La casa búho (The Owl House en inglés) está en mi lista de productos de ficción que me salvaron en 2020. Si todo va mal fuera, nada mejor que refugiarse en una serie de dibujos colorida y divertida, con un elenco entrañable, donde destacan personajes femeninos bien construidos e interesantes.
La serie pertenece a Disney Channel y la creadora es Dana Terrace, conocida por trabajar en otras series de animación de la cadena como Gravity Falls y el remake de Patoaventuras. Eso la convierte en la cuarta serie de la cadena creada por una mujer. Sí, estamos 2021 y Disney Channel solo tiene cuatro series creadas por mujeres.
Se emitió por primera vez en enero de 2020 y llegó a España en octubre con el título de La casa búho. A día de hoy todavía no se encuentra en el catálogo de Disney+, lo que es un inconveniente para verla si no estás dispuesto a buscar cuándo la emiten y sentarte delante de la tele (y apañártelas con el lío de que a veces emitan los capítulos desordenados).
Tras una temporada de 19 episodios, hace poco se anunció que el 12 de junio de 2021 se estrena la segunda temporada. La serie está renovada por una tercera temporada que constará de 3 episodios de 44 minutos y será el final de la serie.
Pero ¿en la casa hay búhos? Yo he venido aquí por los búhos
La serie sigue las aventuras de Luz (Sarah-Nicole Robles en inglés, Vera Bosch en España), una adolescente afrolatina que es una friki de la literatura fantástica, por eso en su escuela la consideran un bicho raro y no tiene amigos. A su madre le preocupa que se esté alejando de la realidad, por eso decide enviarla a un campamento de verano. En lugar de ir al campamento, Luz cruza un portal a un lugar mágico llamado Las Islas Hirvientes, donde conoce a una bruja rebelde llamada Eda (Wendie Malick, Alejandra Torray en España), la mujer búho, y a Rey (Alex Hirsch, Fernando Delgado), un pequeño demonio con grandes ambiciones. Luz decide aprovechar esta oportunidad para perseguir su sueño de ser una bruja y Eda se convierte en su poco convencional mentora.
Conforme avanza la historia, la relación entre las dos se afianza y Luz consigue hacer amigos: Willow (Tati Gabrielle, Nagore Germes), una bruja de las plantas; Gus (Issac Ryan Brown, Ainhoa Martín), obsesionado con el mundo humano; y Amity (Mae Withman, Alicia Valadés), la que parecía que iba a ser su “Draco Malfoy”, pero que bajo su fachada elitista esconde mucho más.

Esta primera temporada sirve sobre todo para establecer las bases: presentar a los personajes, contar su trasfondo, crear vínculos, explicar cómo funciona el mundo mágico y situar a Luz en él. En los últimos episodios es cuando se empieza a ver que está pasando algo más y se introducen varios misterios y al que será el villano de la serie, por lo que no puedo esperar a que Disney estrene la segunda temporada (y ya, si la sube a algún sitio donde la pueda ver legalmente, sería estupendo).
¿Y esto por qué tenéis que verlo?
Quizá penséis que ya habéis visto muchas historias de «chica rarita que llega a un mundo mágico». ¿Qué tiene La casa búho para que merezca la pena verla? Bueno, para empezar, que está muy bien escrita y es una serie divertidísima, pero voy a dar motivos más concretos.
Las Islas Hirvientes, un territorio formado por el cadáver de un titán, no son exactamente un mundo de fantasía al que me gustaría ir. Yo ya soy una adulta que no se asusta con facilidad (o eso me gusta creer), pero, si hubiera visto esta serie de niña, algunas escenas me lo hubieran hecho pasar mal. Abundan criaturas que dan mucho mal rollo y un montón de cosas que podrían matarte (vamos, es como Australia, pero con magia). Dana Terrace dijo que sacó la inspiración de los cuadros del Bosco y jo*** si se nota.
La casa búho es una serie de humor y tiene una clara intención paródica, pero, y esto es muy importante para mí, se nota que la ha hecho gente que ama la fantasía. Sí, la fantasía juvenil también, la de los colegios mágicos, el poder de la amistad y las cosas que siempre salen bien, la que es tan fácil de desprestigiar. He sentido que la gente que hay detrás es como yo, que en su día devoraban esas historias y ahora las miran con cariño, que es consciente de sus clichés y disfruta metiéndose con ellos. Digo esto porque es muy fácil encontrar parodias de la fantasía que se dedican a burlarse de todo sin aportar nada original, pero La casa búho ha conseguido que en el año 2020 me ría a carcajadas con referencias a Harry Potter. Además, Luz es una adolescente loca por una saga de fantasía juvenil sobre una bruja en una escuela de magia y siempre está muy emocionada por todo lo que encuentra en las Islas Hirvientes, hasta las cosas más cliché. En sí misma, Luz es una parodia bastante benigna de este tipo de fan, de una manera que ha hecho que me identifique mucho con ella. ¡Incluso sueña con ser escritora!
Por último, considero que uno de los puntos fuertes de la serie es Eda. El resto de personajes son geniales y ya he dicho que me identifico mucho con Luz, pero Eda me flipa porque es un tipo de personaje que ansío ver más. Es una señora de mediana edad que hace cosas, así para empezar. Encima cosas mágicas. Eda es una bruja muy poderosa, pero a la vez es un desastrito de persona que no deja de liarla parda y la serie te muestra esas dos facetas unidas. Me encanta ver a una mujer en ese papel de mentora que la caga mucho pero es guay, que se mete en líos y también los soluciona. Que no por ser una mujer adulta que adopta un rol maternal tenga que ser seria y aburrida. Además, es una charlatana estafadora cuyo principal interés es el dinero. Este arquetipo rara vez se ve en un personaje femenino que no sea un antagonista.
La casa búho es una joya de serie. No es perfecta, ni todos los capítulos son buenísimos, pero, si algo de lo que os he contado arriba os llama la atención, merece la pena empezar a verla. Encima son capítulos cortitos, que eso siempre es un plus si tienes tan poca capacidad de atención como yo.
¿Cómo que cruzar un portal a un mundo mágico no va a solucionar todos mis problemas?
En su mundo, a Luz la marginan por ser una friki (y porque es un poquito intensa, tampoco nos vamos a engañar). Cuando llega a las Islas Hirvientes, donde la magia con la que sueña es el pan de cada día, descubre que las cosas no son tan diferentes. Lo primero que se encuentra es que en el mundo mágico hay un reformatorio para la gente que no encaja en la norma y que en la escuela también hay grupitos de populares y marginados. Parte de los problemas con los que encuentra Luz son similares a los que tenía en casa, pero con magia, que eso siempre lo hace más divertido.
Las fantasías sobre el chico o la chica que llegan a un reino mágico y son los elegidos de la profecía superchachis y populares están bien porque son eso, fantasías, lo que queríamos que nos pasara a nosotres. Eso es lo que Luz soñaba, pero al llegar a las Islas Hirvientes tiene que luchar para ser aceptada, para encontrar su lugar, pero al menos ahora cuenta con otra panda de frikis que la apoya. Como es humana, Luz no tiene la facilidad de las brujas para dominar la magia y debe esforzarse más que sus compañeras, pero lo hace porque es su sueño y no teme luchar por él.

Qué queréis que os diga, todo eso me encanta. Aunque también me gustan los dibujos animados donde la prota ha nacido marcada por su destino glorioso (por eso tengo un artículo sobre She-Ra), soy una milenial cansada y bastante más pesimista que cuando leía Harry Potter, pero quiero creer que es posible encontrar una familia de bichos raros y alcanzar tus sueños, aunque no resulte fácil ni sea de la forma que te imaginabas.
En los dos mundos Luz se sale de la normal, porque es rara, porque es una chica bisexual racializada, porque no se conforma con lo que la sociedad le exige. Y sus amigos tampoco. A ratos esta serie me rompe el corazón, porque veo que Luz en realidad no quiere ser una rebelde, quiere aprender magia y ser feliz con sus amigos, lo que pasa es que, por un lado, ella no está en el grupo de los privilegiados y, por otro, porque ve las injusticias del sistema y no las acepta. El inconformismo es uno de los principales temas de la serie y cada personaje lo afronta de una forma diferente. Luz no quiere limitarse a ser lo que los demás esperan de ella. Eda es una rebelde macarra total, que en todo momento es muy crítica con el sistema, pero ha tenido que renunciar a mucho para ser libre. Amity, en cambio, es el prototipo de la chica perfecta, pero las presiones que sufre y lo que tiene que hacer para estar en esa posición la hacen infeliz.
Siento que esta serie llega en un momento perfecto para mí, con una buena combinación de optimismo y diversión, pero con mucha rabia y ganas de luchar. ¿He dicho ya que la creadora es una mujer bisexual? ¿He dicho ya que en La casa búho trabaja gente racializada? Es más que evidente que esta es una serie escrita por y para aquellas personas que nos sabemos fuera de la norma.
Y con esto solo me queda hablar de las brujas sáficas.
Oh my god, these witches gay! Good for them, good for them

En los últimos años, algunas series de animación nos están dando muchas alegrías al incluir personajes explícitamente LGBT+. Y además de verdad, no solamente personajes de relleno sin nombre que salen al fondo dándose la mano en la escena 14 del episodio 8. Tenemos Steven Universe en Cartoon Network, She-Ra en Dreamworks, La leyenda de Korra (aunque esto fuera a posteriori en los comics) en Nickelodeon. Esta tendencia que hubiera sido impensable hace años… parece que todavía lo es en Disney.
Creo que todes tenemos esa imagen de Disney como la corporación conservadora sin alma que se resiste a tomar cualquier riesgo en favor de la inclusividad. Y desde luego es una imagen que se han ganado a pulso: la compañía tiene una terrible carencia de personajes LGTB+ y muchas veces cuando los incluye es un si-parpadeas-te-lo-pierdes. A pesar de esto, les fans nos preguntamos: ¿Será La casa búho la que por fin introduzca personajes principales explícitamente no heteros?
Nuestras esperanzas nacieron con el episodio 16, «Enchanting Grom Fright», que en español se titula «Un baile aterrador». Ligeros spoilers en este párrafo: Luz y Amity bailan juntas para derrotar a un demonio y al final se descubre que la segunda quería invitar a la protagonista al baile. Aquí creo que fue cuando el fandom se volvió loco (con razón) y, de hecho, a raíz de encontrarme capturas de este episodio en Twitter comencé a interesarme por la serie. En un episodio posterior esto se desarrolla y se dan pistas de que Amity tiene un crush enorme con su amiga.
Aunque nada se ha hecho explícito en pantalla (más allá de que, si fueran un chico y una chica, sería obvio para todo el mundo), Dana Terrace confirmó que Luz es bisexual y Amity lesbiana, por lo que serían las primeras protagonistas LGTB+ de una serie de animación de Disney. Dana y otros miembros del equipo han expresado en Twitter que el episodio «Enchanting Grom Fright» tiene connotaciones románticas y que ya iba siendo hora de poder mostrar algo así en Disney. ¿Se confirmará esto dentro de la propia serie? ¿Vencerán las brujas sáficas al malvado ratón capitalista?
La casa búho es todo un regalo, una serie con un elenco diverso, espíritu rebelde, una imaginación y una creatividad desbordantes. Y por todo eso, temo por ella. Escribo esto pocos días después de enterarme de que la tercera temporada no solo será la final, sino que constará de apenas tres episodios largos. No sé si esto entraba en los planes de la creadora, si la dejarán terminar su serie en condiciones. Lo único que puedo hacer es alabar sus virtudes y recomendarla muchísimo.

Si quieres estar al día de nuestras publicaciones, subscríbete a la newsletter de La Nave Invisible.
Me gusto mucho esa serie , se me la vi en inglés y sentía un calorcito en el pecho cada cada vez que Luz hablaba español, cuando me enteré que era Dominicana (¡como yo!) o Dominico-estadounidense casi lloró. Aunque me hubiera gustado una mención explícita de sus orígenes en la serie y no enterarme por la Wikipedia
Me gustaMe gusta