Reseña: Este es el mar

El año pasado Mariana Enríquez fue una de las invitadas al Celsius. Me quedé totalmente embobada escuchándola hablar de cosas terribles, niños muertos y cadáveres encontrados, así que sabía que necesitaba leer algo suyo.

Nuestra parte de noche, novela que se está alzando a categoría de obra maestra, se me hacía muy grande, a mí, que no estaba acostumbrada al terror. Se me hace monumental por el tema, por la extensión… por todo. Pero me hicieron otra sugerencia: Este es el mar, su primera novela publicada, mucho más breve, menos profunda, pero igualmente Mariana Enríquez.

Tan breve que me duró un asalto. Me senté a ver cómo empezaba y cuando me di cuenta me la había terminado.

La cubierta muestra un mar de noche, con la luna saliendo entre las olas. Si te fijas, las crestas de las olas son plumas blancas.
Cubierta de la edición en España, por Literatura Random House

La novela empieza partiendo de que todos los artistas que son leyendas han tenido vidas horribles, llenas de sufrimiento, adicciones, dolor y soledad. Cuánto más famosos, más desgraciados. Y solo una muerte a la altura del genio es lo que convierte a músicos y actores en leyendas.

Pero esas situaciones no llegan de casualidad. En cambio, unos seres sobrenaturales, las Luminosas (nada que ver con las de Lauren Beukes), se ocupan de que ocurran. Helena, la Luminosa protagonista, es una de ellas. Viaja para asistir a conciertos, se mezcla con fans, las incita a seguir a sus ídolos, a que creen contenido, a que formen una comunidad y se exalten entre ellas.

Las Luminosas acompañan a las estrellas durante su carrera. Los colocan en el momento adecuado en el sitio adecuado. Mueven los hilos para que su talento pueda deslumbrar. Agitan el fenómeno fan: sin una base de seguidoras incondicionales que extiendan su pasión, nada de lo que hagan tendrá repercusión. Se aseguran de que se formen rumores, que hay guerras dentro del fandom para que este no solo no muera, sino que encuentre nuevos adeptos y nunca deje de crecer. Alzan a los artistas hacia lo más alto y luego destruyen sus vidas para convertirlos en leyenda.

A lo largo de la novela seguimos a Helena, una Luminosa, y al artista al que acompañará desde sus orígenes: James Evans, cantante de un grupo de música. Veremos cómo se crea una estrella, asistiremos a conciertos, entrevistas, encuentros con fans y qué desencadenará Helena cuando su Estrella ya no pueda llegar más alto.

Mariana Enríquez es una mujer de mediana edad, con el pelo oscuro lleno de canas. Está en un escenario, sentada en una silla, explicándose y gesticulando mucho con las manos. A su lado, la presentadora de la entrevista, la mira.
Mariana Enríquez en una entrevista de hace unos meses en el Espacio Fundación Telefónica.

Este es el mar es una novela corta de terror. No es un terror gore, ni de sustos. No hay tripas, asesinos que persiguen, ni casas encantadas que se convierten en prisiones. El terror es macabro, lento, que se apoya en la inevitabilidad de lo que le ocurre a James. Sin saberlo, está atrapado en un futuro del que no puede escapar. Y con él, arrastrará a fans, asistentes, a quien le rodee. Mariana Enríquez crea una historia oscura y constante, la cocina a fuego lento, nos deja atisbar los horrores de todo lo que ocurre alrededor y no necesita describir la sangre, el reguero de cadáveres, el sufrimiento dentro de los hospitales. Sabemos que está ocurriendo, y con eso es suficiente.

Mariana Enríquez crea una historia llena de muertes, suicidios, angustia, hospitales; una montaña rusa dentro de una historia. Los personajes tan pronto están en lo alto porque Helena se lo ha dado todo; como en lo más bajo porque se lo ha arrebatado.

Nunca pensé que encontraría una descripción del fenómeno fan, de las comunidades en foros, de la actividad en redes sociales, ni de los portales de fanfic, en una novela de terror. Pero se nota que Mariana Enríquez sabe de qué habla. Entiende que las comunidades de fans son imprescindibles para los ídolos de hoy en día, y no es condescendiente con ellas.

Helena sí desprecia a las fans. No por ser chicas que sienten pasión por algo; sino por ser humanas y caducas. Piensa en ellas como en seres manipulables y predecibles, entregadas a unas emociones básicas que a ella no le cuesta provocarles. Son despreciables porque son terrales. Son únicamente instrumentos para sus fines.

A pesar de lo que piensa y hace Helena, Mariana Enríquez no cae en el discurso machista y no desprecia a estas chicas. Demuestra respeto por las fans, conocimiento por su manera de trabajar; no le parecen ridículas ni hace de ellas un motivo de mofa. Luego las mata, las apelotona en conciertos, les hace gritar hasta quedarse afónicas, las pone a pasar la noche con carteles delante de hoteles, les otorga esperanzas de situaciones que jamás podrán vivir; pero no para reírse de ellas. Es difícil encontrar una situación en la que se exponga de manera tan clara

También relata con cuidado y de manera verosímil qué ocurre tras y sobre los escenarios, como en pocas obras de ficción he visto. Lejos de los clichés de las historias románticas que involucran a músicos o grupos de música, Mariana Enríquez da una visión mucho más cercana y verosímil de la realidad.

Va vestida con un vestido corto de terciopelo verde y medias negras de rejilla. Está sentada en una butaca y apoya los pies, con unas botas de estilo militar, en una mesa. Sostiene sobre el regazo unos cuantos vinilos.
Mariana Enríquez en una entrevista a Rolling Stone.

Me alegro mucho de haber empezado a leer a Mariana Enríquez por Este es el mar. Es una obra de la que apenas se está hablando, y me ha parecido redonda. Con el terror justo para los que no aguantamos la tensión; con una historia perfectamente hilada que no quise dejar de leer en ningún momento, y porque tenía muchos comentarios y un cariño por el fenómeno fan que no sabía que necesitaba.

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Laura Huelin
Laura Huelin (Reseñas/Investigación): Licenciada en Filología harta del canon literario y los géneros sociales. Me aburren los mundos realistas y me apasiona la ciencia ficción y las clásicas. Me encanta investigar, aprender y conocer. También organizo el AnsibleFest. Twitter.

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