Reseña: Muted

Aparecen lo que parecen ser cuatro mujeres sobre un fondo granate oscuro. La primera a la izquierda mira hacia el margen, tiene el pelo cano y expresión seria. La segunda, rubia, mira al expectador, lleva un cuervo apoyado en el brazo y un vestido escotado y sexy. La tercera, pelirroja, está en el centro y mira hacia arriba; lleva una falda negra y una camisa de cuello alto de estilo victoriano. La cuarta y última lleva sombrero de bruja y mira al expectador, con un vestido también tipo victoriano.

Las brujas están de moda. No lo digo yo, lo dice (la cencia) la gran cantidad de libros sobre brujas que se han publicado en los últimos años; me atrevería a decir que desde que se estrenó Las escalofriantes aventuras de Sabrina en Netflix. Newropia, de Sofía Rhei; las Brooklyn Brujas de Zoraida Córdova; The once and future witches, de Alix E. Harrow; Royalty Witches, de Laia López y Alena Pons; la antología Vuelo de brujas… son muchos los acercamientos recientes a esta figura mágica perseguida y fascinante a partes iguales.

Podría decirse que estamos ante una moda, igual que lo fueron los vampiros (que también han vuelto) o los zombis. El mercado decide lo que le interesa y cuándo lo hace. Sin embargo, la bruja es un elemento continuo en gran parte de la literatura fantástica y ha sido abordado desde perspectivas muy diversas, desde las más clásicas y tradicionales a las más modernas y feministas. La persecución y quema de brujas en la Era Moderna —no en el Medievo, como mucha gente sigue afirmando de manera errónea (el Malleus Maleficarum se publicó en el Renacimiento)— es el reflejo de cómo se trata a quienes son diferentes y vulnerables. Las mujeres, por supuesto, se llevaron la mayor parte de las acusaciones y condenas; un panorama de voces silenciadas que el feminismo se ha apropiado para subvertir y empoderar.

La bruja no solo es una figura crítica con el patriarcado. También es una persona con poderes mágicos capaz de lo mejor y lo peor; un elemento atractivo para la ficción fantástica que se puede abordar desde diferentes culturas y sistemas mágicos. Ante esta flexibilidad, no es extraño que la bruja sea una figura recurrente.

Personalmente, me fascinan las historias sobre brujas. De eso tienen bastante culpa las hermanas Halliwell, y es algo que no ha disminuido con el tiempo. Así pues, cuando estuve buscando un webcómic que me completara la semana de espera entre episodios de Lore Olympus, no es extraño que acabara en uno sobre brujas. Pero Muted, obra de Miranda Mundt, me dio mucho más de lo que esperaba. Porque, si hay otra cosa que me encanta de una historia, son los dramas familiares mezclados con política (de esto culpo a Canción de hielo y fuego, por supuesto). Así que Muted tenía todos los puntos para ser una de mis historias favoritas de los últimos años.

Sobre un fondo blanco con espirales rojas, aparece la cabeza de un cuervo negro con el pico abierto como si graznara.

Todo empieza con el incendio de un invernadero que mata a la madre y a la hermana de Camille Severin, una joven bruja de sangre que acaba siendo tutelada por su tía Athalie, la matriarca de la familia. Camille y su prima Avaline son criadas en la educación más estricta, destinada a la mayor gloria y poder de la familia. Su única preocupación debería ser la cercana noche del ritual, una especie de paso a la vida adulta en la que tendrán que conseguir el favor de un demonio para encontrar un marido rico con el que mantener su posición social. Avaline se muestra emocionada ante la perspectiva, pero no así Camille, que parece triste y preocupada. ¿Cuánto la castigará su tía si es incapaz de completar el ritual? ¿Y si no quiere… un marido?

Mientras caminan por Nueva Orleans, las primas se encuentran con una bruja de otra familia. Las Eloi tienen afinidad con los espíritus y esta en concreto le ofrece leerle las cartas a Camille, un encuentro de lo más extraño que acaba con Athalie riñéndolas por llegar tarde. En un capítulo, Mundt nos presenta a las protagonistas del webcómic: la confusa e insegura Camille, la confiada y rebelde Avaline y la controladora e iracunda Athalie. Y todas serán mucho más de lo que parece en un primer momento.

En apenas cuatro episodios, nos adentramos en la psique de Camille. El trauma con la muerte de su familia se une al maltrato psicológico por parte de su tía. Lo único que quiere es estar lejos de casa, que Athalie no la odie, que su familia vuelva a la vida; en todos esos sueños no entra un marido, no encaja en el gran plan de la matriarca ni en su familia. No es la bruja que debería ser.

Como he dicho antes, Camille, y la familia Severin en general, se dedican a la magia de sangre. Cada familia de brujas tiene una afinidad mágica concreta. Las Eloi con los espíritus, las Dupre con el fuego, las Leroux con las plantas. Es por ello que, cuando Camille efectúa el ritual y no sale como debería, prefiere fingir que lo ha hecho mal que explicar lo que ha ocurrido. Eso le hace perder mucha sangre y la cólera de su tía la obliga a salir corriendo por la ciénaga hasta desmayarse en medio del agua.

Con este inicio es imposible no engancharse a Muted. ¿Por qué sale mal el ritual? ¿Quién es esta Eloi que parece tan peligrosa? ¿Quién provocó el incendio en el invernadero? Cuestiones que se irán resolviendo conforme la trama avanza y que dejarán al descubierto multitud de secretos que llevan años escondidos y cómo de difíciles pueden convertirse las relaciones familiares cuando la envidia y el poder entran en juego.

Sobre un fondo en tonos azul oscuro y humo rojo, se adivina una silueta negra de mujer, que sostiene en una mano un cuchillo y en otra un cuenco. Sobre su cabeza se aprecia una vidriera que representa a un cuervo y a la luna, y la luz que se cuela por ella forma un dibujo a los pies de la mujer.
Camille durante el ritual.

Uno de los temas principales que se tratan en Muted es el maltrato psicológico de madres a hijas (lo digo en femenino porque en este caso todas las brujas son mujeres, pero es extrapolable a padres e hijos). Ya no solo por cómo Athalie trata a Camille, también por cómo lo hace con su propia hija y las razones que la han llevado a ello. La matriarca es un personaje terrible y monstruoso muy bien construido y su sombra, aunque no aparezca en escena, está siempre presente. Ya no solo en la inseguridad y la ansiedad de Camille, también en el personaje de Avaline, que tiene una subtrama llena de descubrimientos sobre su madre y ella misma.

Mundt refleja este tema con escenas y conversaciones muy crudas que llegan a lo físico y que contrastan con las relaciones que va construyendo Camille en cuanto consigue alejarse de su tía. Muted también es una historia de superación, de búsqueda de confianza y amor propio, de encontrar redes de apoyo para salir de un agujero infesto de vejaciones y control.

En esa búsqueda, Camille descubre el amor en formas muy diferentes: el romántico, el familiar, la amistad… Amores que la curan y la hacen evolucionar y ser más fuerte. Así pues, en este webcómic no faltarán escenas tiernas y conversaciones empoderantes. También hay lugar para relaciones sáficas, poliamorosas o personajes asexuales, nada extraño si tenemos en cuenta que Mundt también pertenece al colectivo LGTB.

Además de a Camille, Avaline y Athalie, le autore también hace que nos enamoremos de personajes como Silvia, Nyra o Dendro. Y es que tiene una gran habilidad para dotar de una personalidad única y vivaz a sus personajes, acompañados por una ilustración muy expresiva que los caracteriza en muy pocas viñetas.

Muted nos deja con escenas de gran potencia visual que acompañan a la emoción de los distintos clímax de la trama. Mundt controla muy bien los tiempos y el ritmo, engancha rápido y no se anda por las ramas. Aunque la primera temporada se puede tomar como una introducción, es ágil y plantea rápido las cuestiones más importantes. La segunda es una montaña rusa con un final que nos dejó a los lectores durante meses deseando que se estrenara la tercera temporada. Ahora que ya la tenemos, puedo decir que le autore también sabe cuándo detenerse a recolocar las piezas para el siguiente asalto y, aun así, seguir aportando información en cada nueva entrega.

Si os gustan las brujas, los dramas familiares y las historias gráficas, no podéis dejar pasar este webcómic. Se puede leer gratis en Webtoons y está disponible tanto en inglés como en español (Silente). Las escenas más crudas están señaladas para que vayáis sobre aviso y podáis disfrutar al máximo de esta historia que no puedo dejar de recomendar desde hace meses.

Si os gustan las brujas y queréis profundizar en ellas como figura popular y cultural, os aconsejo además leer el ensayo de Pilar Pedraza Brujas, sapos y aquelarres. ¿Qué otros libros sobre brujas nos recomendáis?

Laura S. Maquilón
Laura S. Maquilón (Novedades/Fichas de autoras): Escritora ofídica. Correctora y diseñadora profesional. Reseñista en Más que veneno y Libros Prohibidos. Coorganizadora de la iniciativa #LeoAutorasOct. Le gusta soñar con mundos mejores. Desvaría en Twitter.

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