Si hay algo que me atrae de cualquier historia es la poesía que pueden contener, y la colección que comentaré a continuación tiene mucho de ello. Descubrí a Rosemary Valero-O’Connell cuando leí Laura Dean me ha vuelto a dejar, una historia de chicas adolescentes sobre una relación tóxica y cuyo estilo gráfico me dejó sorprendida y maravillada; así que cuando supe que había publicado en solitario, no dudé en pillar este cómic de la biblioteca.

No te vayas sin mí es una colección de tres historias diferentes de fantasía y ciencia ficción, escritas y dibujadas por Valero-O’Connell, publicada en español por la editorial Astiberri en 2020 y con una excelente traducción por parte de Diego García. Una de las historias, «Lo que queda», fue publicada previamente de forma independiente y nominada al premio Eisner en dos de sus categorías.
En la historia que da nombre a la colección, «No te vayas sin mí», una joven decide ir con su pareja a lo alto de unas escaleras para atravesar otro universo, pero cuando busca a Almendra, su amante, no la encuentra. Quienes sí la ven son otros seres, monstruos extraños, pequeños, grandes o con máscaras, quienes se alimentan de su historia para sobrevivir. Con el paso del tiempo que transcurre, la protagonista va perdiendo la memoria y cada vez se pregunta más… ¿Almendra era real o solo un fragmento de imaginación idealizado?
En «Lo que queda», una historia enmarcada en una ambientación de ciencia ficción, vemos a Isla, una mujer atrapada en la conciencia de adolescencia y juventud de Kelo, una muchacha cuya memoria sirve para alimentar el motor de una nave. A pesar de todos los intentos de Isla de hacerse notar y que Kelo la reconozca, solo puede ver sus recuerdos, su vida, sus relaciones y todo lo que puede perder en un instante.
Por último, en «Con temor, con ternura» presenciamos el despertar de una giganta y la ceremonia que la envuelve hasta el momento del despertar: las alegrías, los llantos, la comida compartida, los abrazos. De las tres historias es la que menos trama tiene, pero eso es lo que menos importa; el mundo se puede acabar, pero lo que permanece es el momento, la experiencia.

Las tres historias comparten un núcleo temático en la memoria y los recuerdos, aunque el tratamiento en cada una de ellas sea ligeramente diferente al resto. Del mismo modo, me parece relevante comentar la normalidad de la representación queer que se encuentra en todos los relatos, desde la relación lésbica de la primera historia, hasta el deseo no correspondido de la segunda y las diversas relaciones que podemos entrever en la tercera. Todo ello está envuelto en un aire poético, muy onírico, que recuerda constantemente a diferentes influencias, tales como el art nouveau o las historias de Studio Ghibli.
En el aspecto gráfico es donde más destaca la autora; hay una diferencia cromática clara entre las dos primeras historias, donde destacan blancos y negros con toques rosados, y la tercera, mezcla de colores azules, salmón y blancos y negros, de tal modo que según avanza la historia se van combinando más. El estilo limpio contrasta con el detallismo casi apabullante de la colección, desde la cafetería con seres extraordinarios en el techo y serpientes que se arrastran por el suelo, hasta la comida que Kelo comparte con sus amigas.
En definitiva, No te vayas sin mí es una joya visual que no os podéis perder.

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