Reseña: Monje y Robot

Siempre he tenido ganas de leer a Becky Chambers. Así que la salida de Monje y Robot, un ómnibus que recopila las dos novelas cortas Salmo por quienes se construyeron en la naturaleza y Plegaria por la timidez de los árboles, ambientadas en el mismo mundo utópico, era mi oportunidad de hacerlo, gracias a la traducción de Carla Bataller.

Monje y Robot se centra en Dex, une monje que tras una crisis vital decide abandonar la comodidad de su monasterio y pasar a ser une itinerante monje del té. Su cometido es ir por las distintas poblaciones de Panga sirviendo té a la gente y escucharles. Esta, en apariencia, sencilla labor resulta más compleja de lo que parece, como podemos imaginarnos, y mantiene ocupade a Dex un tiempo. Sin embargo, el pensamiento de que nunca ha oído a los grillos le vuelve a asaltar tras un tiempo y acaba por adentrarse en la naturaleza salvaje en su búsqueda. Esto provoca que se cruce en el camino de Onfalina, un robot que ha salido con una misión: saber qué necesitan los humanos. Este encuentro acabará con que ambes inicien un viaje juntes lleno de preguntas y respuestas.

Así, poco a poco, Chambers nos muestra esta utopía. Entre las preguntas de Onfalina y el día a día de Dex veremos la organización de la población humana y también su nueva relación con el medio natural. La información se nos dosifica, dejándonos guiar por la curiosidad de Onfalina. De forma similar, a través de las preguntas de Dex conoceremos un poco más de los robots y pequeñas pinceladas de la Era de las Fábricas. Podemos entender que estamos ante una Tierra que ha cambiado y se ha adaptado tras los problemas relacionados con la contaminación y que forzaron este cambio de la vida. Pero también podemos estar ante un mundo que no tiene nada que ver con el nuestro, pues, aunque podemos reconocer algunas cosas, la sociedad que plantea Chambers no mantiene casi ningún elemento reconocible.

Podremos encontrar ecos de nuestra sociedad en algunas conversaciones entre robot y monje, que se deslizan a través de las preguntas que se hacen mutuamente, movides siempre por la curiosidad. Sobre todo de Onfalina, quien tiene muchas preguntas sobre la humanidad. Poco a poco se nos muestra la complejidad de esta sociedad, al tiempo que se plantean preguntas de alto nivel filosófico, empezando por ese «¿Qué necesitan los humanos?» con el que se presenta la robot a Dex.

Une monje con una túnica naranja se sienta en un pequeño banco en la parte trasera de su carromato. Conversa con une robot de tonos bronces que se sienta frente a elle sobre una roca a un lado del camino. Ambes beben té rodeades de vegetación y árboles. El camino serpentea por colinas y al fondo se ve una superficie cristalina de agua bajo un cielo de nubes blancas y brillantes.
Portada de Monje y robot

No sólo la filosofía impregna las páginas del libro, la religión tiene un papel importante  en este mundo, no sólo porque Dex sea une monje. Es una de las cosas que más me llamó la atención, la presencia de la religión y les dioses. Por lo general, en las obras de ciencia ficción la religión no existe ni está presente. En Monje y robot es un elemento más de la vida de las personas. Lo que llegamos a saber sobre los seis dioses es casi nada, salvo sus nombres, un poco de su organización y de qué son divinidades. La que más llama la atención es Allalae, de quien es discipule le monje y que es la diosa de las pequeñas comodidades. Este detalle define muy bien las bases de la sociedad que nos presenta Chambers.

Tengo muchas cosas buenas que decir sobre Monje y robot y las ideas que tiene detrás pero todo esto pierde importancia ante como se nos muestran. Donde otros autores hubieran dedicado páginas y páginas a desarrollar falsos diálogos para contar como es la sociedad que han creado, Becky Chambers opta por usarlo de telón de fondo. Lo que importa en las dos novelas cortas es la cotidianidad, acercando mucho el relato al slice of life. No hay dos páginas explicando cómo se alimenta la población humana, sino que se nos detalla cómo y qué cocina Dex. Aprendemos bastante de la sociedad en la que vive le monje antes de su encuentro con Onfalina a través de las conversaciones que mantiene con la gente en las poblaciones.

El mejor ejemplo de esto es la descripción de la caravana en la que vivirá Dex los siguientes años de su vida. Los materiales, lo que tiene en su interior, su funcionamiento… nos muestran la filosofía de vida, de uso de los materiales y nos habla un poco más de le monje, a quién conoceremos en profundidad en las siguientes páginas. Me gusta mucho como rápidamente Dex se aleja de cualquier posible idea que pudiéramos tener de une monje tranquile y reflexive. Sobre todo por la forma de expresarse que tienen elle y Onfalina, fácilmente distinguible gracias a la traducción de Carla Bataller.

El ritmo de las dos novelas cortas es tranquilo, pero en ningún momento pausado. La sensación al leer es la misma que transmiten los títulos de las dos novelas cortas (Salmo por quienes se construyeron en la naturaleza y Plegaria por la timidez de los árboles): tranquilidad, atención al detalle y dejarse llevar. Esta es la mejor forma de experimentar las novelas cortas, que funcionan como un conjunto, ya que la segunda es continuación directa de la primera. No diré que mejor no sepas nada sobre ellas porque eso da igual. Es uno de esos casos donde lo importante no es el final, sino las preguntas que nos hacemos por el camino. Y Onfalina es una fuente inagotable de preguntas.

Darkor
Darkor_LF (Otras narrativas/Reseñas/Novedades): Antes física, ahora desarrolladora web. Es editora y redactora en Todas Gamers, además de colaborar y dirigir El Pugcast. Ha autopublicado algunos relatos en Lektu. Le gusta escribir en batín y con pipa falsa y leer de space opera y viajes en el tiempo. Twitter

Buy Me a Coffee at ko-fi.com

Si quieres estar al día de nuestras publicaciones, subscríbete a la newsletter de La Nave Invisible.

Una respuesta a «»

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.