¿Has oído alguna vez hablar de los fanzines? ¿No? Si visitas tiendas de cómics seguro que los has visto, aunque no sepas ponerles nombre. En la que voy yo suelen estar enfrente del mostrador y hay de un montón de tipos, pero yo tampoco sabía ponerles nombre hasta hace un par de años, que fue cuando los descubrí.
¿Qué es un fanzine?
Empecemos por el principio, por explicar qué es este tipo de publicación para que dejes de pensar que estoy hablando en marciano. La palabra fanzine viene del inglés fan magazine y es un término acuñado en 1940 por Russ Chauvenet, para distinguirlos de los prozines, que son revistas profesionales. Los fanzines suelen ser publicaciones temáticas hechas por y para aficionados, aunque también se utilizan como medio para difundir una obra artística.
Por supuesto, desde los años 40 el concepto de fanzine ha variado y también los medios para producirlos. Hasta los 90 lo normal era utilizar la técnica del collage y luego fotocopiarlo, pero la impresión se ha abaratado y este tipo de publicaciones se han adaptado también a las nuevas tecnologías. Aunque no se ha abandonado esa forma de hacerlo y también se siguen encontrando ese tipo de fanzines en el mercado.
Estas publicaciones no suelen buscar vivir de ellas, sino expresarse con libertad y sin tener que responder a intereses y ataduras. Su precio suele ser bastante bajo, porque lo que intentan es recuperar la inversión para poder hacer, en muchos casos, otro fanzine. La distribución también suele ser pequeña, muchas veces ni siquiera hay periodicidad, y puedes encontrarlos en bares, tiendas de música o cómic, asociaciones… Una de las ventajas es que el autor también es el editor, muchas veces incluso el distribuidor, controlando así todo el proceso. Actualmente también se publican en formato digital para abaratar costes y llegar a un público más amplio.
¿Pero en qué se diferencian de un prozine? Los prozines suelen ser más profesionales y suelen crearlos personas que pretenden vivir de su trabajo creativo y ganar dinero con ese tipo de publicación, no solo cubrir la producción, por lo que el precio suele ser más elevado.

Fanzine de Roxane Fiore.
Géneros dentro del fanzine
Los fanzines no tratan exclusivamente un solo género, sino que se tocan varios o están dedicados a distintas cosas. Por ejemplo, hay algunos que tienen como tema central las series de ficción, rindiéndoles un homenaje, como los dedicados a Star Trek. Hay otros que tienen como tema central a determinados músicos, o que son denuncias sociales y/o políticas. También están los punkzines, los que hablan de videojuegos…
¿Pero cuáles son los más comunes? Los de ciencia ficción y los de medios, que es un subgénero dentro de este; los de terror, juegos de rol, videojuegos, deportes, bélicos, románticos, históricos, policíacos, política…
¿Y en qué formato se cuentan las historias que contienen? Pues también se puede encontrar de todo: recetas, cómics, relatos, ilustraciones, entrevistas, artículos…
Como puede verse, hay todo un mundo dentro de este formato de contar historias, y con la posibilidad de hacer todo lo imaginable. Desde luego, no hay solo una forma y todas son válidas, aunque dependiendo de cómo se haga el resultado tirará más para el fanzine o para el prozine.

Proezas, un fanzine colaborativo.
Publicaciones
Salen muchísimas publicaciones de este tipo al año y las que están hechas por personas más aficionadas no son demasiado fáciles de encontrar, ya que la mayoría solo se venden en tiendas concretas. Pero también hay muchas ilustradoras que aprovechan este medio para difundir su trabajo y llegar a más gente, y por eso las ponen a disposición en su página web. A continuación, me gustaría hablaros de algunas de estas mujeres que hacen proyectos muy interesantes.
Ana Oncina, conocida por el cómic Croqueta y empanadilla, publicó un prozine individual con una recopilación, entre otras cosas, de su Inktober del 2019 y ha colaborado en 犬 – doggy way, un fanzine dedicado a estos animales.
Srta. M también suele publicar fanzines y el último ha sido sobre Magical Girls.
Jenni C., a quien pudimos entrevistar anteriormente, ha participado en fanzines colectivos de ciencia ficción (Materia oscura y Holograma) y en otros que tocan varios géneros, como es el caso de Proezas. Además, también ha publicado sus propios fanzines.
Sara Soler Ester ha publicado varios fanzines, entre ellos el de Cimmeria, una guía para adoptar y adaptar a un gato venido de la calle, y el de Us, de temática LGTBI.
Marina Vidal suele publicar fanzines dedicados a sus Inktobers, uno de ellos es Fungi, en el que convierte a los hongos en criaturas.
Desde La Semilla Creativa, un colectivo de escritoras e ilustradoras, se han publicado por el momento dos fanzines: Diario de verano y Walpurgis, ambos dedicados al género fantástico.
Por último, en Proezas, un fanzine que toca diversos géneros y que se publicó hace ya dos años, han colaborado ilustradoras como Jenni C., Alsina Mandarina, Isa Ibaibarriaga, Martu Cartu y Nadia Hadif.
Si tenéis curiosidad y queréis descubrir más publicaciones, acercaros a vuestra tienda de cómics más cercana en cuanto acabe este confinamiento y echad un vistazo. ¡Encontraréis auténticas joyas!
Referencias:
«El mundo de los “fanzines”». Antonio Lara, El País: https://elpais.com/diario/1976/07/23/cultura/206920810_850215.html.
«Fanzines: Todo sobre el fanzine y la edición independiente». Mon Magán: https://www.monmagan.com/fanzines/.
«Tipos de Fanzines». Fanzines!: http://historiafanzines.blogspot.com/2007/11/tipos-de-fanzines.html.

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