Cinco campistas, scouts de grupo femenino, descubren que no van a tener un verano normal. Una noche, Ripley, Mal, Molly, Jo y April ven fuera de su cabaña a una anciana que se convierte en un oso gigante. La persiguen hasta el interior del bosque, donde se encuentran con unos zorros muy extraños: son agresivos, son muy grandes para ser zorros y tienen tres ojos. Entre las cinco los derrotan y vuelven a su cabaña, pensando que nadie iba a notar su ausencia, pero… Jen, su monitora, claro que se ha enterado de su travesura.
Ese es solo el primero de los encuentros extraños y fantásticos que tendrán durante su campamento de verano. Le seguirán monstruos marinos, yetis… e incluso los chicos del campamento masculino de al lado.
El grupo de las cinco campistas no buscan las aventuras, pero tampoco se resisten a ellas cuando aparecen. Pronto, una se dará cuenta de que todos los misterios están conectados y, por supuesto, tendrán que llegar al fondo del asunto.
A través de un manual de campo, vamos siguiendo las aventuras de las cinco scouts, mientras van ganando diferente insignias por sus logros o los conocimientos que ponen en práctica en la naturaleza. Además de las viñetas, la historia se completa con pequeños textos introductorios sobre las insignias, el irreverente juramento del campamento y unas cuantas polaroids de recuerdo de sus hazañas al terminar cada capítulo.
Leñadoras tiene un ritmo muy rápido. En una página pasan un montón de cosas, pero además las viñetas están llenas de acción: saltos, patadas, peleas, carreras… Cuando se meten en un problema, las Leñadoras no suelen tener tiempo de reaccionar, por lo que al momento se ponen en acción y no dejan de sucederse los escenarios. En las apenas las doscientas páginas que tiene el primer volumen, conocemos el campamento, las cabañas de las campistas y de la directora, el bosque de los alrededores, el río e incluso el campamento masculino. En Leñadoras no hay tiempo que perder.
Todos los personajes que pasean por los capítulos son originales y únicos. Las cinco chicas que forman el grupo protagonista apenas están presentadas, pero no es nada difícil conocerlas: tanto el diseño de cada una de ellas como sus palabras las muestran como personajes individuales. Son muy diferentes entre sí, tanto física como psicológicamente. Saben que son fuertes y valientes y que juntas pueden conseguir superar todos sus retos. Su fortaleza no es únicamente física, ya que por el camino tendrán que descifrar algún enigma que las obliga a usar la lógica o las matemáticas.
Pero además el resto de personajes son también muy singulares. Jen puede ser más típica, pero los directores de los dos campamentos son especiales, cada uno a su manera. ¿Y qué me decís de los yetis?
La caracterización de los personajes está reforzada por el propio tono de la historia: es sencillo y muy actual, lleno de juegos de palabras y en un estilo cómico. Algunos personajes parecen parodias de sí mismos, mientras que otros son sorprendentes y destrozan los prejuicios que podrías tener sobre ellos según su posición en el campamento o incluso por su aspecto.
Además, el dibujo es muy expresivo. Cada página está aderezada con colores vibrantes, aspavientos y mucho movimiento en los personajes, grandes onomatopeyas y burbujas de diálogo muy fluidas; lo que para alguien que no está acostumbrada a leer cómics, como yo, ayuda mucho a seguir la historia al ritmo que esta pide.
Leñadoras se ha convertido en un referente en las recomendaciones para quien busca un libro protagonizado por mujeres, escrito y dibujado por mujeres, y se lo ha ganado por méritos propios. Algo que caracteriza a las aventuras del quinteto protagonista es la capacidad de colaborar, de salir adelante como amigas (¡amistad a tope!, parece el lema del campamento) y de ser un ejemplo de sororidad, inteligencia e integridad.
En otro tipo de lectura, Leñadoras también juega a derribar o invertir los roles de género de algunos de los personajes que menos podrías esperar: el director del otro campamento es una parodia sin vergüenza de su propia masculinidad, mientras que los scouts son todo lo contrario a lo que se podría esperar de chicos de su edad.
Lumberjanes (Leñadoras en la traducción al español) es una serie de cómics que en nuestro país edita Sapristi. En inglés han publicado ya diez volúmenes, que unen los casi cincuenta capítulos que forman ya la serie. En español tenemos dos volúmenes: el primero reúne los primeros ocho capítulos y el segundo los ocho siguientes.
El plan original para Leñadoras era cerrar la historia tras ocho capítulos, pero la gran acogida que ha tenido por el público les ha llevado a convertirlo en una serie abierta. De hecho, ganó el premio Eisner a Mejor Serie Nueva y a Mejor Publicación para Adolescentes en 2015, el año de su debut.
Detrás de estos maravillosos personajes están la editora Shannon Waters, las guionistas Grace Ellis y ND Stevenson (a quien ya conocemos gracias a Nimona) y la dibujante Brooke A. Allen.
Si bien es una historia pensada para un público adolescente o preadolescente, los adultos pueden disfrutar muchísimo de estos cómics también. La primera vez que me enfrenté a las cinco protagonistas no sabía nada más de ellas que la portada, y cuando lo terminé me quedé pensando que ojalá tuviera una prima o una conocida de unos diez años para poder regalárselo. Justamente, en el blurb de la contraportada, Gail Simone aconseja comprar dos ejemplares: uno de ellos, para regalar. Pero no solamente a lectores infantiles o juveniles: a cualquiera.
Leñadoras es divertido, es estéticamente precioso, es sorprendente, es rápido… lo tiene todo. Menos sensación de saciedad: siempre se me hace corto y siempre quiero más.
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