Rawblood es una novela de terror gótico escrita por Catriona Ward y que ganó el premio British Fantasy Awards en 2016, en la categoría de novela de terror. La historia bebe de los clásicos góticos y podemos ver la influencia de autores como Shirley Jackson o Bram Stoker, no solo en la ambientación, sino también en el papel protagonista del edificio o en ese misterioso personaje que nos acompaña casi desde el principio del libro.
Durante generaciones, los miembros de la familia han muerto jóvenes. Ahora, Iris y su padre son los últimos de los Villarca. Su enfermedad les confina en la solitaria mansión, en Dartmoor; su enfermedad hace que deban morir solos. Pero Iris rompe la promesa de esconderse del mundo. Se atreve a enamorarse. Y solo entonces descubrirán el verdadero horror de la maldición de los Villarca.
La novela comienza con el punto de vista de Iris, una niña de unos catorce años a la que su padre le pone una serie de normas a causa de una enfermedad que ha perseguido a su familia desde generaciones y que, más que enfermedad, parece una maldición. Al principio, la niña hace caso a su padre, aunque el hijo del señor Gilmore (un hombre con el que no se lleva nada bien) se lo pone difícil. En primera persona, vemos cómo Iris vive su confinamiento y también todas esas veces que desobedece para poder ver al chico que tanto le gusta. Aunque el padre acaba encontrando la manera de que su hija le haga caso: si cumple con las reglas, le pagará los estudios de enfermería que tanto desea.

Cubierta de Rawblood.
Pero Iris no es la única narradora, sino que en ocasiones retrocederemos en el tiempo y leemos los diarios de Charles Danforth, un amigo de Alonso, el padre de Iris, al que conoció en la facultad de medicina y al que le une algo más que una amistad. Bajo el punto de vista de Charles, asistimos al principio de la enfermedad de Alonso y de lo que ocurrió en la casa familiar cuando este volvió de un viaje a Italia. ¿Qué es lo que les encierra en la casa? ¿Qué enfermedad es esa? Alonso la llama horror autotoxicus, pero tanto Iris como Charles sospechan que las cosas no son tal y como el padre las cuenta. Además, Alonso les asegura que hay una mujer que persigue a todos los de la familia Villarca y acaba con sus vidas si osan enamorarse o salir de la casa. ¿Será verdad o es un cuento para mantenerles atados a él?
También vemos otros puntos de vista y todos ellos están perfectamente perfilados. Catriona Ward consigue crear personajes con voces que no se mezclan entre sí, sino que se distinguen perfectamente unas de otras y con muchísima personalidad. Además, cada uno de esos puntos de vista es fascinante, por lo que no piensas en otros personajes mientras lees a cada uno de ellos. Con estos cambios de narración, podremos ver distintas perspectivas de la historia, descubriendo lo que ocurrió y qué nos están ocultando.
Rawblood. Home. It sounds like a battle, like grief, but it’s a gentle name. ‘Raw’ from ‘Sraw’, which means ‘flowing’, for the Dart River that runs nearby. ‘Blood’ from ‘Bont’, a bridge. Old words. The house by the bridge over flowing water. It has been in my family since I don’t know when. Rawblood is us and we, the Villarcas, are Rawblood.
Traducción: Rawblood. Hogar. Suena a batalla, a dolor, pero es un nombre dulce. «Raw» viene de «Sraw», que significa fluido, por el río Dart que fluye cerca. «Blood» viene de «Bont», un puente. Viejas palabras. La casa junto al puente sobre el agua que fluye. No puedo ni recordar desde cuándo ha sido de mi familia. Rawblood es nuestra y nosotros, los Villarcas, somos Rawblood.
Uno de los protagonistas indiscutibles de la novela es la propia Rawblood, la casa familiar. Ahí sucede gran parte de la acción y en ella vive un ente fantasmagórico que se supone que es una mujer horrible que quiere acabar con toda la familia. Unos se lo creen y otros no, incluso Iris empieza a dudar de su presencia, aunque crea haberla visto. Es una casa que, además, viene bastante influencia por la Hill House de Jackson o por los castillos góticos, no solo por el tipo de edificio, sino también por la ambientación que crea y la importancia que tiene en la historia.
Aunque no es el único lugar que visitamos durante la lectura, pues en un determinado momento nos trasladamos a un asilo de la época, y os podéis imaginar el percal. No es un lugar agradable en la actualidad, pero a principios del siglo XX era un infierno por el trato a los pacientes y por las propias instalaciones. Ward aprovecha la novela de terror no solo para contarnos una historia, sino para denunciar el trato a los pacientes de los psiquiátricos, además de hablar del maltrato infantil, de la visión de los homosexuales en la época y de los prejuicios sociales que había (y que sigue habiendo).

Fotografía de Richard Loader.
La historia no sigue una estructura lineal, sino que vamos saltando de una época a otra, viendo los cambios que se van dando en la vida de Iris, de Charles y de otros personajes. Además, percibimos un desarrollo en todos ellos, ya que van aprendiendo y lo que les ocurre les cambia para siempre. Hay cosas que la propia autora deja un poco en el aire, pero no por descuido, sino para que reflexionemos sobre la historia.
No se trata de un libro muy largo, por lo que es perfecto para leer en épocas en las que tienes un montón de cosas que hacer, pero en las que también quieres entretenerte. Es independiente y se disfruta desde el principio.
En definitiva, Rawblood es una novela de terror adictiva, con unos buenos personajes y una forma bastante interesante de contar la maldición de una familia. Me ha costado bastante no soltar ningún spoiler, pero es que quiero que la leáis y la disfrutéis para que os sorprendáis. Lamentablemente, no está en español, pero desde aquí hago un llamamiento para que alguien la traduzca, porque es una muy buena novela.

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