y escribir tampoco. Ahora no puedo coger un libro y leerlo sin pensar en cómo fue escrito y, de ese modo, lo estoy leyendo de un modo distinto. Los juegos me hace feliz… viven en una burbuja propia y pequeña en la que solo puedes divertirte. Me gusta escribir sobre juegos y escribir artículos sobre su storytelling y otras cosas. No lo he hecho durante un tiempo porque he estado centrada en escribir ficción, pero las ideas de no ficción son algo que disfruto mucho. Y algo para lo que ahora mismo no tengo tiempo.
Desconocemos en qué medida te afectó el Gamergate. ¿Cómo describirías la situación de las mujeres en el mundo de los videojuegos a día de hoy, ha mejorado o seguimos igual?
Es un poco difícil para mí contestarte a eso. Dejé de escribir crítica de videojuegos en 2014, que fue cuando el Gamergate despegó y fue cuando mis libros fueron publicados y me centré en ellos, así que ya no estaba en la comunidad gamer del mismo modo. Todavía juego, pero ya no estoy tan al día de los desarrollos ni estoy dentro de la comunidad como solía estarlo.
Es una situación difícil y es triste para mí como alguien que ha jugado a juegos durante toda su vida ver este tipo de toxicidad en la comunidad. Es difícil para mí decir que los videojuegos son más inclusivos que cuando yo era joven porque te encuentras con cosas como el Gamergate y no puedes decir que sea una comunidad enteramente inclusiva. Obviamente, no sucede en la mayoría de la comunidad y hay un montón de gente amable que acoge a las mujeres, pero creo que es cierto que donde estamos es un reflejo del punto en el que se encuentra la sociedad como conjunto. La cultura pop siempre refleja la actualidad en la que vivimos, ya sea a través de videojuegos, de ciencia ficción, de política o de cualquier otro campo. Vemos este tipo de preguntas siendo contestadas con el mismo tipo de luchas de género, de raza y de diversidad sexual. Todas estas son grandes peguntas ahora mismo, así que no me sorprende como las cosas avanzan en la comunidad gamer o en la comunidad geek. Me entristece y me enfada porque son hobbies e historias que me encantan y ayudaría que esta comunidad pusiera el amor por encima del odio, por encima de dejar a la gente fuera, porque eso es lo que significa ser geek. Significa celebrar, no excluir. Pese a las dificultades, creo que al final habrá una victoria en este tema.


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Un placer estrenarme como colaborador aportando mi granito de arena a una entrevista tan especial. Ha sido todo un honor 🙂
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Es un libro que se lee de un tirón y me dejo enamorada de sus personajes!.
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