Entrevista a Laura Tejada

El otro día, viendo mi resumen de Goodreads de 2018, descubrí que el libro más breve y el más largo que había leído ese año eran de la misma persona: Laura Tejada. Por un lado estaba Neven, un relato disponible por pago social en Lektu; y por el otro lado estaba Los Mundos de Täryenn, una novela de fantasía de casi 800 páginas. Las dos historias de esta sevillana son bastante distintas, y también aparece en la antología ENTER: Enfants terribles, con su relato Hambre. Además de tener su propio blog, La Vieja Morla, colabora en Todas Gamers, donde es la jefa del departamento de relaciones públicas, y tiene una nueva novela con Ediciones Dorna. Con motivo de esta nueva publicación, le hemos hecho unas cuantas preguntas sobre la novela, su obra y mucho más.

Laura Tejada, tramando maldades.

Lo primero es felicitarte por tu reciente publicación con Dorna, Bestias Durmientes. ¿Qué nos puedes contar sobre la novela que no sea mucho destripe?

¡Gracias! Me hace mucha ilusión hacer esta entrevista para La Nave. En cuanto a Bestias Durmientes, es una novela corta de terror psicológico que habla sobre la naturaleza humana. La historia comienza con un suceso en la vida de la protagonista que no es capaz de explicar, a partir del cual empieza un descenso a la locura lleno de terrores que le van a hacer la vida imposible. Todo ello acompañada de Stanley, que probablemente sea el personaje más inquietante que he creado nunca.

Esta novela corta la escribiste durante un NaNoWriMo, en los que has participado varias veces. ¿Qué pros y contras le ves al NaNo para escribir novelas? ¿Algún consejo para sobrevivir?

Enfrentarse a un reto como el NaNo es algo muy personal que depende de la forma de trabajar de cada uno, pero para mí una de sus mayores virtudes es «la comunidad». Escribir una novela generalmente es un proceso solitario y los avances que hacemos poco suelen importar a la gente que nos rodea, pero durante el NaNo eso cambia por completo. Las redes se llenan de personas con ilusión por contar sus historias y superar sus propias metas, gente que comparte lo que hace y apoya a los demás. Creo que el ambiente que se genera es muy sano y motiva a esforzarse, al menos a mí me motiva.

Y para sobrevivir creo que la clave es ponerse metas alcanzables. El NaNo no es algo rígido, sino un concepto que podemos amoldar a nuestras necesidades. No hay por qué participar con una novela y llegar a 50k palabras para cumplirlo, aunque ese sea el objetivo original, porque lo importante es escribir todos los días, romper con las excusas y dedicarle un rato a las palabras. Da igual si es un relato, una novela, un ensayo o ese reportaje que siempre quisiste escribir, pero para el que nunca encontraste el momento. El NaNo es ESE momento, un empujón que puedes usar para lo que necesites.

En el NaNo no solo se escribe, sino que se necesita planificarse, además de que luego toca revisar. ¿Cuál es la parte de todo el proceso de escritura que más te gusta?

Tanto en el proceso de organización previa, que en mi caso suele ser muy intenso, como en el de escritura, encuentro momentos en los que disfruto muchísimo de lo que hago, pero todo lo que viene después de terminar el primer borrador para mí es un infierno que me da dolor de cabeza y ganas de comer chocolate.

Esta novela corta, además de otros de tus relatos como Neven, son principalmente de terror. ¿Siempre has querido ser una escritora de terror o el terror te encontró a ti? Porque aunque Los mundos de Täryenn es una novela de fantasía, es una fantasía muy oscura y desasosegante.

Nunca me planteé ser escritora de terror. Al principio pensaba que mi género más afín era la fantasía, pero luego me di cuenta de que podía escribir prácticamente sobre cualquier cosa o lugar, real o imaginario, pero solo si había un elemento de por medio, y ese elemento es el terror. En mayor o menor medida siempre ha estado ahí, es un motor que hace que las historias fluyan en mi cabeza, pero no lo he elegido. De hecho, a veces es exasperante querer hacer algo alejado de todo eso y darte cuenta de que sin oscuridad no eres capaz de crear nada que te guste de verdad.

Parte de este terror viene por tu predilección por personajes que podrían ser mejores personas y finales algo turbios, ejem. ¿Algo que decir en tu defensa?

Me declaro culpable de todos los cargos. Conseguir eso con los finales quizá sea lo que más me cueste, porque ante todo me gusta respetar lo que pide la historia, y si pide un final con más luz se lo daré, pero mis favoritos son esos que te dejan con una sensación rara en el cuerpo, sin saber si es bueno o malo, o hasta qué punto es lo uno o lo otro.

En cuanto a los personajes, no son otra cosa que un reflejo de mi experiencia como ser humano que se relaciona con otros seres humanos. Creo que todos albergamos «maldad» dentro (unos más que otros), pero eso no nos convierte necesariamente en malas personas. A veces tenemos un mal día o estamos cansados y pensamos cosas injustas sobre los demás, a veces simplemente alguien a quien quieres necesita un abrazo, pero resulta que huele a coliflor y tú odias la coliflor. Aun así le abrazas, pero no puedes evitar que te dé un poco de asco o que una parte de ti esté pensando: «por favor, que esto acabe pronto». Nada de eso significa que no le quieras o que no te preocupes, significa que somos personas y estamos repletos de contradicciones. Y yo adoro las contradicciones.

En contraste con Neven y Bestias Durmientes, está Los mundos de Täryenn, que es considerablemente más largo que los otros. ¿Cómo fue crear un libro tan largo?

La extensión de Los mundos de Täryenn se debe a que en ese proyecto di cabida a muchas ideas que habían estado conmigo a lo largo de los años, así que la primera dificultad que encontré fue darle una coherencia y un sentido a todas esas piezas después de encajarlas. El proceso previo fue largo, pero tenía la oportunidad de dedicarle muchas horas, así que lo pasé absorbida por la historia y casi no me di cuenta.

Con su escritura viví algo parecido. Tardé algo más de un año, pero por aquel entonces tenía un ritmo mayor a la hora de escribir y podía estar cinco o seis horas tecleando sin que me explotara la cabeza, cosa impensable ahora mismo.

Lo peor vino con la corrección. Después de otro año y varios repasos logré restarle más de 200k palabras al primer borrador, pero a día de hoy he aprendido bien de mis errores y no creo que vuelva a vivir un proceso de corrección como ese.

«Mi vida como escritora», por Laura Tejada, meme sobre jpg.

En Los mundos de Täryenn tenemos a Alicie Hill; en Neven tenemos a Emily Connor; y en Bestias Durmientes está Lisa Hyde. En los tres casos tenemos protagonistas con nombres anglosajones y lugares que al leer asocias con Estados Unidos. ¿Hay algún motivo por el cual prefieras estas ambientaciones en vez de lugares «más cercanos», como podría ser Sevilla?

Sí, y me alegra que me hagas esa pregunta. El motivo es que a lo largo de mi vida casi todos mis referentes han venido de fuera, principalmente de Estados Unidos. Para mí la ficción iba ligada a lo lejano, porque todo lo que estuviera relacionado con mi realidad diaria no era interesante ni me servía como evasión. Vivía en una especie de «rechazo a lo propio» y tenía muy interiorizada la idea de que cualquier cosa externa interesa más solo por el hecho de serlo.

Afortunadamente, hace tiempo que esa concepción absurda empezó a cambiar en mi cabeza y desde entonces he estado viviendo una etapa preciosa en la que por primera vez he mirado y apreciado de verdad el lugar en el que vivo.

Nunca había sido capaz de caminar por mi ciudad o por cualquier otro lugar de España e imaginarlos como escenario de una novela de fantasía oscura o de ciencia ficción, pero ahora puedo hacerlo. Tanto es así que actualmente estoy trabajando en una historia no realista ambientada en un pueblo de la sierra norte de Sevilla que me tiene muy emocionada.

También has escrito y escribes no ficción, tanto en tu blog, La Vieja Morla, como para Todas Gamers. ¿Qué diferencias de estilo, forma, planificación… notas entre escribir ficción y no ficción?

Sí, lo noto bastante. Principalmente porque para escribir no ficción uso mi voz, pero para escribir ficción uso la voz de otros. En una novela, aunque esté narrada en tercera persona, no siento que sea yo quien la narra. Para escribir ficción necesito meterme en otra piel, ya sea la de los protagonistas o la del narrador, que para mí es casi otro personaje más en la historia.

La planificación sí se parece, aunque a escalas distintas. Para un artículo tomo notas previas y me hago una escaleta sobre los puntos que voy a tocar y el orden, además de documentarme en los casos en los que es necesario. Para un relato hago prácticamente lo mismo, pero con las novelas la planificación es mucho más laboriosa, entre otras cosas porque conlleva hacer un guion, que es mi herramienta de apoyo principal. En él resumo la obra escena por escena y anoto información que sé que necesitaré recordar cuando esté escribiendo.

Portada de Bestias Durmientes, de Ediciones Dorna.

Ahora en preguntas más generales, ¿tienes una rutina para escribir? Cualquier cosa, escenas sueltas, relatos, textos de no ficción. ¿Qué referentes o inspiración tienes a la hora de escribir? Libros, cómics, películas, videojuegos, música…

Escribo cuando puedo, que suele ser por la noche, y necesito beber algo mientras lo hago (generalmente café). Me cuesta mucho empezar, sobre todo si estoy alterada o ansiosa por algo, así que primero tengo que llevar mi mente a un estado de calma y meterme poco a poco en lo que vaya a escribir (la música aquí es fundamental). No es raro que, si tengo dos horas para escribir, más de la mitad la emplee en esto.

En cuanto a referentes, hay cuatro autores que han sido imprescindibles por todo lo que me han enseñado: Gillian Flynn, Junji Ito, Stephen King y Shirley Jackson. Leerlos ha implicado cambios importantes en mi manera de concebir la escritura y el terror como género, así que más que influencias los considero mis maestros.

En cuanto a películas, tengo muchas, pero El resplandor es quizá la más importante, porque fue la que me enseñó que mi tipo de terror no es el ruidoso lleno de jumpscares, sino ese que sabe cocer sus desgracias a fuego lento. La serie Càrnivale también me marcó hace muchos años y sigue siendo uno de mis principales referentes, igual que la saga de videojuegos Bioshock, que me ha aportado muchísimo a nivel musical, visual y narrativo.

Para terminar, ¿recomiendas alguna obra para las amantes del terror? ¿Y para quienes nos hemos leído Bestias Durmientes a plena luz del día, por si acaso?

A los amantes del género les recomiendo leer a Gillian Flynn, precisamente porque sus obras están catalogadas como thrillers y puede que pasen desapercibidas para los fans del terror, cuando es una autora capaz de ponerte los vellos de punta y encogerte las tripas, sobre todo en sus dos primeras novelas.

Para lectores ocasionales del género recomiendo Siempre hemos vivido en el castillo, novela que yo no catalogaría como terror, pero que tiene una de las protagonistas más perturbadoras y maravillosamente bien escritas que he leído en mi vida.

 

Y hasta aquí la entrevista que nos ha concedido Laura Tejada, a quien damos las gracias y os animamos a descubrir, quizá por su relato Neven para probar, antes de ir a por Bestias Durmientes.

 

Darkor
Darkor_LF (Artículos/Reseñas): Física a la que le gusta colar sus obsesiones por doquier. Escribe en Todas Gamers, habla en El Pugcast y Charla de Queridas, y además tiene un blog y Twitter. Le gusta escribir en batín y con pipa falsa.

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Una respuesta a «»

  1. Caramba, no deja de sorprenderme —y me reprendo por ello— la cantidad de autoras y autores españoles interesantes que hay en la actualidad. Como en el caso de Laura Tejada, mis referentes han sido siempre extranjeros, anglosajones sobre todo. Pero sigo un curso acelerado de “lee autoras españolas” desde hace tiempo. Y pienso perseverar.

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