Parece que los retellings estén de moda estos últimos años. Coger cuentos clásicos y volver a contarlos para que sean más inclusivos, darles una vuelta de tuerca o contar la historia de siempre en otra ambientación, es algo que a mí me gusta porque te permiten revisitar los cuentos de tu infancia desde otro punto de vista, siendo algo conocido y desconocido al mismo tiempo. Así que cuando Kakao Books anunció El circo de la Rosa de Betsy Cornwell (con traducción de María Gay Moreno) como «un retelling del cuento Blancanieves y Rojaflor, de los hermanos Grimm, en el que dos hermanas adolescentes deben enfrentarse a extremistas religiosos en un mundo de inspiración steampunk para salvar a la familia que las ha criado» no hizo falta mucho más para convencerme de que lo tenía que leer.
El cuento original es uno de esos cuentos populares menos conocidos. El original habla de dos hermanas que viven con su madre en una cabaña en el bosque en la que un invierno aparece un oso. El oso, en vez de comérselas, se tumba delante del fuego y poco a poco las dos hermanas entablan amistad con él. No quiero contar más para mantener la sorpresa para la gente que no lo haya leído, pero os podéis imaginar que hay magia de por medio. En el caso de El circo de la Rosa tenemos también dos hermanas, que viven con su madre, una mujer barbuda en un circo. Aunque mellizas, Nívea y Flama son hijas de distintos padres (tema que se desarrollará en la novela) y cada una vive el mundo del circo de distinta forma. Flama es trapecista y le gusta estar bajo los focos, mientras que Nívea es tramoyista y adora estar entre bambalinas, dejando todo perfecto para que su hermana (y el resto del circo) actúe cada noche.

Portada original de El circo de la Rosa y portadas de otras novelas de la autora. Fuente.
La primera parte de la novela se centra en que conozcamos poco a poco a las dos hermanas, al resto del circo y el mundo en el que se encuentran. Un mundo que se nos dice steampunk, pero que lo encontramos sólo en pinceladas dispersas, como la presencia de dirigibles y algún elemento mecánico exótico más. Porque el punto fuerte de este mundo, del que vemos unas pinceladas, es que también hay magia, producida por hadas. Y es interesante ver que el conflicto magia-tecnología es distinto al que se suele plantear, no basándose en el manido argumento de racionalidad frente irracionalidad. Aquí el problema viene porque la magia es cosas de hadas, que son perseguides por motivos raciales y porque su forma de vida se sale de lo tradicional, siendo el principal objetivo de la Hermandad.
Esto lo leeremos mientras se alternan los capítulos entre Flama y Nívea, aunque los que tienen mayor peso son los de esta última, al ser en prosa. Los capítulos de Flama son siempre más breves, introspectivos y en forma de poesía. Al leer sus fragmentos tenemos que adivinar lo que sucede, pero no mucho ya que en el siguiente capítulo Nívea complementa la narración de su hermana. Resulta un ejercicio narrativo interesante, que queda deslucido al no tener la misma carga. En ambos casos tenemos una narración en primera persona, siendo Nívea quien explica y cuenta cómo funciona este mundo, de una forma comedida, sin soltar largas explicaciones que abrumen.

Portada de la edición española de Carmen Ocaña Ordóñez. Fuente.
En todo momento el libro mantiene un ritmo ágil y continuo, combinando los momentos de acción con los de misterio, con aquellos de más centrados en Nívea y sus sentimientos, sin que se resienta la narración. Porque tanto Nívea como Flama son adolescentes en una familia de lo más peculiar. Si ser criadas entre focos y artistas no fuera suficiente, lo hacen no permaneciendo mucho tiempo en el mismo continente. Eso sin olvidar el conflicto no resuelto entre su madre y sus padres, que será una de las subtramas que se desarrollen a lo largo del libro.
Los temas que se tratan son diversos. El tema de la familia y el hogar, como ya he mencionado, pero también cómo cuenta la premisa del libro, el tema del extremismo religioso y, por consiguiente, el tema de la diversidad y la tolerancia. Como ya he comentado, la Hermandad está en contra de la magia, que está en poder de las hadas, quienes encarnan todo lo malo para ellos. Y como bien muestra el libro, es fácil pasar el discurso de odio de les otres a les diferentes. Si hay que señalar un fallo en este aspecto es el relegar la presencia de personajes NB a la especie no humana. Por lo demás, como viene siendo costumbre en Kakao Books, el libro tiene representación LGTB+, y esta aparece marcada en la contraportada. De esta forma, de un vistazo rápido podemos saber qué clase de representación nos espera en el libro. En este caso, la única letra no presente es la G, apareciendo las otras como un elemento más de la trama, sin encontrarnos tópicos como bury your gays o similares. Porque ya sabemos que la representación está bien, pero no toda es buena.
Así que se agradecen estos libros enfocados a un público juvenil que cuente con una buena representación, junto con una adaptación a tiempos más modernos de cuentos clásicos. Kakao Books está trayendo buenos libros y muy variados desde su fundación y El circo de la Rosa no es una excepción a esto. Una historia sobre tolerancia, buscar tu hueco en el mundo y asumir responsabilidades en un mundo steampunk.

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