Charlando con Eli Macías sobre Cuando llegue la hojarasca y Hazeldale

A lo largo de cada año se publican numerosas novelas y muchas de ellas tristemente se pierden dentro de la marea de novedades interesantes que se publican. Por ello hemos querido aprovechar la publicación de Cuando llegue la hojarasca, de le autore Eli Macías, para hablar de ella y también de otras de sus historias fantásticas rurales que están ambientadas en nuestro propio país.

Poco a poco hemos empezado a escribir y a leer más historias ambientadas en España y eso es de agradecer porque nuestra cultura no tiene nada que envidiarle a la de Estados Unidos, por ejemplo. Pero sí que es verdad que muchas autoras han publicado urban fantasy ambientadas en ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao… y nos dejamos gran parte de nuestro país todavía por aprovechar. 

Por eso queríamos hablar con Eli Macías ya que en gran parte de sus publicaciones se puede ver literatura de género costumbrista en España. Si saltamos a la vez, su primera novela corta publicada en Selecta, es una obra ambientada en Cáceres con viajes en el tiempo. Hazeldale, novela que publicó en Ediciones Dorna, está ambientada en Avellanilla (un pueblo ficticio de Jaén). Y, por último, Cuando llegue a la hojarasca, su segunda novela corta publicada en Pato Ediciones, está ambientada en la Sierra de Cazorla (Jaén).

La cubierta del libro muestra a un grupo de adolescentes paseando por el monte, con una luz que parece indicar que estamos en el atardecer. La chica que aparece en primer plano mira atrás con una expresión preocupada.
Cubierta de Hazeldale.

Antes de entrar en materia, os dejamos la sinopsis de Hazeldale:

Tras terminar la carrera de Bellas Artes, Diana tiene que volver a Avellanilla, su pueblo de toda la vida. Después de tantos años estudiando en Madrid, se le hace raro volver a acostumbrarse al campo, al calor del verano de Andalucía y a los amigos de la infancia con los que hace tiempo que no habla.

Los días en el pueblo son tranquilos y muy distintos a la emoción urbanita de la época universitaria, pero su vida en Avellanilla cambiará por completo cuando se dé cuenta de que, cuando su madre se mudó de casa, no contó con una antigua inquilina. Ahora, además de buscar trabajo en esta nueva etapa, Diana tendrá que aprender a convivir con el fantasma de su habitación.

En esta primera novela larga de Eli Macías, su protagonista (Diana) se encuentra de vuelta en el pueblo en el que se crió tras haber estudiado en Madrid y sin saber qué le depararía el futuro o cómo afrontarlo. Con ella, le autore habla de volver a un sitio del que antes querías escapar y todo lo que ello implica: volver a hablar con tus amigos del pueblo, ver cómo ellos han seguido avanzando en sus vidas mientras tú sientes que tu vida está estancada… 

Hazeldale es una obra de personajes en el que ellos son tan realistas que puedes verte a ti o a tus amistades en ellos, personas con claroscuros al igual que la propia trama de la novela en la que en una vuelta normal al pueblo en verano se vuelve un poco más extraña con los elementos paranormales que entran en escena.

Y no quiero hablar mucho más de ella para no entrar en spoilers. Con esta novela, le autore demuestra que se puede escribir fantasía en España que te atrape. No necesita una fantasía urbana trepidante en las grandes ciudades para hacer que te sientas como en casa, lo hace en Avellanilla con sus leyendas y costumbres y con un grupo de amigos. Unos te caerán mejor, otros peor, pero te engancharás a sus relaciones, te verás identificado con sus problemas, te reirás con la cantidad de referencias que hacen… todo mientras ellos intentan seguir con sus vidas y lo sobrenatural se extiende a su alrededor.

En Cuando llegue la hojarasca encontramos algunos elementos comunes que también se repiten en otras novelas y relatos de Eli Macías: personajes perfilados, referencias, drama, ambientación rural, un protagonista un tanto perdido… Pero primero os dejamos su sinopsis:

Cazorla es un pueblo cautivador y sus veranos son fantásticos. Excepto cuando tienes diecinueve años, apenas has terminado los estudios, nunca has salido del pueblo y no sabes qué hacer con tu vida.

Aun así, Luis intenta encontrarse. Acepta un trabajo penoso en el cortijo de su tío y sigue quedando con amigos con los que ya no tiene nada en común. Hasta que una figura en la noche de julio le salva de cometer una estupidez.

No sabe si era una persona o un animal, pero Luis no puede dejar de pensar en ello.

Y, aunque tienen parecidos, esta historia en Cazorla es un poco diferente a la que contó en Avellanilla. Luis está también perdido, pero se encuentra en un momento distinto de su vida. La naturaleza está mucho más presente también y el enfoque de la obra es distinto, no solo por ser una novela corta, sino por la vida del propio protagonista, su relación con su familia, la desconexión con los amigos que tuvo que dejar atrás… pero también por la misteriosa criatura con la que se encuentra y las condiciones en las que lo hace.

Estas dos historias y los pueblos en los que se ambientan tienen esas vivencias rurales que pueden ser diferentes para las personas que lo leen. Así que hemos aprovechado para hablar con Eli Macías para que pueda contarnos más sobre el proceso de creación de ellas y otros temas.

Hola, Eli, bienvenide a bordo. Primero vamos a hablar brevemente de Hazeldale, ya que fue la primera que publicaste en 2021. ¿Cómo surgió la idea para esta novela?

¡Hola! Muchas gracias por hacerme esta entrevista, me hace mucha ilusión. Pues soy bien friki de los videojuegos y en 2017 me enganché a uno llamado Night in the Woods que hablaba sobre una chica que dejaba la carrera y volvía a su casa por Halloween, pero empezaban a ocurrir misterios. Me gustó que mezclaran la cotidianidad de los problemas diarios con asuntos paranormales, donde lo primero pesaba mucho más que lo segundo, y entre eso y el boom de Stranger Things, me apetecía muchísimo escribir algo así con lo que identificarme.

¿Qué fue lo que hizo que te decidieras a ambientar esta historia en España (Jaén) y no en otro lugar?

Hazeldale se llama así porque, al principio, iba a ser una historia ambientada en un pueblo de Canadá. Entonces me dije que la mayoría de las subtramas que tenía pensadas tenían muchísimo más sentido en España. No es lo mismo quedarse sin trabajo en Canadá que en España. No es lo mismo sentirte perdido allí que aquí, hay diferencias culturales que me parecían más cercanas y distinguibles en un pueblo perdido de Andalucía. En concreto, Jaén, lugar al que le tengo mucho cariño por mi familia.

La razón por la que se sigue llamando Hazeldale es porque el grupo de amigos quiere escapar del nombre del pueblo Avellanilla pensando que todo lo extranjero es mejor, y eso también es un guiño a la idea original.

Aunque en Hazeldale el foco está más en ese grupo de amigos que intenta reconectar, ¿cómo nacieron esos elementos paranormales? ¿Tuviste alguna influencia?

Bueno, para empezar, todo lo que tenga brujas y demonios me fas-ci-na. Por suerte o por desgracia, casi toda esta obsesión nació viendo Supernatural en mi adolescencia, no me escondo. Luego, intenté juntar esos elementos lo máximo posible con el folclore español y leyendas más de nicho.

En la ilustración aparece una persona de pelo corto que parece estar ofreciendo algo de comida a un zorro que lo mira atentamente, en un entorno boscoso muy bonito.
Cubierta de Cuando llegue la hojarasca.

Centrándonos más en la hojarasca… Con ella vuelves a Jaén con Luis, un protagonista más joven. También perdido, pero en un momento de su vida algo diferente, además de que él no ha querido salir a la ciudad… ¿Cómo nació esta idea?

Tenemos esta concepción de que a veces las historias nacen de las inspiraciones más divinas, pero no… esta, en concreto, nació porque se me ocurrió un rol con una amiga y le pregunté si podía usarla para escribir una historia original. También reciclé un fanfic mío de hace un porrón de años de, cómo no, Supernatural. Ah, y me gustan mucho las películas de Studio Ghibli. Creo que eso resume bastante bien mi proceso creativo.

Luis es un chico adoptado dentro de una familia que acabó siendo numerosa y eso ha condicionado también su vida. ¿Qué te hizo llegar a ello?

Con toda honestidad, no tengo experiencia con personas adoptadas, pero estas historias me las tomo como ejercicios para documentarse, investigar, fomentar la empatía y la representación de la forma más respetuosa posible. No hay nadie adoptado en mi familia, pero sí que vivo en un núcleo familiar enorme. Me inspiré sobre todo en mi padre, que dormía en la misma habitación diminuta con cuatro hermanos más.

Además, se puede ver a la naturaleza mucho más presente en esta historia tanto en la ambientación como de forma más directa en la propia trama… ¿En qué te inspiraste?

La historia está ambientada en Cazorla y, como he comentado antes, hay parte de mi familia que tiene una conexión muy fuerte con la Sierra de Cazorla y la Sierra de Segura, ya que tienen una casa allí que yo iba a visitar hacía años. El paisaje es impresionante y se me quedó grabado todo lo que había alrededor. En 2022 tuve la oportunidad de visitarla dos veces, pero una de las veces me enfermé casi una semana con fiebre… así que bueno, un viaje productivo.

Hazeldale es una novela larga y esta es una novela corta. ¿Qué diferencias encuentras en el proceso de escritura de ambas a la hora de desarrollar la trama, la ambientación o los personajes?

Hazeldale me costó sudor y lágrimas. Además, empecé con la idea en 2017 y hasta 2019 no la terminé. Los personajes mutaron cien veces hasta que me quedó algo con lo que me sentía bien. Me lo pasé genial escribiéndola, pero a medida que avanzaba, me di cuenta de que era oficialmente la primera novela que terminaba en mi vida. Big deal. Estaba muy nerviose y tenía esa mentalidad de que, si esa historia no gustaba, mi carrera estaba condenada al fracaso. Así que le tengo mucho cariño a Hazeldale, es mi niño mayor y honrado, pero me hubiese gustado más disfrutarla, tratarla con más mimo   y relajarme más.

Cuando llegue la hojarasca fue, sin duda, un soplo de aire fresco para mí. La escribí sin ningún tipo de pretensiones durante el NaNoWriMo de 2019, escuchando Hozier y yendo a la biblioteca día sí, día también. Costó más encontrar un lugar donde encajase, pero creo que fue esa tranquilidad de no querer escribir algo tan «ambicioso», que fuese simplemente como un cuento donde se puede oler el romero y las zarzas, lo que hizo que fuese un proceso mucho más relajado y satisfactorio.

Con la llegada de más editoriales independientes se puede ver como en el panorama literario se están contando otras historias, entre ellas obras más costumbristas. ¿Cómo ves este cambio que estamos teniendo en nuestra literatura?

¡Me parece estupendo! El costumbrismo es uno de mis elementos favoritos en las historias, y sé que hay gente a quien le suena a antiguo, pero para nada… ¡Por Dios, pero si la serie de Shin-chan es costumbrismo puro y duro! Me gusta que la gente se dé cuenta de que no tienes por qué tener una trama enrevesadísima para que una historia funcione, que, a veces, simplemente quieres leer qué piensan los personajes, cómo se van a dar un paseo con sus amigos, conectar a un nivel humano. También me flipan los libros llenos de tramas y aventuras, pero el costumbrismo siempre me deja el corazón calentito y con ganas de apreciar hasta los momentos de quietud cuando me estoy tomando el café y aún está amaneciendo, con mi conejo dando vueltas entre mis piernas. Y si es costumbrismo rural, muchísimo mejor.

¿Qué obras y autoras son las que más han influido en tu escritura? ¿Qué historias te han gustado últimamente entre tus últimas lecturas?

Esto va a ser una respuesta horrible, porque no he vuelto a leer hasta hace poco… Bloqueo lector larguísimo, pero sí que puedo decir que me encanta la forma en la que le autore Maeva Nieto Piñero escribe sus historias. Mis últimos descubrimientos han sido El verano de los críptidos, de Eme Martínez Herrero (costumbrismo veraniego con verbenas y bichos a tope) y Lo que permanece, de Andrea Tomé (mis cosas favoritas son cuando nos cuentan que los personajes se están viendo reposiciones de series como El príncipe de Bel-Air mientras contemplan su vida, porque puedo decir «buah es que soy yo literal»).

Y mirando hacia el futuro… ¿Qué es lo último en lo que has trabajado?

Voy a publicar Las Renegadas con Ediciones Dorna en mayo de este año, estoy terminando de escribir una trilogía de fantasía épica (quién me mandaba a mí) y, bueno, estoy pendiente de esperar a que algunas cositas que no puedo contar salgan hacia delante. ¡Así que no me puedo quejar!

Muchas gracias, Eli, por responder a nuestras preguntas. Te deseamos muchos más éxitos. 

A vosotres por tenerme en cuenta <3.

Arturo Urbanos
Arturo Urbanos (Novedades/Reseñas): Informático que lee de todo, pero adora la fantasía, la romántica y encontrarse personajes no normativos en ficción. Esas tres cosas son lo que más aparecen en sus novelas y relatos. Se le puede encontrar reseñando en Flights of a dreamer, como redactor en La Avenida de los Libros y en redes sociales como Twitter.

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