Reseña: Sky Doll

Como lectora de W.i.t.c.h. en mi infancia, desde el momento en el que descubrí Sky Doll, este cómic se convirtió en una necesidad consumista inmediata. El estilo gráfico de Alessandro Barbucci y Barbara Canepa es muy particular y, si bien en su momento los conocí ilustrando el guion de Elisabetta Gnone, el aspecto visual me resultaba, hasta cierto punto, casi nostálgico. Pero allí donde el cómic de Gnone destacaba por su colorido y su aire profundamente mágico, dirigido a un público juvenil, Sky Doll es una historia de fantaciencia religiosa mucho más adulta, más crítica y satírica y con un componente sexual muy marcado, lo que parece inevitable, teniendo en cuenta que la protagonista de la historia es un robot sexual.

Barbara Canepa y Alessandro Barbucci.

Noa, la muñeca rebelde

Noa, protestona e inconformista.

Sky Doll sigue las aventuras y desventuras de Noa, una muñeca sexual marca Sky Doll® que, en el inicio de la historia, trabaja en una estación de carretera del planeta Papathea, lavando coches con otras compañeras Sky Doll y dando un espectáculo erótico en el proceso. Pero Noa no es como el resto de muñecas Sky Doll: es inconformista y no se resigna al trato despectivo que le da su dueño. Sin embargo, las Sky Doll no están hechas para ser libres: cada treinta y tres horas alguien debe darles cuerda en un lugar de su espalda al que ellas solas no pueden llegar con una llave especial, lo que las ata irremediablemente a aquel que tenga la llave.

En esa estación de servicio conoce a Roy y Jahu, dos emisarios de la papisa Ludovica. Roy, que siente una fuerte atracción por Noa, se apiada de ella y no la denuncia a las autoridades cuando la encuentra escondida en su nave, con lo que Noa consigue su libertad… pero empiezan a pasarle cosas extrañas: oye una voz en su interior que la llama y la invita a recordar, tiene extraños sueños donde una mujer desconocida le recrimina que no es ella y trances en los que hace cosas que se parecen demasiado a los milagros.

El componente religioso en Sky Doll

Si he definido Sky Doll como fantaciencia religiosa, no es casualidad. Todo el universo del cómic está imbuido de un fuerte componente religioso en su cara más fea: la exposición de papisas y líderes espirituales que mantienen enfebrecidas a las masas, controlan las leyes según sus designios y luchan por hacerse con la hegemonía del pueblo.

El planeta Papathea, donde comienza la historia, es el mejor ejemplo de ello. Un planeta donde en su momento gobernaban dos hermanas papisas, Ágape y Ludovica, que representaban las dos caras del amor, la más espiritual y la más sexual. Sin embargo, hace muchos años, Ágape desapareció, dejando como única gobernante de Papathea a Ludovica, que declaró el culto a Ágape como herético. Y en ese caldo de cultivo para una guerra religiosa, Noa, repentinamente, comienza a replicar algunos de los milagros de Ágape.

Ágape y Ludovica, tal como aparecen en la portada de Lachrima Christi.

Los milagros en Sky Doll son a la vez reales y ficticios. Su naturaleza fantástica en muchos casos es real y no se explica, lo que permite a Noa llevar a cabo proezas mágicas. En otros, como en las apariciones de Ludovica, son trucos de escenario, pensados para mantener la fidelidad de sus creyentes. La televisión, en el caso de Papathea, está al servicio de Ludovica, cantando las alabanzas de la papisa y presentando al pueblo pan y circo, con un lenguaje parecido al de los telepredicadores estadounidenses.

No todo es lo que parece

Aunque a primera vista el universo de Sky Doll es rico y profundamente anclado en lo espiritual, a medida que se avanza en la historia descubrimos que las distintas religiones tienen poco que ver con lo divino y más con el poder. Ya hemos comentado el caso de Ludovica, que utiliza milagros falsos para dominar a las masas, pero no será la única: la explotación del deseo de alcanzar la espiritualidad de la población es un componente casi universal, pues la iluminación divina tiene un precio.

Una de las hermosas ilustraciones de Noa en Sky Doll, representando su naturaleza de esclava y de jugadora involuntaria en el juego del poder entre el culto de Ágape y el de Ludovica.

El desencanto de ciertos personajes con las distintas filosofías religiosas del universo, la explotación de la creencia del pueblo y las múltiples conspiraciones por el poder hegemónico o la rebelión religiosa hacen de Sky Doll una crítica poco sutil pero efectiva al fanatismo y al uso de una supuesta autoridad espiritual para hacerse con el control de un planeta. Las imágenes efectistas y los discursos carismáticos tienen el poder de deslumbrarnos, de hacernos perder de vista la realidad. Una papisa del amor sexual puede desear recibir un amor puro. Una papisa considerada casi santa puede haber ocultado un lado perverso. Una religión basada en la armonía puede tener adeptas deseosas de la individualidad. Un servidor fiel puede esconder un puñal listo para clavarse en la espalda de su señora.

Conclusiones

El estilo colorido y cartoon de las ilustraciones da en ocasiones un alivio visual a los temas crueles que se tratan en el cómic.

Sky Doll es un cómic con una intención, como ya hemos dicho, muy poco sutil de crítica hacia los telepredicadores, los elegidos, los supuestos salvadores de la humanidad. La realidad siempre es más sucia y compleja que el brillante espejismo que nos presentan los poderes fácticos de los medios de comunicación y los líderes religiosos. Y en esos recovecos de interés económico y de poder hurga esta historia, con imágenes duras que se contraponen a un estilo de dibujo poco realista y más bien infantilizado.

La gran tragedia de aquellos que disfrutamos del cómic es que, lamentablemente, no está acabado, aunque hay esperanzas de futuros lanzamientos. De momento, nos podemos contentar con el excelente integral en tapa dura que lanzó Norma en 2019, de unas calidades espectaculares, y con los tomos extra que han sacado en colaboración con otros artistas: Lacrima Christi, que nos muestra historias de la vida de Ludovica y Ágape; Spaceship, donde se explora el pasado de Noa hasta llegar a la estación de servicio de Papathea en la que comienza la historia de Sky Doll, y Doll’s Factory, con una historia inédita, making of y galería de bocetos y diseño de personajes. Todos ellos muy interesantes para quienes desean más Sky Doll hasta que Barbucci y Canepa tengan a bien ofrecernos un milagro en forma del próximo tomo de la serie.


Virginia Buedo
Virginia Buedo (Artículos/Reseñas): Escritora, mercenaria de la lengua y overthinker. Tengo un diccionario y no dudaré en usarlo. Me pirra el simbolismo. Siempre tengo sueño. Twitter


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