Reseña: Una Blancanieves diferente, de Ángeles Mora
Para esta reseña me he salido un poco de lo que suelo leer y me he lanzado a por una obra ilustrada infantil. Se trata de Una Blancanieves diferente de la editorial Niebla, escrita por Ángeles Mora y con ilustraciones de Mariví Troy. Hace tiempo ya reseñamos en La Nave otra de sus obras conjuntas: Piensa en otra cosa.
¿Qué es lo que hizo que me interesara por este libro? Pues que se trata de una reescritura de Blancanieves desde una perspectiva feminista.
Los retellings o reescrituras de cuentos están ahora muy de moda, aunque creo que lo han estado siempre. Soy una apasionada de esta tendencia, sobre todo de las reescrituras que deciden adaptar los cuentos de hadas a los valores actuales.

Portada obra de Marivi Troy
Las reescrituras de cuentos pueden estar pensadas para cualquier franja de edad, pero considero que son especialmente importantes las que van dirigidas al público infantil. ¿Por qué? Pues porque los cuentos originales siguen existiendo en todo tipo de formatos y su influencia social es ineludible. Está claro que estas historias tienen un gran valor, pero por desgracia los mensajes que pretenden transmitir provienen de siglos pasados y en la mayoría de los casos no son las ideas con las que queremos educar a niños y niñas. Queramos o no, estos mensajes se filtran en el público infantil. Una reescritura feminista de un cuento de princesas puede ayudar a que las niñas y niños se cuestionen los valores de las historias originales y los estrictos roles de género que perpetúan.
Lo cierto es que hace mucho que no tengo libros infantiles en casa, porque hace años que no hay niños en mi entorno cercano. Lo que sí tengo es una amiga que estudia magisterio y le encantan los cuentos ilustrados, así que de vez en cuando la acompaño a la sección infantil de nuestras librerías de confianza y me enseña sus favoritos. Estoy muy contenta de que siempre haya bastantes obras con mensajes positivos que intentan educar a los más pequeños en la igualdad. Muchas veces me hubiera gustado tener esos libros cuando era niña.
En Una Blancanieves diferente Ángeles Mora se aleja del terror, género en el que se enmarca Piensa en otra cosa. En esta historia la autora reescribe a la conocida princesa como una chica con valores muy actuales, que tiene las cosas claras y no está dispuesta a que la menosprecien ni a que la traten diferente por ser mujer. Si recordamos el cuento original o las adaptaciones clásicas, Blancanieves tiene un rol muy tradicional y una participación pasiva en la historia, primero porque en casa de los enanitos ella se dedica a limpiar y cocinar mientras los hombres trabajan en la mina y después porque permanece inconsciente hasta que un príncipe la salva. La Blancanieves de Mora, en cambio, no acepta que se le asignen por defecto las labores tradicionalmente femeninas, demuestra que puede ocuparse de cualquier tarea considerada de chicos y participa activamente en la lucha por su final feliz.
El mensaje de igualdad del libro está bastante claro y explícito, las niñas y niños de cualquier edad pueden verlo y entenderlo fácilmente. El trabajo de esta obra fue reconocido con el premio del XIV certamen literario de la Delegación de igualdad del ayuntamiento de Benalmádena.

Cartel promocional de la obra
Una cosa que me ha gustado mucho del libro es que su mensaje a favor de la igualdad no se limita a mostrar a Blancanieves haciendo trabajos tradicionalmente considerados masculinos, sino que la princesa consigue que los enanitos se ocupen de las tareas de la casa. De esta manera, además de defender que las chicas pueden hacer «cosas de chicos», el cuento aboga por que los hombres se preocupen de las tareas que normalmente se delegan en las mujeres. Hoy en día sigue siendo una lección muy importante para los niños (y aquí estoy utilizando el masculino con toda la intención) aprender que la limpieza y los cuidados nos conciernen a todos. Al principio del relato los personajes masculinos se resisten aceptar la ruptura de los roles tradicionales, pero todos acaban aceptándola una vez que conocen a Blancanieves.
La historia va acompañada de las ilustraciones de Mariví Troy, que son una preciosidad y resumen el argumento, de manera que niños y niñas que todavía no saben leer pueden disfrutar mirándolas.
¿Es una lectura recomendada para adultos? Una Blancanieves diferente está dirigida al público infantil, está claro que busca agradar a los peques, no a los mayores. Eso no quiere decir que los adultos no podamos disfrutar leyéndolo. Es un relato breve con una reescritura muy sencilla y el mensaje feminista parece bastante básico (aunque a más de un adulto le vendría bien leer este cuento), pero también es una historia dulce, de esas que te calientan el corazón porque todo sale bien y te gustaría que en el mundo real las cosas fueran tan sencillas.
Si tenéis niños y niñas en vuestro entorno, Una Blancanieves diferente es un buen regalo. O podéis comprarlo para tenerlo en casa, porque es un álbum muy bonito con una historia deliciosa y así si un día os dejan a cargo a algún peque, podéis leérselo.
Entrevista a Ángeles Mora
Hoy nuestra Nave echa amarras en tierras onubenses para acoger a una invitada de excepción. Ángeles Mora, la escritora fosca, no la poeta, como ha tenido que repetir ella misma en tantas ocasiones. Dominadora del cuento y del microrrelato, ha sido candidata al Premio Andalucía de la crítica a la mejor antología en dos ocasiones; en los últimos tiempos ha extendido sus intereses hacia la dramaturgia y la escritura de guiones para cortos cinematográficos, que le ha aportado más de un premio junto al director Samuel Nogaledo con La favorita. Hoy viene a hablarnos de su obra en general y de su Blancanieves reivindicativa en particular.

Retrato de Ángeles Mora
Como puede haber lectoras menos familiarizadas con tu obra, cuéntanos, ¿Quién es Ángeles Mora?
Pues, visto lo visto, un ama de casa que cuando sus hijos crecieron descubrió que tenía una musa, pelín antigua, a la que no había estado escuchando. Una vez que asumí esa nueva compañía en mi vida, fue cuestión de dejarse llevar y cambiar mi mirada para aprender de todo lo que antes disfrutaba solo como lectora.
Has entrado en muchas antologías de relato fosco, como Calabazas en el trastero o Polidori. No vamos a pedirte que nos definas «lo fosco», pero, ¿cómo definirías tu estilo a la hora de escribir terror?
Esto del estilo es más fácil definirlo desde fuera, a mí me cuesta analizar qué elementos hacen que mi voz sea mi voz y tampoco tengo muy clara esa miríada de etiquetas que soporta la literatura. Supongo que el ritmo pausado y las descripciones que me ayudan a crear atmósfera en mis narraciones es algo que la gente asocia con mi manera de escribir. Bueno, y la tristeza, me han dicho mucho que en vez de susto uso el pellizquito de desconsuelo para llegar al escalofrío.
Siempre pensando en autoras, cuáles pueden ser tus referentes, actuales o clásicas a la hora de abordar el género.
Siempre he sido lectora de obras clásicas y soy consciente de que eso sí se transparenta detrás de lo que escribo (con las ventajas y desventajas que eso conlleva). Soy una enamorada de la literatura del siglo XIX y, claro, las hermanas Bronte siempre estuvieron marcando mis gustos. A partir de ellas fui conociendo a más autoras de la época victoriana con sus fantasmas particulares y a las grandes damas del género como Shirley Jackson. En la actualidad procuro empaparme del buen hacer de nuevas voces como Samanta Schweblin o Valeria Correa Fiz, por ejemplo.
Has escrito relatos, microrrelatos, aforismos, guiones para cortos, teatro… ¿Estás pensando ya cuál puede ser tu próximo reto?
Pues acabo de terminar un curso sobre poesía japonesa, pero no, no voy a escribir un libro de tankas. Aprender lenguajes nuevos me da herramientas que no conocía y todo suma. Me gusta investigar cómo se cuentan las cosas fuera de la narrativa para intentar adaptarlas a mi terreno. Al fin y al cabo, hay muchas maneras de contar una historia, pero el objetivo siempre es el mismo: contarla y llegar a quien la recibe. La inmediatez del haiku, la concisión obligada del microrrelato, la fuerza de la imagen que te permite desvincularte de las palabras… de todo se puede aprender algo que te haga crecer en narrativa, a parte de que esto te saca de tu zona de confort y te obliga a esforzarte en conseguir esa pizca de originalidad que tenemos que mantener viva al escribir.
¿Tienes algún proyecto en perspectiva o próxima publicación de los que puedas hablarnos?
Estoy trabajando en mi tercera antología de relatos. Si todo va según lo planeado, verá la luz a finales de este año. Pero permitidme que me ponga en modo folclórica y no cuente nada más, por si lo gafo jajaja
¿Qué te llevó a elegir el cuento de Blancanieves para tu retelling?
Creo que es uno de los cuentos clásicos donde se muestran de manera más evidente los roles adquiridos de género y, como pretendía poner el foco en la igualdad, la elección fue fácil.

Presentando Una blancanieves diferente
Tu Blancanieves es muy diferente a la princesa a la que estamos acostumbrada: activa, segura, no busca complacer a nadie… ¿en qué te basaste para escribir al personaje?
En las niñas de ahora. En la sociedad en la que vivimos no es realista hablar de princesas débiles que necesitan que llegue el príncipe a sacarlas del apuro, porque ellas solo tienen la virtud de ser guapas. El referente tiene que ser una princesa independiente y eso quise plasmar. También es necesario que el niño crezca sabiendo que no se le exige ser el rescatador necesario que se plasmaba en los cuentos de antes.
¿Escribiste el libro pensando solo en dar una lección de feminismo solo a niñas y niños o también a los padres?
Bueno, lo de dar lecciones me va un poco grande, pero si he conseguido dar visibilidad al problema y hacer que alguien se pare a pensar en ello, me doy por satisfecha. Al ser formato infantil, lo lógico es pensar que el libro llegará a los niños y niñas a través de sus padres o las personas adultas que los rodeen. Sé que hay algún colegio que ha trabajado el libro en clase y eso me encanta, porque si las nuevas generaciones crecen teniendo en cuenta la igualdad de género, el problema estará mucho más cerca de solucionarse.
¿Es difícil escribir obras infantiles con mensaje sin hacerlo ni muy complicado para los niños ni demasiado simplista?
Es un público exigente, muy inteligente y el más sincero que existe, así que estar a la altura es difícil. Por suerte, al contar con una ilustradora como Mariví Troy, ya tengo ganado el que se acerquen con gusto al libro, pero sí, es complicado encontrar el equilibrio entre mensaje y claridad, más que sencillez.

Portada y contraportada
Recientemente te han nominado por segunda ocasión premio Andalucía de la Crítica a la mejor antología. ¿Qué sientes con esta nueva nominación?
Vértigo, mucho vértigo. Es un reconocimiento importante porque a la crítica no le basta “una historia bonita”, supongo que miran con lupa el fondo, la forma, el estilo, la utilización de recursos y ese tipo de cosas que yo no me paro a analizar mientras escribo, así que da respeto verse ahí rodeada de tanto nombre insigne y tanta editorial grande. Con la nominación de 2017 pensé que era una de esas casualidades afortunadas que te regala la vida, pero claro, con esta segunda lo de casualidad se me tambalea y he empezado a plantearme que voy por el buen camino y que mi forma de contar tiene algo que gusta. Así que he ganado confianza en mis letras, que no es poco.


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