Hace unos meses, Roca Editorial publicó en español El núcleo del sol (con traducción de David Tejera), la última novela distópica de Johanna Sinisalo, una autora finesa que, a pesar de tener desde hace más de una década novelas traducidas a inglés e importantes premios internacionales (el Tiptree de 2004, por ejemplo), todavía estaba inédita en nuestro idioma.

Portada de El núcleo del Sol.
En esta novela, Sinisalo nos transporta a una Finlandia distópica y autocrática. Vera, o Vanna, como es renombrada por el Gobierno, es una morlock que ha logrado hacerse pasar por una eloi. Las eloi, también llamadas feminimujeres, son mujeres con el pelo claro y la cabeza redonda que, además, pueden reproducirse de forma legal de cara a promover el prototipo de mujer ideal: tonta, sumisa y con un cuerpo de barbie. No así las morlock o neutromujeres, segmentos desechables de la sociedad cuya única finalidad es servir de mano de obra y a las que esterilizan de niñas. Ninguna distopía es amable con las mujeres.
Nuestra protagonista trata de averiguar qué ha sucedido con su hermana, Manna, una eloi desaparecida al poco tiempo de casarse y cuya ausencia no parece importarle a nadie más.
Sinisalo mezcla así la distopía feminista, tan común estos días, con una trama de drogas y la investigación de una desaparición. ¿Drogas? Así es: no solo tiene el aire de novela negra, sino una red de drogas en la que Vera es consumidora y camello de guindillas de alta pungencia. El picante está terminantemente prohibido por el Gobierno, ya que la capsaicina en altas cantidades puede provocar efectos similares a otras drogas, como alucinaciones.
Cabe decir que, a lo largo de la novela, encontramos varias cartas de Vanna a su hermana, donde la autora nos explica cómo es la infancia, adolescencia y educación de una eloi. Además, aprovecha para mostrarnos extractos de libros de texto y recortes de prensa que ponen los pelos de punta.
La novela es, dentro de ese mar de distopías feministas que han surgido estos últimos años, una buena novela. La autora es directa y tiene un humor mordaz, lo cual se deja ver a través de los personajes, bien construidos y redondos.
Y, aprovechando su paso por el festival Celsius, quisimos hablar con ella, para que nos contase más de esta novela, pero también sobre el resto de su obra y experiencia como escritora.
La última vez que estuviste en España fue en 2016, en la Eurocon de Barcelona. ¿Ha cambiado en algo la Johanna Sinisalo que conocimos entonces?
De hecho, volví a España este verano pasado, como invitada al festival Celsius en Avilés para hablar de la traducción de mi novela El núcleo del sol. Pero si quieres saber qué cambios he sufrido entre 2016 y 2019, quizás los más relevantes son que he empezado a experimentar con el terror y he ganado peso. Quizás las dos cosas tengan algo que ver.
Se te suele relacionar con la corriente denominada Finnish Weird. ¿En qué se diferencia del weird anglosajón?
La etiqueta Finnish weird es un término de marketing, tanto para dentro como para fuera del país, es como una palabra baúl para toda la ficción finesa no realista. Hay muchos autores fineses que no quieren ser etiquetados como fantasía, ciencia ficción, terror, etc., porque mezclan diferentes géneros en sus obras. Además, en Finlandia muchos lectores tienen una idea muy cerrada de qué son la ciencia ficción y la fantasía: creen que la fantasía es solo El señor de los anillos y la ciencia ficción solo trata de alienígenas, naves espaciales y pistolas láser, así que el término Finnish Weird suena más fresco. Por resumir: el weird finés es una etiqueta muy general, como el «noir noruego» para la ficción policiaca, y no tiene nada en común con el weird escrito en inglés.

La autora, Johanna Sinisalo.
Hablando de Finlandia, ¿nos podrías hablar del estado del género fantástico allí?
Tenemos un fandom muy activo del género fantástico, que se implica en muchas actividades: hay muchas revistas de género fantástico, publicaciones online de calidad profesional, nuestra propia convención anual con cientos de asistentes, varias convenciones más pequeñas a lo largo del año, reuniones de escritura, y otra clase de reuniones periódicas (dos veces al mes, una vez al mes) en varias ciudades finesas diferentes, por nombrar unas pocas. La ficción especulativa finesa está teniendo grandes avances, nacionales e internacionales: algunas novelas weird finesas han ganado premios nacionales, y cada vez se están traduciendo a otros idiomas más y más escritores fineses.
El núcleo del sol es una distopía feminista recientemente traducida por Roca Editorial. En un momento de auge de historias como El cuento de la criada o The Power, ¿qué es lo que hace diferente a El núcleo del sol?
Quizás que El núcleo del sol no se centra solamente en las estructuras de poder sobre el género, sino más en la idea del derecho a una identidad propia, y también explora la rivalidad entre hermanos y las adicciones. Además, el libro trata el debate sobre el derecho del Estado para ejercer control sobre los ciudadanos; por ejemplo, todos entendemos que el tabaco es peligroso y no se debería vender alcohol a menores, pero ¿dónde ponemos los límites?
La novela tiene también un punto gamberro e irónico. ¿Qué valor crees que tiene el humor como herramienta contra un sistema opresor?
Siempre es mejor reírse de algo que temerle, si se puede elegir. El humor y la comedia son medios muy útiles para mantener un debate, porque son considerados una manera más suave y lúdica de acercarse a un tema que los discursos o la agresión. No podría haber escrito esta novela sin el tono satírico que tiene; el ridículo es una gran manera de mostrar los puntos débiles de las ideologías.
Otras obras tuyas tienen una clara representación LGBT, tanto que Ennen päivänlaskua ei voi ganó el Premio Tiptree. ¿Qué espacio ocupan los personajes LGBT en esta novela?
La novela habla mucho del tema trans (o no binario). La protagonista ha nacido en el cuerpo equivocado. No se siente cómoda viviendo en la forma física que tiene, y odia ser clasificada en una categoría tan cerrada solamente por su aspecto. Pero en mi mundo de ficción, ella tiene que fingir ser algo que no es si quiere sobrevivir; exactamente como tanta otra gente tiene que hacer en nuestro mundo hoy en día.

El libro en formato físico junto a varios elementos clave de la trama
También has escrito guiones para radio y televisión. ¿Cómo te enfrentas a textos con formatos tan diferentes?
Escribir en prosa me da, en más de una manera, más libertad. En los guiones para cine y televisión, sobre todo, debes mostrar, no enseñar. El público conoce la premisa de la historia y sus personajes fundamentalmente mediante diálogos e información visual, raras veces hay un narrador omnisciente. Por supuesto, a veces se usa el monólogo interior, un narrador omnisciente o incluso textos explicativos en pantalla, pero casi siempre el trasfondo de la historia y los personajes se muestra, no se explica. En prosa, puedes hacer lo que quieras: un narrador omnisciente, ir cambiando de puntos de vista, diálogos interiores, incluso un narrador ciego que no dé descripciones visuales. A menudo uso documentos y otros textos falsos para introducir información en mis novelas, que no funcionarían en un guion. Y, por supuesto, hacer películas y series de televisión es muy caro, así que el escritor tiene que tener en cuenta el presupuesto en cada una de las fases de escritura, lo que le pone muchas barreras a la imaginación.
¿Qué autoras destacarías como tus referentes a lo largo de tu carrera literaria?
Los Moomins de Tove Jansson fueron mis favoritos de pequeña (La llegada del cometa, en el que el mundo está llegando a su final, fue el libro más guay que tenía a los 5 años, y podríamos decir que mi primera experiencia con la ciencia ficción). También lo fueron los libros de Astrid Lindgren, con sus protagonistas femeninas fuertes (ellos me enseñaron que las chicas también pueden ser heroínas). En mi adolescencia, me encantó la saga Emily, la de Luna Nueva, de L. M. Montgomery (hay una aspirante a escritora como protagonista con la que me identificaba y también tenían pequeños detalles de fantasía, así que aprendí que era posible mezclar la literatura realista con lo inexplicable). Como adulta, admiré cómo Jane Austen creaba casi sin esfuerzo comedia social sutilmente irónica. La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula Le Guin, me abrió los ojos para escribir sobre género. Viernes, de Michel Tournier, me ayudó mucho a entender los mitos. Vladimir Nabokov me enseñó cómo se puede usar de una manera absolutamente bella el lenguaje. Margaret Atwood (y las autoras canadienses en general) son el ejemplo vivo de autoras que han llegado hasta la cima del mundo editorial con gracia y autoridad.
Tienes muchas obras que han cosechado éxito en Finlandia pero que nunca se han traducido al español, algunas incluso ni siquiera al inglés. ¿Cuál de estas obras te gustaría que fuese la siguiente en ser traducida?
The blood of the angels, en el que trato la desaparición de las abejas, es un libro muy actual, pero también una historia sobre la inmortalidad a diferentes niveles y la historia de amor entre padre e hijo. O The Strangers, que se publicará en marzo. Es mi primera novela de terror, y ha ganado uno de los premios más importantes en Finlandia para este género. Es una historia de terror moderna que incluye la ciencia: no hay vampiros, zombis o fantasmas, pero sí tiene una familia con dos madres, una hija de seis años muy precoz y un hijo de dos años. Entonces, algo se cuela en su vida diaria y parece amenazar a los hijos, y entonces nadie en la familia se puede fiar del resto…
¡Muchas gracias por tus respuestas, Johanna!



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