Reseña: La mirada extraña

Hay quien dice que en España no se escribe ciencia ficción a la altura de la ídem internacional. Quizá es que no se leen los libros adecuados. Es obvio que la producción dista mucho de ser semejante, al fin y al cabo el mercado es mucho más grande (quizá no lo sería si hubiera mejor comunicación con Hispanoamérica en estos términos, pero ese es otro tema), pero hay ciencia ficción española que tiene poco que envidiar a la extranjera.

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Cubierta de La mirada extraña.

Me voy a atrever a afirmar que La mirada extraña, de Felicidad Martínez, es uno de esos casos. Es una de esas obras que deberían recomendarse a todo amante del género, a los que gusten de la especulación con el lenguaje, a los que disfruten de diferentes perspectivas de un enfrentamiento, a los que quieran reflexionar sobre colonialismo, jerarquía social, sobre la ruptura del sistema. Es una colección que se presta a muchas capas de lectura, con muchos aspectos a debatir. Porque a pesar de estar compuesta por cuatro novelas cortas, cada una de ellas tiene una complejidad y profundidad que puede dar pie a horas de conversación.

Las invasiones alienígenas son el tema principal de la colección; si bien, aun teniendo lugar en el mismo universo, la relación más clara es la que se establece entre la primera y la última, por un lado, y la segunda y tercera, por otro. Todas ellas pertenecen al Universo Crow y, quienes hayan leído Horizonte Lunar, reconocerán a ciertas especies que aparecen en la novela publicada en Sportula en 2014. A los demás, como es mi caso, nos tocará ir descubriéndolas al ritmo marcado por la autora.

La colección se abre con «Fuego cruzado», donde conoceremos a tres especies diferentes: los aplastadores/sueloduro, los castrados/sinraíces y los halari/huesosfrágiles. Los primeros y los segundos llevan enfrentados mucho tiempo, pero la llegada de una nave extranjera precipita una colisión final. La tecnología halari les da a los sinraíces una ventaja que hace que los aplastadores se lo jueguen el todo por el todo y acaben vencidos. Es entonces cuando empieza la tarea de Conciliador para unir a todos los clanes y enfrentar unidos a la nueva amenaza conjunta. Mientras tanto, los halari recién llegados buscan a un noble que les ayudaría a salvar el desastre en que se ha convertido su civilización.

Tras este hilo principal se esconden muchos matices, pero todos se basan en la sociedad de cada especie y cómo se relacionan sus miembros entre sí. Martínez trabaja cada especie hasta el fondo, pero muestra al lector solo pequeños detalles que van conformando su visión de cada grupo. Esto produce cierto choque inicial, porque incluso el lenguaje con el que hablan, las palabras con las que se refieren unos a otros e incluso las expresiones que utilizan, son diferentes. De esa manera, cuando pasamos de un punto de vista a otro, el lector debe hacer un esfuerzo para reubicarse y entender las referencias. No es que sea complejo en exceso, y tampoco me atrevería a catalogarlo como cifi hard, pero es posible que ciertos lectores se puedan sentir abrumados. No obstante, una vez conocidas las referencias, es fácil seguir el hilo, si bien es posible que algunas escenas no lleguemos a entenderlas del todo. Es una novela que se presta a la relectura, sobre todo después de haber concluido la colección, puesto que la última historia le da un contexto a la aparición de los halari.

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Felicidad Martínez.

Sin embargo, la importancia de «Fuego cruzado» radica ya no solo en el manejo del lenguaje, sino en las diferencias entre los grupos, ya no solo entre especies, sino entre clanes o entre machos y hembras. Así, mientras que en el caso de los aplastadores la jerarquía está copada por los machos, en los sinraíces ocurre lo contrario, son las hembras las que están al mando. De hecho, se incide mucho en la forma que tienen los machos de interactuar con las hembras: el sexo es definitorio, les sirve para someter, hasta el punto en que un macho puede ser degradado y convertido en una obediente (la crítica subyacente no es ningún espejismo). En los aplastadores, cada tribu tiene unas herramientas diferentes que lo definen: los hechiceros, por ejemplo, son rechazados por tener magia. Todos los grupos que se consideran fuera del conjunto normativo hallan un representante que se revela de una manera u otra contra el sistema, con pequeñas triquiñuelas para aparentar que siguen ejerciendo su papel. Y todos estos matices los encontramos a través de múltiples ojos con perspectivas diferentes, de modo que las conclusiones y la reflexión quedan siempre como trabajo del lector.

La segunda historia, «En tierra extraña», la autora se centra en una especie insectoide totalmente jerarquizada por castas, como si se tratara de un hormiguero. Está la reina, los machos destinados a copular con ella, los guerreros, los constructores… Es una sociedad donde la monogamia está mal vista, pues la cópula es un elemento básico y las feromonas de las hembras atraen sin distinción a cualquier macho. Pero Da es diferente. Cuando ya se creía jubilado, lo envían en una nueva misión de conquista planetaria y se ve obligado a abandonar para siempre su planeta y a la hembra a la que le une algo más que un contrato.

Pero Da no será el único protagonista, también la reina de la nueva colonia, sobre la que recaerán otros temas como la soledad y la responsabilidad del mandato. Gracias a ella, Da descubrirá cosas sobre su propia especie que desconocía. A través de sus ojos, el lector viajará por una dura crítica a la colonización: los conquistados son considerados seres inferiores por los conquistadores, por ello los subestiman y acaban sufriendo las consecuencias. También hallaremos una reflexión sobre el instinto y el control, y volveremos a encontrar de nuevo cierto choque lingüístico, aunque en menor medida que en la anterior, porque sobre todo se queda en las unidades de medida y tiempo.

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Cubierta de Horizonte Lunar.

En la otra cara de la moneda tenemos a los protagonistas de «Los dioses de Amarán», aunque la parte que complementa a «En tierra extraña» está más bien resumida. Martínez muestra de nuevo una sociedad fuertemente jerarquizada, en este caso en base al control sobre lo que parecen ser poderes mágicos, aunque acabaremos encontrando una explicación científica. Ese control se relaciona con la espiritualidad, con trascender el mundo terrenal, alejarse cada vez más de lo corpóreo hasta convertirse en dioses.

Quizá porque se intuye con prontitud el contexto, quizá porque la estructura es más sencilla, quizá porque es más «humana», por decirlo de algún modo, resulta más cercana y es más fácil entrar en el juego propuesto: un tira y afloja entre el destino y la supervivencia, la costumbre y la lógica. Hay una fuerte crítica hacia todos los elementos del sistema que no se cuestionan, que no se revisan, que se dan como válidos e inmutables sin pensar. También la hay hacia la tendencia al desprecio y la falta de empatía hacia aquellos que no comparten nuestra visión del mundo, de pasar por encima de los demás a toda costa. Sin embargo, después de tanta decadencia y el pesimismo, hay por fin un asomo de esperanza de que al final puede haber entendimiento.

Por último, en «La perversión de la luz», conoceremos mejor a los halari, que ya aparecían en la primera novela corta. Es una historia anterior a los hechos que ocurren en «Fuego Cruzado», en la que entenderemos mejor muchos detalles que se dejan caer: el dios de los halari, su estructura social, la guerra, la infección… En ella, la autora vuelve a poner de nuevo en contraposición la percepción que tienen las dos partes de un mismo conflicto, cómo los individuos nunca están conformes con lo que tienen y prefieren lo que tienen los demás, independientemente de su posición. Es también una historia sobre corrupción, quizá la más política de todas. Destaca el formato en el cual el narrador es el protagonista y va contando fragmentos de lo acontecido según se van reproduciendo, pero algunos archivos están corruptos y parte de la información está perdida.

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Cristina Macía, Pablo Bueno, Felicidad Martínez, Nieves Delgado, Gabriella Campbell y Elías Combarro en la mesa redonda «Lo bueno y breve, una mirada a la novela corta», que tuvo lugar en el Festival Celsius 2017. Fotografía de la organización.

De esta manera, Martínez manifiesta de forma explícita que le gusta hacer trabajar al lector. Lo demuestra en cada una de sus historias, pero esta es la más obvia. Además, como precuela de la primera historia, cierra el círculo. Como la propia autora dijo, invita a releer al menos «Fuego Cruzado» y ayuda a entender mejor una de las partes que componen esa novela.

Si habéis leído hasta aquí, habréis deducido que detrás de esas «invasiones», que sería una trama general, se esconde un gran trabajo de especulación social. Las civilizaciones que imagina Felicidad Martínez tienen múltiples semejanzas y diferencias, pero llama la atención la fuerte estructura jerárquica que caracteriza a cada una. Además, en todas las historias aparece una ruptura de esa jerarquía en algún momento, bien sea por deseo de uno de los individuos o por obligación. De esa forma, los implicados no solo tienen que hacer frente a una amenaza exterior, sino que debido a ese choque interno llegan a plantearse muchas de las directrices que daban por sentadas.

Como bien reza el título, la colección es una mirada extraña hacia el propio ser humano, como corresponde a la ciencia ficción especulativa, si bien no es de la forma en que solemos estar acostumbrados. Sin embargo, a pesar de que las especies ilustradas no se parecen mucho a la nuestra, sí que siguen ciertos patrones o tienen algunos aspectos que se pueden trasladar a nuestra sociedad. Eso, unido al estilo pulido de la autora, a los vacíos intencionados que deja para que se establezca una conversación con el lector en el que este se hace preguntas y debe plantear sus propias respuestas, deja entrever que esta obra lleva muchos años de trabajo a sus espaldas muchas revisiones y un gran esfuerzo para que el lector sea finalmente capaz de entender lo que le están contando. Es la mezcla entre complejidad y mensaje lo que la hace una obra brillante, con muchas lecturas. Tanto es así que seguramente cada lector tenga una historia favorita. Pero de lo que no hay dudas es que La mirada extraña, no solo invita a la relectura, sino a descubrir más obras de la autora.

puntuacion4

Como nota, decir que cada novela corta se puede leer de manera independiente. Pero, como ya he dicho, hay un gran universo detrás…

Laura S. Maquilón
Laura S. Maquilón (Reseñas/Fichas de autoras): Sierpe. Lectora por vocación. Arquitecta por amor al arte. Amante de la fantasía desde pequeña y fascinada por la ciencia ficción. Escribo relatos y tengo muchas historias en la mente. También escribo reseñas. Y artículos. Y hasta la lista de la compra.
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3 respuestas a «Reseña: La mirada extraña»

  1. Lo lei y me gusto aunque costo un poco meterse en el libro, ahora tengo Horizonte Lunar en la pila, en cuanto pueda lo pillo y despues repasare otra vez La mirada extraña

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