Kerstin Gier, la autora de esta novela juvenil fantástica, es bastante conocida en Alemania sobre todo en este género y tiene una bibliografía muy dilatada, también bajo los pseudónimos Jule Brand y Sophie Bérard. Algunas de sus novelas se han adaptado incluso al cine o para la televisión pública alemana.

En el género que nos ocupa, sus trilogías Edelstein y Silber son las más conocidas y se han traducido a más de 20 lenguas. También al español, la primera con el título La última viajera del tiempo, porque sus protagonistas tienen esta facultad, y Silber. El libro de los sueños, en el que sus caracteres se visitan unos a otros a través de los sueños.
Con estos antecedentes, el éxito de la publicación del primer tomo de una nueva trilogía en septiembre de 2021 no fue ninguna sorpresa. Un ranking muy popular en Alemania es la lista de libros más vendidos en la revista Der Spiegel en los géneros de literatura en general y de libros de divulgación. La nueva trilogía Vergissmeinnicht (Nomeolvides, la flor) se colocó enseguida en las primeras posiciones y se mantuvo durante meses entre los diez primeros (hay veinte en total para cada categoría).
Según la propia editorial, está previsto que el segundo tomo salga este año y el tercero en 2023. Estaremos atentas.
Las historias dentro de la historia
La historia empieza presentando a los dos personajes principales, Quinn y Matilda. Son dos adolescentes con prácticamente nada en común, solo ser vecinos en una ciudad alemana cuyo nombre no importa ni tampoco se menciona.
Quinn es un chico de 18 años muy deportivo que practica parkour, muy atractivo y de una familia abierta y liberal. Matilda en cambio, un año menor, es la oveja negra de su familia ultrareligiosa (porque ella no lo es, aunque no se rebela), le encantan las novelas de fantasía y está secretamente enamorada de Quinn.
Los dos se encuentran por casualidad en la fiesta de cumpleaños del mejor amigo de Quinn, Lasse. Quinn, para variar, no se acuerda de cómo se llama Matilda y la confunde con quien él cree que es su hermana, quien en realidad es su prima.
Pero entonces una chica de pelo azul que se presenta con el nombre de Kim aborda a Quinn y le dice quién es él en realidad y que «ellos» van a por él y que tenga cuidado.
Intrigado, Quinn sigue a Kim y se encuentra fuera de la casa a uno de «ellos», Hector y sus extraños animales. Estos misteriosos personajes los estaban esperando a los dos, a Kim y a Quinn, y después de una larga persecución solo Quinn consigue escapar.

A partir de ahí se despliega toda la segunda historia, que es también la presentación del mundo de fantasía donde ocurrirán luego las tramas de los siguientes tomos.
A raíz de esta persecución, Quinn tiene un accidente de coche y cae en coma. No se recupera hasta al cabo de dos meses. Todos sus amigos, y con ellos las redes sociales, están en vilo por su vida. Cuando al final Quinn regresa a casa en silla de ruedas y con un programa de rehabilitación, no regresa el mismo Quinn de antes, porque ahora puede ver cosas muy cerca aunque estén lejos en realidad y oír a las estatuas que hablan, entre otras cosas.
Y como Matilda es su vecina y la madre de Quinn está preocupada porque su hijo no quiere ver a nadie, esta le propone a Matilda que lo acompañe a sus sesiones de rehabilitación.
A partir de ahí se va desarrollando la segunda historia del libro: juntos van descubriendo que ese accidente no fue tan casual como parecía al principio, y que Quinn es un descendiente de los arcadios, unos seres con poderes mágicos e inmortales. La humanidad los ha conservado en sus múltiples mitos, sea porque no se pudieron esconder más o porque no quisieron. Estos arcadios viven en un mundo paralelo, el Borde (Saum). Las personas que mueren atraviesan primero un camino de luz para llegar allí, pero algunos se quedan por el camino, entre ellos, los arcadios.
El Borde está poblado por una multitud de seres y animales mágicos que tienen las mismas características que en el mundo real: tienen un gobierno propio (el Alto Consejo) y existen diferentes bandos e intereses, con lo que algunos son buenos, otros malvados y otros son neutrales o desinteresados en la política.
Matilda y Quinn reciben la ayuda de Jacinto y Fee, dos hadas del Borde que han abierto una floristería justo en la calle donde viven ellos dos. Con ellos descubren los portales, entradas mágicas al Borde, la existencia de varias profecías que se contradicen entre sí pero entre las cuales Quinn podría tener un papel (no se revela cuál), estatuas que hablan, y una gárgola que se llama Bax y que es el guardián de uno de los portales.
Mientras van descubriendo todo este nuevo mundo, Quinn también se da cuenta de que estaba muy equivocado con Matilda, quien en realidad es muy irónica, divertida y que gracias a sus lecturas de novelas de fantasía a veces entiende mucho mejor que Quinn mismo lo que están descubriendo. Además, los dos tienen que disimular cada vez más sus aventuras, con lo que se dan situaciones cómicas en el mundo real, sobre todo con la familia de Matilda. Su familia no ve con buenos ojos que ella esté con Quinn y desatienda sus obligaciones en la parroquia o las cenas familiares, sagradas e inapelables a pesar de que la madre de Matilda cocine fatal.
Estructura, personajes y estilo
La estructura del libro es muy sencilla pero muy eficaz: cada capítulo está narrado desde el punto de vista o bien de Quinn o bien de Matilda, de modo que, aunque la historia va avanzando, algunos acontecimientos se repiten brevemente desde el punto de vista del otro.
La mayoría de los personajes son, cómo no, adolescentes, pero también aparecen algunos adultos tanto en el mundo real como en el mágico, todos ellos con sus diferentes personalidades. En el mundo real están, entre otros, los padres de Matilda y de Quinn, la psicóloga de este, que quiere convencerle de que es mejor que acepte su discapacidad, y su fisioterapeuta, que le dice lo contrario. En el mundo mágico están por ejemplo el profesor Cassian, miembro del Alto Consejo que tiene más de mil años y que introduce a Quinn a este nuevo mundo. O también Nietzsche, que se negó a atravesar la luz y se quedó como espíritu dentro del Borde, normalmente en la biblioteca del profesor Cassian.
El estilo de la escritora es muy dinámico, elegante y ameno de leer, con idas y venidas para poner a algunos personajes en contexto y explicar sus historias personales, con diálogos divertidos, y con un lenguaje juvenil muy fresco. Un personaje secundario incluso mezcla en sus frases el inglés y el alemán porque hizo un intercambio escolar en los Estados Unidos, y claro, lo tiene que pregonar a los cuatro vientos.
Final: principio de toda la historia
Como este es el primer tomo de una trilogía, el final del libro es abierto. A partir de lo que pasa al final se desplegarán las nuevas aventuras de los dos amigos dentro del Borde y se sabrá por fin (esperemos) si Quinn forma parte de las muchas profecías que se dice que hay y qué tareas les espera a sus protagonistas principales. Ya estoy esperando la publicación del segundo tomo.

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