Reseña: The Girl and the Ghost

En los agradecimientos, Hanna Alkaf, la autora de The Girl and the Ghost, comenta que sus padres la dejaban leer historias de miedo de pequeña y se siente agradecida por ello. A mí, sin embargo, no me pasó lo mismo. Cuando algo me asustaba, mis padres me lo quitaban o me lo prohibían. ¿Que te da miedo un capítulo de Los Simpson? Ya no puedes ver Los Simpson nunca más. ¿Que te da miedo este libro de Arthur Conan Doyle? Devuélvelo a la biblioteca sin terminar. Cuando ocurría algo así, que era a menudo, porque yo leía lo que me salía del pie sin importar las consecuencias, mis padres nunca se pararon a preguntarme: ¿Por qué te da miedo? ¿Qué es lo que te asusta? ¿Es un miedo racional o irracional? Nunca aprendí a procesar este sentimiento: si algo me provocaba miedo, debía esconderlo bien lejos para que la distancia, el olvido y el paso del tiempo obraran sus milagros. Como consecuencia, crecí con miedo al miedo que produce ver o leer terror. Han tenido que pasar un par de décadas para que me reconcilie con este género, para que aprenda a identificar qué tropos me gustan, qué puedo ver y leer y qué es mejor que evite por el bien de mi salud mental.

The Girl and the Ghost está clasificada como una obra de middle-grade, una categoría que comprende a lectores de entre ocho y doce años. Y, aun así, es terror. No solo por los seres fantásticos que aparecen (fantasmas chungos), sino por los temas que trata, de los que hablaremos más adelante. Pero este no es el único libro dirigido a un público infantil con tintes terroríficos: el terror middle-grade es todo un subgénero que lleva años floreciendo en el panorama anglosajón y que aquí no acaba de cuajar. Obras como Hide and Seeker, de Daka Hermon; Root Magic, de Eden Royce; Where the Woods End, de Charlotte Salter, o The Haunting, de Lindsay Duga, son de reciente publicación, pero aún no hay visos de que las vayan a publicar por el territorio español. Es difícil determinar hasta qué punto esto es una cuestión de prejuicios (¿terror para niñes, en serio?) o más bien una cuestión publicitaria (esto aquí no venderá), pero el caso es que ya hay antecedentes de middle-grade de terror que, en general, se publicitan más como fantasía, como es el caso de Coraline, de Neil Gaiman, uno de los libros más terroríficos que he leído nunca. Pero, claro, a Gaiman le traducen hasta la lista de la compra.

La literatura infantil no es ni debe de ser sencilla. De niñes, los libros nos ayudan y enseñan a procesar nuestras emociones y catalogarlas. Y una de ellas, quizá la más fundamental, es el miedo. ¿Qué tememos? ¿Cuáles son nuestros límites? ¿Por qué nos gusta pasar miedo o por qué no nos gusta? Y por esto es tan importante publicar terror dirigido a les lectores más jóvenes. Y, si encima son obras diversas, ambientadas en distintas partes del mundo o con perspectivas no blancas, pues mejor que mejor.

Y este es el caso de The Girl and the Ghost, la primera novela middle-grade de Hanna Alkaf que se publicó el 4 de agosto de 2020. A la autora la conocí por su novela debut, The Weight of Our Sky, aunque esta aún no he tenido el placer de leerla. Pero con The Girl and the Ghost, Hanna Alkaf me ha ganado completamente y no cabe duda de que seguiré leyendo lo que publique.

Portada de The Girl and the Ghost, con la ilustración de Anastasia Suvorova

The Girl and the Ghost está ambientado en Malasia y su protagonista, Suraya, es una niña musulmana bastante solitaria. Sabe que es diferente al resto de niñes porque le cuesta hacer amigues y prefiere trepar un árbol sola o pasarse horas dibujando en su habitación antes de arriesgarse a que la llamen rara por vivir apartada del pueblo o no tener los mismos juguetes modernos. Vive con su madre, una profesora que se pasa el día trabajando y que casi no le presta atención a su hija porque está sumida en sus propios sentimientos sombríos. Suraya no es feliz, aunque tampoco infeliz. Sabe que le falta algo en la vida, pero no descubre el qué hasta que una sombra fantasmagórica aparece un día en su habitación.

El fantasma, un pelesit, acude a Suraya porque su anterior propietaria ha muerto y debe vincularse a alguien mediante sangre. Pero no puede ser una persona cualquiera, sino que debe de ser familiar de su antigua propietaria. Y así es como Suraya descubre que tenía una abuela, a quien nunca vio ni conoció, y que, encima, era bruja.

Es en ese momento cuando la vida de Suraya da un vuelco para bien: ya no está sola, porque tiene a Pink (así bautiza al fantasma, muy a su pesar), un ser que la protege de cualquier mal y que la guía en un mundo muy peligroso para una niña diferente acosada por los abusones de su pueblo. Gracias a Pink, Suraya conoce al fin el poder de la amistad y descubre que no le hace falta más compañía que la del pelesit. Pasan los años, los dos crecen y aprenden, hasta que un día Suraya debe ir a un colegio diferente. Y allí conocerá a una chica con gustos afines a los suyos que acabará convirtiéndose en su mejor amiga. Y es así como Pink descubre lo malos que son los celos.

Uno de los temas principales de The Girl and the Ghost es el acoso escolar y sus distintas formas de manifestarse. Por una parte, está el acoso que cometen ciertas personas que te ven como diferente, como marginade. Simplificándolo mucho, te atacan porque te ven como le más débil, porque necesitan sentirse fuertes y en control. Y, por otra, está el acoso que comete una persona cercana a ti, que te conoce bien y sabe tus puntos débiles. Suraya, por desgracia, es víctima de ambos casos. Recibe las burlas y los ataques de sus compañeras de clase, pero también de Pink, cuando este se ve traicionado al considerar que Suraya ya no le quiere. Pero los ataques de Pink sobrepasan lo terrenal, ya que, con sus poderes, puede provocarle a la niña pesadillas o hacerle notar olores tan desagradables que le impiden comer. Y todo esto, según Pink, lo hace por amor: porque la quiere tanto que no soporta verla con su mejor amiga, a quien considera una amenaza para la propia Suraya. En un momento dado de la novela, Pink se convierte en un maltratador de primera.

Sin entrar demasiado en destripamientos, debo decir que no me convenció para nada la resolución de este conflicto. En un momento dado, Suraya y Pink vuelven a ser amigos y hacen borrón y cuenta nueva. No hablan de lo ocurrido y, aunque Pink se disculpa, el motivo de su enfado sigue presente, porque Suraya todavía es amiga de la otra chica. Aún perduran en las dos niñas las secuelas físicas y psicológicas de los ataques de Pink. Me habría gustado ver este tema, esta redención, tratada con más profundidad, pero la trama sigue avanzando para llegar al punto clave de la historia: el pasado de Pink.

Hanna Alkaf, autora de The Girl and the Ghost

Aquí ya entramos definitivamente en el terreno de los spoilers, pero no me gustaría terminar sin alabar el final de The Girl and the Ghost, porque me pareció una pa-sa-da. No pude irme a dormir hasta terminarlo, a pesar de que me tragué varias imágenes bastante malrolleras que incluyen cementerios y fantasmas de niñes; por lo que comenta la autora en una entrevista, tuvo que refrenarse un poco a la hora de incluir escenas perturbadoras. Pero es indudable que Hanna Alkaf maneja el ritmo narrativo muy bien, ya que llega un punto en la trama en el que no puedes parar de leer. Y el final, para mi gusto, es precisamente el que se merece la novela: agridulce, pero con un puntito de esperanza para Suraya después de lo mal que lo ha pasado en sus primeros años de vida.

Si le dais una oportunidad a The Girl and the Ghost y os gusta, os recomiendo encarecidamente Black Water Sister, de Zen Cho (que, en teoría, publicará Planeta en español en algún momento). Aunque el público al que van dirigidas es diferente, porque la novela de Cho es claramente adulta, os las recomiendo porque tratan temas similares: están ambientadas en Malasia; hay fantasmas, buenos y malos, de por medio; y las dos protagonistas deben aprender a encajar en un mundo que no aprecia lo diferente.

Y, cómo no, os animo a que leáis más terror, tanto adulto como infantil, porque nunca sabéis qué fibra sensible os va a tocar.

Carla Bataller Estruch
Carla Bataller Estruch (Artículos/Reseñas): Traductora literaria y audiovisual de día, visibilizadora de autoras de noche en su Twitter. Feminista no sensata. Dadle ciencia ficción social y fantasía no normativa para hacerla feliz.

 

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