Entrevista a Caryanna Reuven

Este mes de noviembre sale a la venta Innombrable, la nueva novela de Caryanna Reuven. Nos encontramos con un thriller espacial con le espie perfecte, en una de sus obras más largas hasta la fecha. Así que con motivo de su lanzamiento, hemos invitado a Caryanna a los camarotes de La Nave para que nos cuente sobre Innombrable, sus anteriores obras, sus futuras publicaciones y cómo crea sus historias. 

¿Por qué molas tanto?

No lo hago, sois vosotres, que me veis con buenos ojos.

Ahora en serio, con todo lo que escribes, ¿de dónde surge la inspiración?

De todas partes, la verdad, aunque últimamente he notado un patrón en las pelis de cifi malas. Suele haber alguna frase, algún escenario, que de pronto hace que me pregunte «¿y si?» o que me diga «aquí hay una historia». Esto fue lo que me pasó con Rūha|Alma y con Sentir lo suficiente. Luego pueden ser también imágenes que me vienen a la mente, como me pasó con Proyecto Alfa, o que me plantee una historia clásica, pero en la que me diga “no quiero contar lo de siempre, voy a ver si le doy una vuelta a ver qué sale”, como me pasó con I.O. Vitae.

Creo que la principal cuestión es que no me gusta contar lo de siempre, no me gusta volver a las mismas historias una y otra vez, con la misma gente como protagonista y los mismos tropos o las mismas formas de resolver los conflictos. Por eso acabo dándole una vuelta a la primera idea, a veces invirtiéndola y contándola al revés (en vez de humanos creando IAs, IAs creando humanos, por ejemplo).

Esto en cuanto al germen original, porque al final nunca es un solo factor, se acaban mezclando varios de cosas que he visto, he leído o me apetece escribir en ese momento. Simplemente, de pronto, algo hace click en mi cabeza y el resto viene detrás. Lo que sí se repite es que, tras esa idea inicial, el trabajo gordo a nivel de desarrollo suele ser crear un mundo alrededor donde esa idea pueda funcionar y tenga sentido. Por eso tardo bastante en dar forma a las historias, las trabajo y les doy vueltas una y otra vez hasta que crecen y cobran entidad propia. Solo entonces me siento a escribir.

¿Cuál es la historia tras el seudónimo Caryanna Reuven?

El nombre de mi primer personaje de rol. Que a su vez viene de un personaje que creé para una novela de fantasía que empecé a trabajar a los 15 o 16 años titulada La roca de Raven. Caryanna era una maga renegada a la que expulsaron de la Academia donde no le dio tiempo a aprender nada más que lo básico y que subsiste timando a la gente leyéndole la fortuna con runas, es decir, timándola.

Como mi primer personaje de rol fue una maga, reutilicé el nombre porque no se me ocurría otro y le cogí muchísimo cariño antes de que muriera de la forma más cutre que os podáis imaginar (estaba moribunda, pero tenía un anillo regeneración y solo era cuestión de tiempo que me salvara… Y mi propio grupo me quitó el anillo porque no tenían ni idea de para qué servía, y bueno, me morí).

Posteriormente, cuando empecé a navegar por internet, reusé el nombre como nick y de ahí salté directamente a usarlo como seudónimo. No quería usar mi nombre real para desvincular la vida laboral académica (artículos científicos) de mi labor como escritora.

 

Caryanna sosteniendo en brazos un gato naranja atigrado y muy peludo. De fondo, en la pared dos espadas de una mano, una daga y un arco.
Caryanna con Aki, su fiel ayudante.

Sabemos que has publicado alguna cosilla con tu nombre de pila. ¿En qué circunstancias dejarías de firmar con seudónimo?

Todas esas publicaciones fueron errores, la verdad. En el Ripley no me acordé de decirles que pusieran mi pseudónimo porque soy una despistada y en Alucinadas y Terroríficas, sí lo pedí, pero no me hicieron caso. En este caso se despistaron ellas. Solo he usado mi nombre de pila en publicaciones científicas, así que no creo que prescinda nunca de mi seudónimo para firmar las obras de ficción, al fin y al cabo se me conoce ya por ese nombre.

¿Cómo creas tus historias? ¿Te gusta planificar mucho o eres más de dejarte llevar?

Como ya he mencionado antes, trabajo muchísimo las historias ante de ponerme a escribir. No soy 100% mapa, eso sí, pero tampoco brújula, estoy en medio. Aunque la verdad es que prácticamente nunca tomo notas de las ideas, tramas o trasfondos (salvo que sean muy complejos) sino que las trabajo mentalmente. Creo que, una vez escrito, queda como inamovible y no me gusta la idea, prefiero tener algo de flexibilidad para improvisar y no ponerlo por escrito me la da. Mis notas suelen limitarse a: X personaje hace algo en esta escena o estos dos personajes hablan de cosas. ¿Qué cosas? Pues no sé, eso lo improviso.

Lo que si hago es trabajar las historia durante semanas o meses, puliendo, dándole vueltas, haciendo que funcionen, montando la trama general, algunas de las secundarias, qué puntos tengo que tocar sí o sí y en qué orden. ¿Lo que hay en medio y cómo llegar de un punto a otro? Eso lo dejo para el momento en que me siente a escribir y dejo que fluya. Lo único inamovible es que tengo que tener el inicio y el final pensadísimo antes de sentarme, si no, no funciono como escritora. Por eso, lo primero que hago cuando me siento al ordenador, es escribir el primer párrafo y luego escribir el final, así solo tengo que ir de A a B y me es muy fácil organizarme.

Por ejemplo, para que veáis cómo trabaja mi mente, Proyecto Alfa está construida a partir de «la primera vez que». Tenía que ir de un antagonismo muy fuerte a una amistad y respeto, así que edifiqué la historia a la inversa. Para que Alisa y Alfa sean amigas el punto inmediatamente anterior es que Alisa reconozca a Alfa como humana y deje de tratarla como a una cosa, para que la reconozca como humana antes tiene que haber una primera vez que pase X y antes de eso otra primera vez que pase Y. Así que marco hitos del tipo: la primera vez que le pide algo en vez de darle una orden, la primera vez que deja que la toque de forma voluntaria o la primera vez que se muestra vulnerable ante ella. Lo que pasa entre una primera vez que y la siguiente es lo que improviso.

 Portada de Innombrable. En el centro se lee Innombrable y a los lados salen perfiles humanos de distinta forma y tamaño. La portada tiene tonos rosas.
Portada de Innombrable. Fuente

Habías escrito ciencia ficción dura, más social, con inteligencias artificiales, con naves… ¿cómo has llegado al thriller?

La verdad es que fue bastante natural. Cuando Cristina Jurado me invitó a escribir un relato en honor a Ursula K. LeGuin para la Supersonic pensé de inmediato en Terramar y en nombres verdaderos, pero no quería escribir una historia de fantasía porque estaba muy trillado y es un clásico que ya se ha explotado muchas veces, así que decidí trasladarlo a la ciencia ficción. Empecé a pensar entonces en qué necesitaba para que eso funcionara como cifi y así llegué a la genética, la investigación social y espionaje para obtener la información del nombre. Luego en qué pasaría si alguien no tuviera un nombre verdadero, y ahí fue donde me reventó la cabeza. Casi de inmediato pensé, ¡eh, esta persona sin nombre podría ser le espía perfecte! Y ¿dónde ambientar una historia de espías si no es en medio de una guerra fría? Pero si me voy a una guerra fría la trama grita thriller. Solo que nunca he escrito un thriller… Pues bueno, que no se diga que me da miedo probar cosas nuevas. Y así fue como pasó.

La verdad es que tengo mucho miedo de cómo vaya a funcionar y si lo he hecho bien. Solo espero que os guste tanto como lo demás que he escrito.

IN.00, protagonista de Innombrable, fluye y cambia de género. ¿Cómo ha sido escribir un personaje así?

La verdad es que muy difícil, no lo voy a negar. Lo peor no ha sido cambiar de personaje una y otra vez, eso es fácil, sino que se notara que era la misma persona aunque no lo fuera en realidad. Tuve que crear una serie de patrones que se mantuvieran constantes identidad tras identidad, aunque fueran muy sutiles y variar el resto todo el rato. Luego también fue complicada la estructura narrativa: cuándo marcar los cambios, cómo indicarlos y cómo explicarlos. La naturaleza de Innombrable me anulaba, por ejemplo, toda sutileza al escribir, no podía ir dando pistas de su aspecto físico, gustos o identidad de género o sexualidad de forma paulatina a lo largo de páginas y páginas, sino que tenía que ser muy clara desde el inicio. Así que, aunque al inicio opté por dar pistas sesgadas de que pasaba algo raro, como forma de ir enganchando y crear extrañeza en el lector, luego, cuando se desvela qué es Innombrable, empecé a narrarlo de forma más directa, aportando una descripción básica de su nombre en cada momento. Aunque lo más complicado de todo fue dar con una fórmula que funcionara cuando fluye y no está estable. En estos casos, opté por usar los tres pronombres de forma consecutiva en orden distinto cada vez. Por otro lado, he tenido que tener mucho cuidado en mantener la concordancia de género en cada instante, porque a la mínima me podía despistar y cambiar el trato cuando no debía. 

Descripción del vídeo: Música de instrumentos de ¿cuerda?. Paisaje de mar de nubes, donde van apareciendo las siguientes líneas:

El espíritu del Dragón…

…vendrá del perdido Orn,…

reino oculto en sombras.

Las guerras de Bakán Vol I. SUEÑOS DE DRAGÓN. Caryanna Reuven. Febrero 2022

En la última, tras cada punto hay un salto de línea.

El año que viene publicarás con Insomnia la primera parte de una saga de fantasía épica. ¿Cuál es la historia tras esta novela y qué podemos esperar de ella?

Sueños de dragón, primera parte de Las Guerras de Bakán, es una historia que empecé a escribir con dieciocho años, pero que como era la primera obra que me tomaba en serio y la primera cosa que me ponía a escribir con intención de acabarla, no supe gestionar bien. Al no saber gestionarla bien, hubo una serie de cosas de las que tenía planeadas y lo que estaba haciendo con un personaje que no me gustaban mucho, pero no sabía por qué no me gustaban. No tenía herramientas para saberlo porque no estaba tan deconstruída a nivel de feminismo como ahora. Tampoco sabía cómo resolverlas a nivel narrativo porque no tenía la experiencia que tengo ahora ni me atrevía a cambiar radicalmente cosas que tenía pensadas. Así que me bloqueé. Y lo dejé durante años. Unos doce o trece años.

Al cabo del tiempo, el bloqueo se fue y empecé a ponerme excusa tras excusa para no retomarla hasta que llegó un día en que me di cuenta de que no era tanto un bloqueo como miedo. Que me engañaba a mí misma, vamos. Durante varios años, incluso, mi marido me insistía en que lo retomara. Al final le hice caso y empecé de nuevo a escribir en 2013. Y, desde entonces la corregí, la cambié, alteré las cosas que no me gustaban en su momento, y a las que ahora ya sabía poner nombre, y finalmente empecé a moverla por editoriales, hasta que llegué a Insomnia y me dijo que sí.

Sobre qué esperar de ella… Bueno, es una historia de aventuras donde no todo es lo que parece, donde, más que malos y buenos, hay dos bandos. No quiero decir que sean todos grises, sino que los malos tienen sus motivaciones y razones para hacer lo que hacen y están dispuestos a hacer cualquier cosa por lograr sus objetivos. Los buenos, en cambio, se diferencian en que no todos están dispuestos a pagar el precio. No es tanto la justicia de lo que buscan, sino las excusas que se ponen a sí mismos para justificarse. Aunque sí, hay malos de verdad, malos que son unos despojos andantes que no merecen el aire que respiran y que estarían mejor muertos. También hay malos que podrían no haberlo sido tanto si no fuera porque los ciega el odio o la ambición. En el otro bando, hay gente buena que harían casi cualquier cosa en nombre del bien mayor o por venganza y algunos tienen la suerte de tener cerca amigos que los frenan y hacen entrar en razón, aunque no todos, por supuesto. Obviamente, también hay personajes que son el sol calentito una mañana de primavera y deben ser protegidos de todo mal.

También hay profecías, guerras, traiciones, amigos que se quieren, gente LGBT+, algo de romance, guerreras valientes, magas que fuman en pipa… Y dragones dormidos.

¿Qué dirías que te ha aportado cada una de las obras que has escrito?

Esta pregunta es de las más difíciles que me han hecho nunca. La verdad es que no estoy segura. Suelo escribir para sacarme cosas de dentro, porque las historias desean ser contadas. Necesito escribirlas para aprender sobre mí misma, poder dar voz a esa inquietud que me llena a veces y que solo se calla cuando creo algo. Me relaja, me permite aislarme de las cosas que me rodean y soñar con otras posibilidades. También me divierte.

Sueños rotos fue sacarme una espinita dando voz al dolor que hay de fondo en una historia que quiero escribir en el futuro.

Horizonte 6 bebe directamente de cuánto me maravilla el espacio y la ciencia en torno a la colonización humana de otros planetas, el primer contacto y, por qué no, la fascinación que ejercieron sobre mí obras como Macross.

Proyecto Alfa fue catártica porque habla de algo que tardé mucho en experimentar: la sororidad entre mujeres, la colaboración, porque juntas llegamos más lejos que por separado.

I.O. Vitae nace, igual que Horizonte 6, de mi fascinación por la ciencia y la forma que tenemos de relacionarnos con los demás, del miedo, de la desconfianza y de que debemos dejar eso atrás. Algo que a mí, a título personal, me costó mucho arreglar en mi vida.

Rūha|Alma fue maravillosa de sacarme de dentro. Me aportó la exploración del otro a partir de uno mismo, cómo funcionan la amistad, la convivencia y los derechos humanos. Porque siempre ha de ser el poderoso el que comparta sus privilegios si queremos que algo funcione. No se trata solo de ir de abajo hacia arriba, sino que el de arriba haga hueco y deje subir a los demás a su nivel en igualdad de condiciones.

Innombrable me ha aportado poder plantearme otras realidades o sociedades donde el género no es importante, me ha permitido soñar con un mundo donde la gente ya no tiene que pelear por ser quien es. Hay otros problemas y conflictos, pero es al menos ya no está ahí.

Sueños de dragón es para mí algo así como una realización como escritora, sacarme de encima la losa de los veinticinco años que lleva esta historia conmigo. Es como una validación absoluta del camino que he tenido que recorrer para llegar a donde estoy.

No sé si me he explicado bien, pero en todas hay algo de mí, de cómo veo el mundo, de lo que me gustaría que fuera, además de simple entretenimiento.

Izquierda, portada de I.O. Vitae, donde un robot sostiene un bebé humano. Derecha, portada de Rūha|Alma donde una figura humana se apoya por detrás de una silla acolchada.
Portadas de I.O. Vitae y Rūha|Alma. Fuente.

¿Qué has querido aportar con cada una de ellas?

Otra pregunta complicada. Además de que la gente pase un buen rato, quiero avisar sobre determinados peligros a los que nos enfrentamos como sociedad. Es como si la humanidad estuviera ahora mismo pasando, a nivel de especie, por una adolescencia burbujeante y conflictiva de la que podría no salir viva y necesitara que le recordáramos una y otra vez que tirarse de cabeza de la planta veinte de un rascacielos no es buena idea.

Por eso escribo el tipo de ciencia ficción que escribo. Para darnos herramientas que nos ayuden a plantearnos de dónde venimos y a dónde vamos, que el cambio climático nos va a matar si no hacemos algo, que igual deberíamos ser un poco más respetuosos con los demás a todos los niveles. Que podemos ser mejores. Que debemos ser mejores. Que hay alternativas a la violencia para resolver conflictos, que se puede colaborar, que se puede conocer y respetar al otro, que el miedo, la desconfianza o el odio no son la salida para nada.

Puede que sean ideas naif o utópicas y que a alguna gente le parezcan simplistas, pero igual no se trata de eso, igual el problema es que no estamos acostumbrados como especie a pensar en esos términos. Y bueno, eso es algo sobre lo que me gusta escribir para ver si algún día, poco a poco, nos vamos atreviendo a vislumbrar otras formas de hacer las cosas. Es muy difícil, lo sé, pero si la ficción nunca nos muestras otros caminos, igual nunca nos planteamos que existen.

Hemos oído que también tienes un proyecto muy gamberro entre manos que quieres autopublicar. ¿Nos puedes contar algo de él?

Vale, venga, os lo voy a contar. Lo estaba manteniendo en secreto, pero a estas alturas es ya un secreto a voces. Es un minirecopilatorio de relatos de arpías cagonas. Si habéis leído mi relato de Monstruosas que salió con Tinta Púrpura podéis haceros una ida de lo que tendrá: arpías a las que contratan en misiones gamberras y que resuelven, invariablemente, a base de caca. Tornados de caca, a ser posible, por aquello de que las arpías controlaban el viento. Serán cinco relatos, cada uno narrado desde una de las arpías que abarcarán desde «De cómo se me ocurrió el negocio de nuestras vidas y a mis hermanas les gustó» a «De cómo aceptamos una vez una misión de mierda». Los títulos ya están, las ideas están, la cubierta está… Solo me falta sentarme a escribirlos. A ver si el año que viene saco tiempo. El título del recopilatorio será Alas del viento. Grandes éxitos.

Izquierda: Portada de Sueños Rotos, donde una figura humana de espaldas hace marcas para contar días; se ven muchas muescas. Centro: Portada de Horizonte 6, donde se observa una estación espacial sobre un círculo de luz que podría ser una luna. Derecha: portada de Proyecto Alfa, donde se ve una figura con un casco en la parte inferior y la parte superior, la de la parte superior está espejada respecto a la inferior.
Portadas de Sueños Rotos, Horizonte 6 y Proyecto Alfa. Fuente.

Te mueves entre la publicación tradicional y la autopublicación. ¿Qué te lleva a inclinarte por una u otra?

Pues depende de cómo vea la historia y lo que quiera mantener el control sobre mi obra. Hay historias que es complicado que encajen en el perfil de alguna editorial, como las arpías cagonas (aunque sé que habría alguna interesada), otras son sencillamente demasiado complejas para que las saque con autoedición si quiero que salgan como me gustaría que salieran, tipo Sueños de dragón.

Con arpías cagonas, por ejemplo, no se trata tan solo de que es una gamberrada a base de caca, sino que quiero la cubierta de una forma concreta, quiero que dentro tenga una estructura y decoraciones concretas, quiero ilustraciones de una persona concreta, un formato concreto… Y este tipo de control solo te lo permite la autoedición. Es más trabajo, sí, pero es todo tuyo.

Con Las Guerras de Bakán es lo contrario, es demasiado larga, demasiado tocha y me exigiría más tiempo del que tengo ahora mismo a título personal para sacarla bien y bonita, así que opté por moverla por editoriales aunque sabía lo difícil que era que cogieran una trilogía de estas características en España.

Quiero resaltar que jamás se va a tratar de la calidad de la obra, sino que es más bien la forma en que yo me siento respecto a ella, el momento de mi vida en el que estoy y las características con las que me gustaría sacarla al mercado.

No se puede cerrar una entrevista sin pedir recomendaciones, ¿qué nos puedes recomendar para hacer crecer la Pila?

Pues voy a recomendaros algunas de las historias que más me han gustado y que no he mencionado ya en la entrevista que me han hecho en el Matreon de Crononauta. Todo escrito por autoras, por supuesto, porque lo merecen todo y más.

Cómics.

Me gusta muchísimo el manga en todas sus variantes y es de lo que más leo, así que de eso voy a recomendaros.

Full Metal Alchemist, de Hiromu Arakawa editado por Norma. Es ya un clásico, pero al mismo tiempo una de las mejores historias que he leído en mi vida. Acción, aventuras, personajes fabulosos, drama como solo Hiromu sabe romperte el corazón y traumarte durante décadas y también pinceladas de humor.

Bride Stories, de Kaoru Mori editado por Norma. Kaoru Mori es una de las mangakas que más me fascina a nivel de dibujo, su obra es detallada, preciosa, con un movimiento espectacular y unas historias costumbristas tan preciosas que te van a dejar el corazón calentito. En este caso narra los viajes de un historiador británico que se va a la estepa a aprender de los pueblos que la habitan y a contarnos sus historias. Aunque al principio seguimos en exclusiva las andanzas de este joven, al final las historias vuelven una y otra vez a las mujeres que pueblan la estepa y a su vida diaria.

Lovely Complex, de Aya Nakahara editada por Planeta. Esta historia es ya vieja y algo difícil de encontrar, pero es también de las comedias románticas estudiantiles más tiernas que me he encontrado nunca entre una chica muy alta y un chico muy bajito. Siendo ambos un par de payasos de cuidado.

Novelas.

Estas son algunas de las que más me han gustado del último año y medio.

Hacia las estrellas, primer tomo de la mujer astronauta, de Mary Robinette Kowal, editada por Oz. Aventuras, acción, salvar el mundo y una mujer tratando de hacerse un hueco en la sociedad machista de los años 50. Tiene algún problema de white saivior, pero lo va solucionando poco a poco a lo largo de la saga.

Restos de población, de Elizabeth Moon, editada en su día por Nova. Abuela da clases a alienígenas tras hacer un primer contacto después de quedarse sola en un planeta cuando decide no largarse por estar hasta el chichi de que la mangoneen. Si esto no os convence de leerla, nada lo hará.

A través del bosque, de Laura Morán Iglesias, editada por Insomnia. Aventuras, personajes LGBT+, acción, amigos que deben aprender a quererse a sí mismos antes de encontrar su sitio en el mundo. Personajes muy bien construidos y una historia que atrapa desde el primer momento.

La flor y la muerte, de Iria G. Parente y Selene M. Pascual, editada por Nocturna. Ciencia ficción juvenil de la buena. Acción, drama, autodescubrimiento y distopía chunga de megacorporaciones malignas. Personajes LGBT+ fabulosos y salseo del bueno. Me lo pasé muy bien leyéndola.

¡Muchas gracias, Caryanna!

A vosotras por darme esta oportunidad.

La Nave Invisible
Equipo La Nave Invisible: Artículo redactado por varios miembros del equipo de La Nave Invisible. Conócenos aquí.

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