Concepción Perea es una ardilla que trabaja a jornada completa en esto de juntar palabras, pero juntarlas además de manera que tengan sentido, estética y atrapen al lector de la forma en que lo ha hecho con La Corte de los Espejos. Y eso no lo hace cualquiera. Por eso Concha es una de las voces femeninas más sobresalientes en la fantasía española actual. Imparte cursos de narrativa, personajes y fantasía en Factoría de Autores y es antóloga de Cuentos desde el otro lado, una colección de relatos de diversos autores españoles con muchas mujeres entre sus filas (lo que viene a ser un poco más de la mitad).
La Corte de los Espejos fue el estreno en 2013 del sello de fantasía de Penguin Random House, Fantascy, junto a otros autores internacionales importantes. Todo empezó años antes en este blog, y ahora no es difícil encontrar fanarts de Nicasia y a muchos lectores deseando leer La última primavera, su ansiada segunda parte. Pero no adelantemos acontecimientos. Vayamos al principio de esta historia.
En esta novela de fantasía se nos presenta un mundo nuevo, TerraLinde, donde sus habitantes son hadas y razas de leyenda. Pero no es un mundo bonito y luminoso, ni mucho menos. Hay seres caprichosos, malhumorados, vengativos, cínicos, apacibles, tiernos, honorables… que creen que los seres humanos no existen. Sin embargo, eso no hace que ellos sean menos complejos y sus vidas menos enrevesadas. Pues si algo encontraremos a lo largo de la novela es una suerte de misterios sobre confabulaciones y traiciones, tanto del presente como del pasado, que nos mantendrán pegados a las páginas.
En principio es difícil resumir cómo se inicia la historia, ya que el prólogo cuenta unos hechos que tendrán poca relación a posteriori; pero es toda una declaración de intenciones. Gracias a él, sabemos que los personajes no son siempre lo que parecen y que, tras la Guerra de la Reina Durmiente, la paz parece más una ilusión a punto de revelarse como tal. A pesar de crear un sistema estable, los bandos siguen enfrentados: los gentiles creen que no es suficiente lo que tienen y los nobles añoran los poderes que un día poseyeron. Esa fragilidad será una constante para crear tensión en toda la obra, sobre todo a partir del asesinato de Manx, una vieja conocida de los protagonistas. También será el motor sobre el que giran todos los engranajes de la trama, aunque tardaremos bastante en descubrir hacia dónde conduce.
Como he comentado, el prólogo se separa bastante del resto de la novela, que se divide claramente (tanto a nivel argumental como en sus capítulos) en tres: prólogo, parte primera y parte segunda. Es más fácil entenderla con esta estructura, ya que cada una de las partes es una aventura que acaba y tiene su planteamiento, nudo y desenlace, aunque todas tienen un hilo común con muchas ramificaciones. Estas ramificaciones se irán descubriendo poco a poco o quedarán en el aire para continuar en la próxima entrega. Pero la mayoría de incógnitas planteadas se resuelven, así que podemos considerarla una novela más o menos autoconclusiva. Aunque ya adelanto que deja con ganas de más.
Y es que por muchas aventuras y lugares que hayamos descubierto en TerraLinde, el mundo es tan complejo y todo lo que envuelve a la historia es tan interesante que es imposible no pedirle más. Perea se nutre de diversos folclores para dar vida a las diferentes razas feéricas y consigue que cada una de ellas tenga unos rasgos particulares que las diferencien del resto, al tiempo que sus personajes también difieren mucho unos de otros. Gracias a ello, consigue que Nicasia, Dujal, Marsias, Mesalina, Costurina, Ismail, DamaMirlo, Manx, Urakarnake, Yirkash, Boros, Eleazar, Hyarmen… y muchos otros sean reconocibles y memorables. Conseguir esto con tantos personajes es un logro que sin duda ha requerido mucho esfuerzo y mucho trabajo por parte de la autora, y que no se puede dejar de reconocer.
Lo mismo ocurre con su pasado, que se va revelando conforme avanza la narración y encuentra un denominador común en la Guerra de la Reina Durmiente. No me extrañaría que Perea escribiera una precuela sobre este acontecimiento, porque tiene una relevancia brutal en la novela, y ha sabido introducir los datos de manera paulatina para que no resulte apabullante y nos empuje a seguir descubriendo todo lo que hay detrás. Como veis, la novela juega mucho con el halo de misterio, con lo que el lector conoce y quiere saber. Se establece así esa conexión entre lector y autor que tanto me gusta, pero que a veces me llega a enfadar cuando se realizan confesiones veladas y escucho la risa malévola del escritor desde su sillón mientras teclea. Y Concha es bastante perversa en ese sentido. Lo cual no implica necesariamente que sea malo, claro.
Además de toda la parte histórica (que ya digo que está trabajada de una manera espléndida), también hay que decir que TerraLinde no es el típico y gastado mundo pseudomedieval fantástico. Lo situaría en una época más avanzada, quizá también por la inclusión de elementos steampunk con los que he disfrutado muchísimo. Esto es sobre todo gracias a los knockers, hadas ingenieras y constructoras como Nicasia, que tiene un espléndido taller. A lo largo de la novela, nos muestra algunas de sus extrañas invenciones, dando lugar a algunas de las escenas con más humor, cosa que también se agradece.
También hallamos mucha magia entre las páginas, aunque debo decir que tengo sentimientos encontrados respecto al tratamiento de este elemento. Por una parte, contribuye a esa sensación de maravilla y espectacularidad de toda la ambientación. Es una magia muy poco explicada, salvaje y a veces incontrolable. El problema que he tenido es que, para estar tan poco explicada, se usa demasiado como resolución de algunos conflictos, lo cual para mí le resta cierto interés, puesto que asumo que por muchos problemas que tengan los personajes estos saldrán airosos. Es cierto que algunas cosas sí están más explicadas y que la magia tiene consecuencias, pero los límites y el coste están tan poco claros y difusos que no me acaba de convencer (sé que esto es muy propio de lo feérico, así que el problema es particularmente mío). Además, entra en contradicción con lo bien atada que está el resto de la historia, con esas pistas que el lector va reuniendo y conforman el trasfondo y la explicación del enigma.
Pero aunque parezca el elemento discordante, lo cierto es que la magia también participa en ese telón de luces y sombras que envuelve la novela. Porque TerraLinde es un universo gris, con alegrías y tristezas, reflejadas sobre todo en sus personajes. Ya he hablado antes de ellos, pero me gustaría profundizar más en los protagonistas de esta historia: Nicasia y Dujal. Es complicado decir cuál de los dos es más relevante, porque, aunque en un principio parece que Nicasia es la protagonista indiscutible, el carisma del phoka (un cambiaformas) y los hechos que le toca afrontar hacen que sea una pieza indispensable en la trama.
Nicasia es uno de esos personajes femeninos que da gusto que hayan sido creados. Demuestra que no es necesario que un personaje sea la próxima Miss Universo para calar en el lector, al igual que no tiene por qué ser rancia porque sí en todos los aspectos de su vida. Nicasia es un personaje que ha sufrido mucho, ha pasado por múltiples experiencias traumáticas, así que se entiende su mal humor y su recelo, al igual que su tímida búsqueda de cariño disimulada con pullas y bruscas maneras. Es fuerte no por lanzarse contra el mundo, sino por seguir entera a pesar de todo. No voy a negar que incluir la violación en su caracterización me sorprendió y enfadó a partes iguales, aunque en el contexto esté justificado; pero también es cierto que el carácter de Nicasia ha sido forjado con muchos más golpes que ese.
De Dujal, por otra parte, destacaría la evolución que sufre desde que lo conocemos en el prólogo hasta el final. Al principio da la sensación de ser orgulloso, astuto y egoísta, más centrado en sí mismo y sus diversiones. Pero sabe demostrar que se preocupa por sus amigos y que es capaz de entregarse por ellos, sin ser del todo consciente de sus consecuencias. Poco a poco irá descubriendo la oscuridad que cubre el mundo y se irá transformando en alguien más maduro, sin perder su jovialidad. Para mí ha acabado siendo más protagonista que la propia Nicasia, que, aun siendo la que inicia la aventura, luego queda un poco en segundo plano (por circunstancias, eso sí).
Los personajes en general son retratados por sus acciones, tanto presentes como pasadas, y eso es algo con lo que tengo opiniones enfrentadas. Por supuesto, mostrar surte mucho mejor efecto que contar, hace partícipe al lector de la construcción del personaje y está mucho mejor conseguido. El problema, a mi modo de ver, es cuando ese desarrollo ralentiza la trama. Ha habido algunos tramos, sobre todo al principio de cada parte (y quizá también por contraposición con los finales, que tienen un ritmo muy ágil), que me han resultado más lentos y pesados de leer. No por falta de interés, porque siempre se dan datos nuevos, pero no hay un avance real. Se pasa de un clímax muy bien construido a una calma relativa donde se presentan nuevas piezas de la partida, y parece que el cuerpo te pide seguir con ese ritmo que se había conseguido en vez de plantear una nueva aventura. Quizá sea cuestión de hilar mejor esos misterios para que no haya ese corte tan brusco en el ritmo narrativo, o quizá solo es una percepción personal.
En cualquier caso, La Corte de los Espejos tiene muchas virtudes y la profundidad de la historia y de los personajes hacen de ella una novela que merece ser leída y conocida. Una fantasía adulta, que va más allá del cliché pseudomedieval, con una prosa cuidada y equilibrada y una trama bien tejida. Se podría leer de manera independiente, aunque lo más seguro es que al acabar nos pongamos a rezar aun siendo ateos para que La Última Primavera encuentre pronto donde ser publicada y podamos disfrutar del final de esta emocionante historia.
La Nave Invisible 
Me ha encantado tu reseña ❤ Concuerdo contigo en varios puntos. Aunque debo admitir que no lo terminé de leer cuando lo compré a pesar de haberme comido las hojas una tras otra en cuestión de unos pocos días. No sé si tal vez te ha pasado que cuando te gusta un libro bastante, no quieres que termine; bueno, eso me sucedió y no me dejó terminarlo hasta el año pasado que lo retomé. También, ¡me acabo de enterar que tiene continuación! Voy a tener que preguntar por él en las librerías de mi país o buscarlo en la FIL que llega en Agosto.
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